Parece evidente que el hambre es una de las causas más importantes de muchas revoluciones, por lo menos en las que hemos visto ocurrir durante los últimos tiempos en algunos países árabes. Así lo ha identificado un grupo de teóricos de la complejidad en Cambridge (Complex Systems Institute (CSI)) y lo refleja la imagen que os dejo.
El tema era publicado en un paper de 2011 que explicaba la correlación observada entre las olas de insatisfacción que se manifestaban entre 2008 y 2011y el aumento en el precio de las harinas. Existe un umbral, un “tipping point” como comentan desde las Ciencias de redes (recomiendo, dicho sea de paso, el curso en Networked Life en Coursera en el que ando últimamente), que una vez alcanzado lleva fácilmente a las revoluciones.
En Technology Review nos explican cómo funciona el modelo, según la evidencia de dos fuentes. La primera consiste en datos recogidos por Naciones Unidas sobre el precio de la comida a lo largo del tiempo y la segunda recoge las riots alrededor del mundo, sea cual sea su causa. El gráfico final es el que aparece abajo.
Los puntos negros son los precios de la comida, las líneas rojas las riots: Cuando sube el precio de la comida, sobre todo cuando llega a 210 se producen situaciones de revuelta en el mundo. Para muchos millones de gente en el mundo la comida supone el 80% de lo que se gasta, así que cuando los precios suben la gente no puede pagarse nada más. Hoy el precio medio de la comida en el mundo está en unos 213 y lleva meses así, un poco más allá del umbral identificado.
Así, estamos a punto de llegar a otra crisis, la tercera en tres años y probablemente la peor. Concretamente Agosto de 2013 puede ser definitivo, llegando a un punto en el que se sucedan las que ya se denominan “las revueltas del hambre”.
El tema me ha parecido digno de mención aquí porque es una muestra de la ciencia emergente de la complejidad. En un mundo cada vez más complejo (cada vez necesitamos más información para vivir, digo a menudo en charlas), podemos recoger también más datos que nos permitan realizar extraer patrones y seguir de guía de lo que está por venir.
En el caso que nos ocupa es de sobra conocido el calentamiento global, los eventos climatológicos extremos que han llevado a una escasez alimentaria que se nota en el precio internacional de los mercados globales de los alimentos.
Hemos programado, como dice James Hansen, conocido científico de la NASA, un clima extremo que va a llevarnos a crisis importantes. Así parece que ocurrió con la crisis del grano en Rusia y el crecimiento devastador del precio de la comida hace un par de años, llevando, según los expertos que firman esta investigación, a la primavera árabe. Según un nuevo estudio de Oxfam el tema puede ir a mucho peor. El precio de los alimentos básicos como el maíz, por efecto del cambio climático, podría llegar a más del doble durante los próximos 20 años, comparado con el de 2010, afectando gravemente a los colectivos más vulnerables de la población pobre.
En fin… siempre me molestan las interpretaciones unívocas de los movimientos sociales masivos que vivimos durante los últimos años. Creo, además, que el modelo no se aplica en absoluto a los movimientos, mucho más ligados a la satisfacción de necesidades menos primarias pero no está de más que observemos y estudiemos lo que nos parecía evidente. Si somos capaces, en este caso, de prever la insatisfacción vinculada al hambre, independientemente de que las cosas siempre sean mucho más complejas, mejor que mejor.
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Estimada Dolors,el hambre siempre es la disculpa para implantar un regimen totalitario,pero luego sigue el hambre pero sin derecho a protesta,Corea,Cuba,Venezuela,Nicaragua..etc y añada los paises árabes y su primavera a ver donde llegan.Saludos.