Salía a la luz hace unos días: los investigadores han observado una relación (aunque no causal) entre el número de amigos que tenemos en Facebook y el grado en que somos narcisistas, haciendo las delicias de los que siguen mirando hacia los límites y no las oportunidades para la sociabilidad que abren los nuevos servicios de redes sociales.
El tema iba más allá entre los amantes de los grandes titulares con nulo conocimiento de psicología humana, inundando los medios digitales de aseveraciones como “Los que tienen más amigos en Facebook son más infelices”, “Un estudio asegura que a más amigos en Facebook menos autoestima”, “A más amigos en Facebook, más infeliz” y muchas más barbaridades.
En todos los casos se habla de un mismo reciente estudio, publicado en la revista Personality and Individual Differences, que encontró que las personas que puntuaron alto en la escala de narcisismo de un inventario de personalidad tenían más amigos en Facebook, se etiquetaron a sí mismos con más frecuencia y actualizaron sus estados con más regularidad en esa red social. También encontró que los narcisistas respondieron de manera más agresiva a los comentarios despectivos que les hacían en sus muros y cambiaban las fotos de perfil con más frecuencia, lo cual no termina de parecerme nada a destacar: ¿no será que los que tienen más amigos, los que por tanto valoran las cualidades del medio se preocupan más por mantener su perfil actualizado, variado e interesante?
En fin, que tengo algunos argumentos mejores contra la interpretación que se está haciendo del estudio. En primer lugar, no sé qué tiene la cuestión de noticia: los narcisistas se comportan en Facebook como tales. ¿Se puede esperar algo diferente de una persona que padece un trastorno narcisista de la personalidad, dentro o fuera de FB?. Si estamos hablando de un entorno que aumenta las manifestaciones sociales, el narcisista actuará como lo hace en su vida real. Probablemente un paranoide preocupado por su intimidad ni siquiera abrirá una cuenta en redes sociales o manifestará todo tipo de comportamientos protectores al respecto.
La idea, además, no es nueva y una serie de estudios anteriores ya habían relacionado el narcisismo con el uso de Facebook, aportando la primera evidencia a una relación directa entre el número de amigos en Facebook con la mayoría de elementos que componen el trastorno narcisista de la personalidad. Así, los investigadores de la Western Illinois University estudiaron los hábitos de Facebook de 294 estudiantes, de edades comprendidas entre 18 y 65 años y midieron dos de los aspectos más “socialmente disruptivos” del narcisismo:
– Exhibicionismo grandioso (EG): incluye el ensimismamiento, la vanidad, la superioridad, las tendencias exhibicionistas, la necesidad constante de ser el centro de atención. A menudo los narcisistas dicen cosas inapropiadas para dar la nota y autopromocionarse.
– Entitlement/exploitativeness (EE) que supone creerse merecedor de un respeto excesivo, derecho a aprovecharse de los demás y deseo de manipular.
La investigación reveló que la persona que más puntuó en el factor EG tenía el mayor número de amigos, casi 800. Los que puntuaron alto en los factores EG y EE también eran más propensos a aceptar solicitudes de amistad de desconocidos y buscar apoyo social, pero a la vez era menos probable que se lo proporcionaran.
Las conclusiones de Craig en The Guardian, del Centre for Confidence and Well-being son algo menos falaces de lo habitual pero tampoco están exentas de crítica: Los jóvenes en Gran Bretaña son cada vez más narcisistas y Facebook sirve de plataforma para el trastorno, o sea, como comentábamos, el tema se traslada a Facebook como nuevo espacio social: “La forma en que los niños están siendo educados se está centrando cada vez más en la importancia de la autoestima – la forma en que se ven en los ojos de los demás-. Este método de enseñanza ha sido importado de los EE.UU. y supone una educación egoísta”. “Facebook es una plataforma para que las personas se autopromocionen, cambiando imágenes de perfil y mostrando cuántos cientos de amigos se tiene. Sé de algunos que tienen más de 1.000”, concluye…
Se dicen varias barbaridades en el último párrafo pero sobre todo parece que se insinúe que Facebook es el responsable del narcisismo de las personas y creo que de nuevo (como cuando recientemente se decía que Bill Gates sufría de autismo) se confunden los términos. Narcisismo no es autoestima sino un trastorno de personalidad que afecta terriblemente a las relaciones con los demás.
Además parece obvio que de nuevo, culpar a Facebook de que demos una importancia desmesurada a la proyección de nuestra imagen pública es atacar el síntoma y no el origen del problema.
Volviendo al estudio original, se trata de un estudio de naturaleza correlacional malinterpretado como causal (decidir que algo es causa de algo cuando solamente se observan correlaciones): es difícil estar seguro de si las diferencias individuales en el narcisismo conducen a ciertos patrones de comportamiento en Facebook o si los patrones de comportamiento en Facebook conducen al narcisismo, como rezan los titulares que criticábamos.
Coopetición, autorealización, significación
Además el tema tiene muchas aristas, demasiadas como para generar titulares tan definitivos. En primer lugar habría que aislar a los que usamos las redes sociales en un sentido profesional, como redes de intereses (recordemos el síndrome del pato de Stanford en este sentido). En segundo, habría que controlar la variable edad… si bien “seducir” puede ser el objetivo de nuestro comportamiento social en FB o cualquier otro espacio público durante ciertas etapas vitales, compartir para ver crecer o simplemente pertenecer a la comunidad pueden ser las motivaciones en otras.
Lo veíamos al hablar de la necesidad de formar a ciertos colectivos en la proyección de la autoestima: no está mal ni tener ego ni mostrarlo a los demás cuando a la vez aportamos algo a la comunidad, compartimos conocimiento, diversión o cualquier otro tipo de valor. ¿No es precisamente esa la base de la evolución de la humanidad?
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Como siempre tu sensatez y capacidad de análisis pone cordura en tantas aseveraciones absurdas acerca de las redes sociales y el compartir en internet.
Creo que para que el narcisismo se fomente tiene que existir un entorno que lo alimente y precisamente si hay algo que las personas que interactúan en las redes sociales “no toleramos” es el “autobombo” (en Argentina significa aquella persona que se autoatribuye valores que no los posee)con un simple clik moderamos nuestro entorno. ;-)
Saludos!
Desde luego, parece muy obvio pero que difícil cuesta hacer un análisis con sentido común: el narcisista se comporta como tal dentro y fuera de las Redes Sociales. Aunque me interesa el caso opuesto: los paranoides preocupados por su intimidad. Es un tema con el que me encuentro a menudo en mi entorno, y todavía no he encontrado una solución o explicación práctica. ¿Puedes recomendarme alguna lectura, blog, o artículo para comprender y saber actúar ante conductas de personas celosas de su privacidad? Gracias!
Tal vez me considero narcisista.
Tengo dos cuentas en FB, una con 100 contactos, la otra con 25.
Por qué no quiero tener miles de contactos ? (rechazo muchas solicitudes)
Me interesa que quien quiera leerme se presente, cuente ua razón mínima por la cual quiere incluirme entre los suyos.
Me interesa que me lean y que me comenten, aprueben y discutan.
No quiero ser uno mas entre los contactos de los conseguidores de miles.
Borro a aquellos que jamás publican nada propio, ni ajeno, aquellos que copian sin indicar quien produjo, a quines participan cada tres semanas o no leen los msjs.
Entiendo que la relación cantidaddecontactos-exhibición-narcicismo es demasiado infantil e inocente, que “muy al bulto” es obvia y no necesita de estudiosos y encuestas.
Si, en cambio preguntaría a los que tienen miles de contactos cuál es su rédito.
Saludos Dolors.