Llegará un día en que los recuerdos no serán como los conocemos, sino imágenes holografiadas, proyectadas desde el registro constante y casi completo de nuestras vidas.

Las gafas de google, los dispositivos geolocalizados que llevamos en el bolsillo registran y registrarán nuestros movimientos, podrían grabar si así lo programásemos lo que tenemos en cada momento alrededor…

Se registran también nuestras interacciones en redes sociales (podemos descargar ya todo lo que alguna vez hemos posteado en twitter), las reflexiones que dejamos en nuestros blogs, las imágenes que nos llaman la atención… hasta el extremo de que sería fácil, en un futuro, no solamente recordarnos sino incluso reproducirnos.

No resulta un escenario lejano el de poder invitar a las cenas de navidad a familiares ya fallecidos o el de resucitar a viejas estrellas mediáticas para que den conciertos desde el más allá, como se hacía ya en 2008 o elaboraban en el mundo de la música Dr. Dre & Snoop Dogg en un festival reciente con el ya fallecido rapero Tupac.

Seres virtualmente vivos que podrían llegar a interactuar como si fuesen reales….

En este sentido vale la pena ver la Ted Talk entera de Adam Ostrow sobre herencia digital. Extraigo un fragmento

Muchos de Uds están familiarizados con Deb Roy que en marzo pasado demostró ser capaz de analizar más de 90.000 horas de videos caseros. Creo que mientras la capacidad de las máquinas para entender el lenguaje humano y procesar gran cantidad de información continúe mejorando, será posible analizar el contenido de toda la vida… los tweets, las fotos, los videos, las publicaciones de blog… que estamos produciendo con tanta abundancia. Y creo que una vez que esto suceda, será posible para nuestra personalidad digital seguir interactuando con el mundo real mucho tiempo después de habernos ido gracias a la abundancia de contenido que estamos creando y a la capacidad tecnológica para darle sentido a todo esto.

Estamos empezando a ver algunas de las experiencias. Un servicio llamado My Next Tweet analiza todos los mensajes de Twitter, todo lo publicado en Twitter, para hacer algunas predicciones de lo que uno podría decir a continuación. Como pueden ver, los resultados pueden ser un poco cómicos. Pueden imaginarse esto dentro de 5, 10 ó 20 años a medida que mejoren nuestras capacidades técnicas. Avanzando un paso más, el Media Lab del MIT está trabajando en robots que pueden interactuar como humanos. Pero ¿qué pasaría si esos robots fuesen capaces de interactuar en base a las características únicas de una determinada persona considerando los cientos de miles de contenidos que esa persona produce en toda su vida?

No, no he podido resistir la tentación de probar cuál podría ser mi próximo twitt…. Nada del otro mundo, más que la demostración de que este tipo de tecnologías tendrán que mejorar. Quizás resulten más adaptadas al estado de la tecnología actual entornos como LifeNaut.com que permiten que creemos en vida el avatar en cuestión que habrá de representarnos durante toda la eternidad.

En fin… profundizaremos pronto en el tema de herencia digital, cuando os presente un proyecto en el que estoy especialmente involucrada. Dejad que os confiese de momento que no pienso en estos términos, en absoluto, cuando observo cómo los social media nos están haciendo más grandes. Hay algo de absurdo en la pretensión del ser humano de durar para siempre, algo de vivencia de la muerte como antinatural que creo que en el fondo, ni nos hace felices ni nos beneficia en ningún otro sentido como especie.  Además, entre nosotros…. tengo bien cuidados a mis seres queridos en mi memoria.

Por otra parte no, no quiero vivir para siempre. Me conformo con que sea la humanidad la que evolucione, la que sea capaz de ser mejor cada día en un planeta que siga acogiéndola sin morir con ella.

Pero ese también es otro tema

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