Ha sido complicado esta semana seguir haciendo oídos sordos a los numerosos gorjeos twitterianos sobre Bisbal, muestra irrefutable de que twitter nos creció y, con alas para volar, se nos fue a explorar el ancho mundo que nunca le hubiéramos deseado, farándula incluida.
Twitter, como un adolescente, comienza a volar lejos de los brazos protectores de los early adopters, empieza a parecerse al mundo, a adoptar sus contrastes.
Lo que muestra el caso Bisbal, la en mi opinión desmesurada reacción al comentario trivial del cantante, es algo positivo, que dice mucho de la especie humana y su relación con las nuevas redes para el activismo, el conocimiento y los derechos humanos: que nos tomamos twitter en serio.
En este sentido el comentario «Nunca se han visto las pirámides de Egipto tan poco transitadas. Ojalá que pronto se acabe la revuelta» llegó en el peor momento posible.
Y es que cuesta, si se ama twitter, si se reconoce además su importancia creciente como herramienta de viralización de la libertad, reconocerse ya en muchas de las noticias, de los usos que le vamos conociendo. Ya no sólo las celebrities, enamoradas de su potencial difusor del ego, también los mass media: OT ya tiene community manager.
Será por el avance de esta sociedad nueva e imparable o por la inminente llegada de la internet Tv, la cuestión es que se están poniendo las pilas como nunca los programas de televisión, que ya van viendo, después de tiempo desinformando, que no pueden con el enemigo y no queda más remedio que unirse a él.
En algún lugar leía que el Social media manager de la cuenta de Bisbal en Twitter metió la pata. No creo que sea cierto porque no creo, simplemente, que hay añadido nada nuevo. ¿Ha dañado el comentario la reputación digital del cantante? ¿Alguien le creía catedrático en historia sociopolítica contemporánea?
No veo el fallo ni la importancia de la noticia porque no creo que nadie se haya sentido sorprendido. Bisbal seguirá teniendo sus seguidores y #egypt los suyos. Y ni siquiera en términos numéricos creo que nadie decida dejar de seguirle en twitter porque no conozca la grave situación social en muchos países de la MENA. Quizás incluso alguien descubra que hay un mundo más allá del perpétuo “show de Truman” televisivo.
No me preocupa y me voy haciendo a la idea: el fenómeno celebrities seguirá irrumpiendo con fuerza en España, demostrando la potencia de la idea detrás de twitter. Twitter seguirá creciendo y como la web, seguirá mostrándose como un bazar misceláneo en el que todo es posible.
Escucharemos mucho ruido, incluso un ruido ensordecedor que nos hará despotricar de twitter hasta que nos acerquemos a la gente que nos interesa, hasta que aprendamos que lo realmente nuevo, lo realmente atractivo de las redes sociales está en que nos hacen dueños de nuestro panorama informativo y por lo tanto de una parte importante de nuestra realidad.
Lo que está pasando con twitter, además de normal en épocas de obligada convivencia entre farándula y erudición es que, en general, no estamos acostumbrados. Quién no ha vivido en forma de troleo la incomprensión de alguno de los muy diversos habitantes de internet se siente atacado ahora.
Como ejemplo, pánico por interacción, se llama al también célebre tweet de Alejandro Sanz insultando a los que no comparten su discutible parecer acerca de los derechos de autor (“si áun dudan de que una idea tenga que ser protegida vengan conmigo a Africa y vean el talento. Y si no tienen huevos, cállense, cagones”. Aunque en este caso tal vez sí nos sorprendió la vehemencia mercantilista o el extremismo desesperado del autor…
Volviendo a Bisbal, lo que ha ocurrido con su twitt dominguero es que en twitter, en internet en general, tu mensaje puede llegar a una audiencia que no es la tuya, simplemente. Como cuando alguien te envía un artículo a menéame o barrapunto sin que formes parte de su comunidad y sientes en carne propia kla diversidad del planeta.
Y eso, a largo plazo, se llama convivencia, tolerancia, profundidad del pensamiento colectivo, como podríamos recordarle al señor Calamaro ante su pseudoerudita sentencia («Los 140 caracteres pueden metérselos profundo en medio del ojete. Twitter no tiene categoría moral ni demostró respeto por el pensamiento humano»)
Hay esperanza, como siempre y no le costará a Vigalondo («Ahora que tengo más de cincuenta mil ‘followers’ y me he tomado cuatro vinos podré decir mi mensaje: ¡El holocausto fue un montaje») en unos años ningún tipo de disgusto, o por lo menos ningún trabajo una simple broma, por más desafortunada que nos pueda parecer. No deja de ser un mártir, uno de los tantos de una sociedad todavía no tan inteligente, tolerante o paciente como para interpretar o dar la oportunidad de corregir ese tipo de ironías cuando han sido formuladas en 140 simples caracteres (Vigalondo ha pedido disculpas ya, recordando que intentaba parodiar, precisamente, a quienes cuestionan el holocausto).
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Has hecho un análisis muy bueno de estos últimos acontecimientos, algo sorprendentes por su intensidad. Pero es cierto que cuando la audiencia se multiplica, corremos el riesgo de llegar a una audiencia que no es la nuestra. Lo más sencillo sería dejar de seguir o simplemente dejarlo correr, cuando algo no va contigo. Pero el que más o el que menos peca de un cierto gregarismo y si “todos” empiezan a hablar de algo, muchos se apuntan al carro.
Y ciertamente, los mass media nos están colonizando, lo comentaba yo por twitter a consecuencia de una de las últimas galas de OT. Ya sabemos que una de las mejores manera que tienen los diferentes poderes establecidos de acallar a la disidencia, es incorporarlos al sistema.
Lo que no me atrevo a decir es por dónde seguirán los tiros…
De acuerdo en lo esencial de tu interesante artículo, pero aunque ciertamente cada uno buscaremos y encontraremos nuestro camino en Twitter, los linchamientos populares- aunque humorísticos- siguen sin gustarme. La cuestión -creo-no es si la reputación de Bisbal se daño, sino si se dañaron sus sentimientos,
Muy bueno el artículo. Yo comenté en twitter que los famosos tienen que ser responsables con los twitts que emiten ante la cantidad ingente de followers que tienen porque no todos tienen sentido del humor y existen temas que no pueden ser tomados a la ligera ya que tocan fibras sensibles de gran parte de la humanidad.
Un solo tuitero que no es mi follower, me tildó de cursi por lo de la ‘responsabilidad’. No sé en qué parte de la naturaleza humana se perdió ese valor, aunque bien podría ser cuestionable si esa persona considera a Twitter como algo banal y pasatista.
Está claro que si esos twitts hubieran sido escritos por desconocidos y no famosos como Vigalondo o Bisbal, no hubieran tenido la repercusión que tuvieron. Millones están en TW para leer lo que escriben los famosos, muchos para aprender, pero otros, simplemente para verificar que al menos una vez se equivoquen y caerles como moscas en carne podrida.
Creo que lo de Bisbal fue sin querer, pero considerando que Vigalondo es una persona muy inteligente, sabía perfectamente lo que estaba diciendo…por más que diga que se tomó 4 vinos :-)
Saludos!
Sin duda, el hecho de que la repercusión haya llegado tan lejos se debe al alcance de un público que no es el target inicial de la “víctima” de turno (sea cual fuere), pero como ya se ha comentado en alguna ocasión, ahora el poder de generar opiniones ya no es sólo de unos pocos, por lo que esto no dejará de pasar.
Suscribiendo el gregarismo que menciona Mertxe añadiría que, lamentablemente, muchas de las personas que están en twitter se creen por encima de mucha gente y con el indiscutible derecho a sentar ácidas cátedras contra quien no se alinee a sus ideologías, cuando lo bonito de esta herramienta es precísamente conocer e intercambiar opiniones con personas que no comparten tu visión de las cosas.
¡Hola Dolors!
Aparte del análisis que haces sobre las consecuencias del tuiteo “descuidado” (Bisbal y Vigalondo no han sido, realmente, maliciosos -al menos eso se desprende de la lectura de las disculpas de Vigalondo-, pero sí torpes), hay un elemento importantísimo en tu post: la educación hacia el cambio-mutación en las herramientas que usamos para contarnos.
Twitter lo usamos de un modo concreto para estar con la gente que queremos estar. Y esa forma de relacionarnos no es para siempre, claro. Lo sabemos. Pero otra cosa es que estemos suficientemente preparados para abordar variaciones en esa situación. Es posible que necesitemos educarnos y educar en el cambio. En aprender a distinguir lo atemporal de lo variable. Y a distinguir las señales de que hay que estar preparados para que no nos pille el toro en las mutaciones (Delicious, p.ej.; y lo que venga desde otros sitios) teniendo planes B. Y C.
Creo que aún nos falta crecer mucho. La educación para el cambio es solo una muestra ¡Y eso es bonito y esperanzador! ¡Aún no hemos llegado a la cima, aún habrá mejores vistas!
Se me olvidaba citar otro ejemplo de mutación, que nos obliga a estar preparados para el cambio. Esta vez no como cuentas tú, en twitter, por el modelo de uso de los participantes. Esta vez impuesto. Lo cuenta muy bien José de la Peña (@sandopen) en http://sandopen.blogspot.com/2011/01/resulta-que-eramos-peces-de.html
Lo que Bisbal (y resto de celebrities) tienen que aprender de esto es que no se puede entrar en twitter como un elefante en una cacharrería, hay que conocer muy bien las redes sociales en general, y la naturaleza de cada una en particular, antes de pronunciar una sola palabra (yo es lo que hago sin ser ninguna celebrity).
Bisbal no debió tomarse #turismobisbal como algo personal porque relamente no lo fue. Él simplemente provocó toda esa oleada de humor y creatividad. Su mejor reacción hubiera sido entrar en #turismobisbal, reirse y disfrutar de la reacción provocada (incluso unirse a ella). Borrar su twitt e insultar a la comunidad twitter al día siguiente es lo que ha desencadenado una reacción personal contra él.
Vigalondo con su calculado comentario, y su magistral manejo de las reacciones provocadas, sí demostró un buen conocimiento de la comunidad twitter.
Un pequeño detalle. El linchamiento no se produce por los tweets en sí mismo, si no porque borró los mensajes.
Una de las peores cosas que puedes hacer en la red es mentir u ocultar, la gente no puede con eso y los mueve a comentar, hacer RT.