Hemos hablado antes de Singularidad, la idea de algunos futuristas que predicen que tendremos computadoras con las mismas capacidades de procesamiento que el cerebro humano antes de 2020. El estudio reciente que me hace llegar Gabriela indica que quizás sea más tarde.
Lo demuestra el equipo interdisciplinar (psicología, matemáticas, estadística, informática) sobre inteligencia artificial y humana de la Universidad de Illinois en Chicago, demostrando que uno de los mejores sistemas de inteligencia artificial disponibles es tan inteligente como un niño de 4 años.
Resulta que ConceptNet 4, el sistema de inteligencia artificial desarrollado en el MIT fue evaluado con las Escala de inteligencia de Weschler para preescolar y primaria y obtuvo el CI promedio de los niños de 4 años. Pero a diferencia de la mayoría de los pequeños, los resultados de la máquina fueron muy desiguales en las diferentes partes de la prueba. Hay que decir que en los niños cuando se detecta un rendimiento desigual es síntoma de que algo no va bien y hay que profundizar más en la evaluación. Por ejemplo, ConceptNet 4 lo hizo muy bien en una prueba de vocabulario y en una prueba de capacidad para reconocer similitudes, pero lo hizo notablemente peor que la media en la comprensión de preguntas tipo “¿Por qué…?” .
Y es que para Sloan, el autor principal del estudio, uno de los problemas más difíciles en la construcción de una inteligencia artificial, es diseñar un programa informático que pueda hacer un juicio prudente y adecuado en base a una simple percepción de una situación o hechos…lo que viene a ser, según el diccionario, lo que parece más propiedad emergente que nada programable: el sentido común.
El sentido común es algo que se les ha escapado a los ingenieros de Inteligencia Artificial, pues requiere disponer tanto de una gran cantidad de hechos como de lo que Sloan llama hechos implícitos, cosas tan obvias que no sabemos como las conocemos. Un sistema puede conocer la temperatura a la que el agua se congela, pero nosotros sabemos que el hielo es frío.
“Todos conocemos a un gran número de cosas”, dice Sloan. “De bebés, cuando gateamos y tiramos cosas, aprendemos que los objetos caen”. “Y cuando tiramos de otras cosas, aprendemos que a los perros y a los gatos no les gusta que estiremos de sus colas”. :) La vida constituye un ambiente de aprendizaje rico.
“Todavía estamos muy lejos de los programas de Inteligencia Artificial con sentido común que pueden responder a preguntas de comprensión con la habilidad de un niño de 8”, dice Sloan, que espera que este estudio ayude a otros profesionales a centrarse en los puntos difíciles de la Inteligencia Artificial.
Lejos pero con avances rápidos posibles… teniendo en cuenta que el MIT trabaja ya en un ConceptNet 5 open source y disponible en GitHub.
Imagen cortesía de Shutterstock
Fuente APA: University of Illinois at Chicago (2013, July 15). Computer as smart as a 4-year-old? Researchers IQ test new artificial intelligence system.
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Excelente Post!, realmente aún no existe conjunto de instrucciones que pueda superar el sentido común de las personas.
Hasta ahora, hemos evaluado a la inteligencia artificial en términos de comparar a los sistemas inteligentes artificiales en nuestro ámbito y ciertamente han mostrado sus deficiencias. Sin embargo, se nos olvida que en su ámbito, los entornos electrodigitales, las condiciones muchas veces se invierten y podríamos preguntarnos, por ejemplo, si algún humano llegará alguna vez a tener la inteligencia que tiene Google para buscar información en la web, o la de Amazon para recordar los gustos de tantas personas y hacer buenas recomendaciones de libros. También cabe recordar que en algunos entornos en los que convivimos (ej. los juegos de mesa, de cartas y los videojuegos) las diferencias están desapareciendo rápidamente. Cabe entonces la posibilidad que la distancia entre los seres humanos y las computadoras, en términos de desempeño inteligente, disminuyan rápidamente conforme nuestro entorno de vida se vuelva más electrodigital. Nuestra velocidad de evolución para adaptarnos al nuevo entorno no parece tener comparación con la de ellas.
Cierto, pero algunos de nosotros disfrutamos de nuestras incapacidades naturales para ser similares a las máquinas, por más inteligentes que estas sean. ¿Ellas llegarán a envidiar nos por nuestra capacidad de aprender de los errores?