Me entrevistaba esta mañana Rafel Luján acerca de la web 3.0 y una de las preguntas me sorprendía y me hacía pensar en lo que voy a comentaros hoy: ¿Cuál será la siguiente batalla en internet?
Pueden ser muchas, siempre vinculadas (dejo a vuestro criterio decidir si esta tiene que ver con ello) a esas dos tendencias, digamos tecnoutópica, tecnosocialista, ciberpunk vs. la tecnoutilitaria, empresarial, de seguridad, que parecen convivir desde los orígenes de la red.
Se habla del tema estos días en foros que pretendidamente dirigen la evolución de la web: la seguridad, tema fundamental en entornos corporativos, militares, etc…, se está convirtiendo en algo inmanejable en una red que en principio fue pensada a pequeña escala pero que se está convirtiendo en un ecosistema casi universal.
El tema tomó relevancia el año pasado, cuando un software malicioso presuntamente ideado por una banda del este de Europa cruzaba distintos sistemas de ciberdefensa. Conficker infectó 12 millones de ordenadores, llegando a eliminar la totalidad del sistema en algunos casos : un hospital en Gran Bretaña y algunos sistemas militares en Francia.
Y parece que continúa activo. Y tiene el poder, cuando quiera, de controlar el “botnet” resultante de todas las infecciones y lanzar ataques de spam masivo o incluso borrar secciones completas de la red.
Parece que además, la telefonía móvil (y las oportunidades de negocio que genera) trabaja con dificultades sobre los protocolos actuales y requiere también de una red adaptada.
REINVENCIÓN….
Así las cosas, se está trabajando en la “reinvención de Internet.” El proyecto GENI (bajo responsabilidad del Instituto Technológico de Massachusetts, el MIT) y el proyecto Clean Slate (“Tabla rasa” bajo responsabilidad de la Universidad de Stanford) son los principales ejemplos.
El tema, más allá de tecnologías más o menos vulnerables, no parece que pueda afectar al carácter distribuido actual de la red, pero sí a nuestra privacidad. Lo decíamos hace poco: la web requiere, cada vez más y a cambio de que se respete la libertad en la transmisión de información y cultura que representa, de un compromiso personal de los internautas por la transparencia.
El anonimato del que se hablaba hace unos años (“En internet nadie sabe que eres un perro”) puede propiciar que cualquiera pueda dirigir, enrutar una conexión a través de varios países para ocultar su localización, desde cualquier servicio de acceso público a internet.
EVOLUCIÓN…
Parece algo que va mucho más allá de tecnologías, convirtiéndose en casi imposible (como lo es en el propio mundo). Por ello, en Europa se considera de forma mayoritaria que los cambios necesarios son de tipo evolucionista.
Lo explica Pisani: “No hace falta ninguna revolución”, me explicó João da Silva, a cargo de la Dirección General para la Sociedad de la Información y Medios de Comunicación de la Comisión Europea, que organizaba la reunión. El sistema precisa mejoras, pero se pueden realizar de forma progresiva. Y los europeos esperan participar dando con sus propios pinceles y paletas los retoques que haga falta.
Así, Europa cuenta con sus propios programas de investigación sobre el futuro de internet, entre los que destaca la iniciativa FIRE, la más conocida. Bernard Benhamou, del ministerio francés de Investigación, encargado en Francia de los usos de internet,explicaba que “más que querer destruir internet para crear una red de alta seguridad, podríamos imaginar desarrollar nuevas redes con un enfoque llamado “de Overlay” (algo así como el que experimentamos con las redes a veces heterogéneas donde todos se conectan a internet)».
Podemos estar asistiendo, si no a la reinvención, sí a una disyuntiva que genere un escenario duplicado y poco reconciliable: Una red libre, abierta e imperfecta que descansa en la pasión y el trabajo de los que están sabiendo convivir en paz y, en paralelo, una red acotada y segura, perfecta para las élites aún obligadas a atacar y defenderse.
Quizás sea la desigualdad el problema fundamental de un mundo en conflicto. Así que sigamos, como hacktivistas del conocimiento, trabajando en la primera, en la información y formación de todos los pueblos como arma fundamental de su desarrollo. Porque quizás esa sí sea la única forma posible de mejorar las cosas.
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Hay algunos aspectos de la web 3.0 que aún no veo claros. Así como el salto de la 1.0 a la 2.0 supuso un cambio de paradigma sustancial a nivel de organizaciones, ¿implicará cambios de similar magnitud el paso de la 2.0 a la 3.0? Intuyo que los cambios más profundos ya se han planteado con la 2.0, pero con la 3.0 se habla del yo en contraposición al nosotros. Soy incapaz de visulizar las consecuencias en las organizaciones y los cambios que requerirá.
Bueno, no creo que sea muy nueva esa visión de “red acotada y segura, perfecta para las élites aún obligadas a atacar y defenderse”. Esa red estará formada por conexiones seguras, información encriptada… sobre redes privadas que hoy ya existen (MPLS y similares, ¿no?)… y con una seguridad MUY elevada.
El problema quizá sea que, en un mundo en el que el poder de actuar se distribuye aunque no se quiera (porque la información medida en número-de-manos-que-la-manejan se expande casi ya inevitablemente)… el coste de conectarse a redes privadas y suficientemente seguras es muy alto, probablemente… ¡incluso para buena parte de las redes militares y de servicios públicos!
Y si ya empezamos a hablar de los secretos tesoros que ocultan las corporaciones empresariales en sus comunicaciones… o de riesgos de que les paralicen literalmente su actividad…
A mí no me importa que se establezcan Internet-HIGHLEVELs para ese tipo de tráfico, de verdad. Hay necesidades de comunicación reservada que supongo (no voy a pecar de inmodesto, porque en realidad obviamente no tengo mucha idea) deben tener un cauce de comunicación segura que ya es una pequeña locura confiar hoy a la actual internet.
Pero lo que está sucediendo en la red desde una perspectiva social no tiene nada que ver con eso, ¿no?
Por mí, con que la red actual mantenga la misma progresión continua de prestaciones que hasta ahora, la misma tendencia de mantenimiento o reducción de precios que hasta ahora… y la misma libertad real de estar en ella que hay ahora (o que pensamos que hay)… suficiente.
Ni penalizaciones por tipo de tráfico, ni control de contenidos por operadoras… Lo demás ya lo iremos haciendo nosotros.
Pero eso mantiene vivos dos temas, sí: 1 – la necesidad de controlar lo que sucede en la red “normal” desde un punto de vista de seguridad del estado seguirá latente / 2 – en efecto, el escenario que planteas dibuja dos realidades difícilmente reconciliables y eso afectará… incluso al trabajo en la empresa.
Y web 3.0… es otra historia ¿no?