Me ha venido bien, mientras preparo presentación para el encuentro Iniciador Cantabria sobre Escuela en entornos rurales, recibir la publicación de una entrevista que me hacía Carla Paredes hace unas semanas. Me ha gustado la frase que eligen en Educared Argentina para titularla: Tenemos las herramientas ideales para sintonizar con los alumnos, para hacerles ciudadanos de pleno derecho en las arquitecturas de la participación creadas. Educar la participación es educar agentes encargados de convertir eso, simples arquitecturas pensadas para la participación en ecologías ya participativas.

Os dejo la entrevista y vuelvo prontito.

Entrevista a Dolors Reig,  especialista en redes y educación

¿Tenemos las herramientas ideales para llegar a los alumnos?

La especialista en tendencias Web y educación, se refirió al vínculo de los chicos con las redes sociales y afirmó: “Los menores saben estar en Facebook, pero quizás lo que les falta es saber compartir conocimientos, poder crearlos en todos estos ámbitos”. Respecto a la implementación de modelos 1 a 1, manifestó que “lo más importante es que la enseñanza tradicional se apoye en las nuevas formas de enseñar y aprender que propone Internet”.

EducaRed: ¿De qué manera los nuevos métodos de aprendizaje “invisible” o informal que promueven las nuevas tecnologías pueden enriquecer el vínculo entre docentes y alumnos?
Dolors Reig: Lo que está sucediendo hoy es que ha crecido y se ha enriquecido la forma de aprender, incluyendo ámbitos fuera de las escuelas, fuera de los centros en los que antes se podía aprender. El docente pasa a formar parte de la red personal de aprendizaje del alumno. Ahora, en un sentido más amplio, puede implementar el aprendizaje informal en la educación reglada de una forma muy potente.
Nosotros hemos podido aprender por fuera de la escuela con nuestros padres, en las bibliotecas, en los museos, en otros lugares, pero la accesibilidad con la que se puede hacer eso en la Web y el papel de consumidores de conocimiento- tanto de nuestros pares como de los profesores- viene a enriquecer el ámbito del aprendizaje formal.

ER: ¿Cómo se imagina la escuela y el aula de aquí a cincuenta años? ¿Desaparecerá la pizarra y la tiza?
DR: Creo que sí, la pizarra y la tiza tienen que desaparecer muy prontito. Aquí en España están implementando pizarras digitales en muchos centros, que permiten colaborar con otros, y que el alumno participe también de lo que el profesor elabora; el aprendizaje es mucho más colaborativo que antes. Es importante porque es un cambio de papeles, un equilibrio entre el profesor y el alumno.
Me imagino que en cincuenta años la escuela no se va a parecer en nada a la que conocemos hoy, y de eso se empieza a hablar. Incluso es posible que no haya tantas. A medida que este complemento sea cada vez más rico va a ser menos necesario hacer actividades de recuperación en la escuela, por ejemplo, se va a poder sustituir todo eso con recursos en la web o con clases virtuales. Cada vez más el e-learning y el aprendizaje tradicional se están mezclando. Pero no creo que no vaya a haber escuelas en 50 años, sobre todo para niños de determinadas edades. Este ámbito es indispensable todavía, pero sí es posible que se vaya reduciendo a favor de otros ámbitos informales en los que también se puede aprender mucho.

ER: ¿Cuáles son, a su criterio, los usos que se le debe dar a las nuevas tecnologías en la escuela o fuera de ella, para mejorar la calidad de la educación?
DR: Fuera de la escuela tienen un papel fundamental; es ese ámbito informal del aprendizaje del que venimos hablando. La posibilidad por ejemplo de poder estudiar geografía, o historia del arte mediante el teléfono móvil, es nuevo y es muy potente. No sólo estamos hablando de ordenadores, se trata de todo tipo de tecnología que va a hacer posible el aprendizaje ubicuo en todo lugar y en todo momento. En ese sentido en la escuela habrá que formar más las aptitudes, la competencia, para aprovechar todo eso. Los contenidos que se están creando ahora mismo, hacen que se pierda un poco la importancia de lo que son los currículum, las asignaturas.

ER: En la Argentina, la apuesta de los últimos tiempos en materia de tecnología educativa, se relaciona con el acceso de todos los niños y adolescentes a una computadora. ¿Cómo cree que modificará la enseñanza y el aprendizaje la implementación de modelos 1 a 1?
DR: El módulo uno a uno tiene sus críticas, en el sentido de que quizás no es tan importante el hecho que cada alumno tenga una computadora, sino que las aulas informáticas tengan una buena conexión a Internet, entradas y limitaciones a Facebook, You Tube, u otras redes sociales.
Es positivo tener un ordenador por alumno, pero que lo que es más importante es que la enseñanza tradicional se apoye en esta nueva forma de enseñar y aprender en Internet.  Que los alumnos puedan compartir contenidos, que sean consumidores con un rol activo, capaces de producir materiales. No es el hecho de introducir la tecnología, sino los modos de aprender gracias a las tecnologías, a través de ellas.

ER: La revolución tecnológica y la incorporación de nuevas tecnologías en los procesos de aprendizaje (mails, blog, redes sociales, Internet) ¿contribuirán a disminuir la brecha digital en un futuro cercano? ¿Qué condiciones debería tener el docente para no quedar relegado?
DR: La brecha digital ya se presenta con las nuevas generaciones…es la escuela la que se está adaptando a lo que se hace fuera de ella. Lo que sí existe es la brecha de participación en usos de la red de alguna forma, ya que los menores saben estar en Facebook o en otras redes sociales, pero quizás lo que les falta es saber compartir conocimientos, crearlos en todos estos ámbitos. Saben relacionarse, hacer cosas lúdicas en estos canales, pero no las utilizan para su desarrollo personal y profesional. En cuanto a los procesos, son más delicados, porque hay que formarlos para que sepan a dónde acudir; son los mismos alumnos los que ya están empezando a pedir que los profesores o  los padres les den respuestas.

ER: El uso de Internet entre los más jóvenes ha provocado la aparición de conductas agresivas o ciberbullying, que pueden generar estados de depresión o problemas en la vida cotidiana ¿Qué aconseja para combatir estos nuevos fenómenos?
El ciberbullying es nuevo en cuanto a ciber, no en cuanto a bullying: acoso en la adolescencia se ha sufrido siempre. En otro momento los padres tenían las mismas herramientas o podían respondernos en un lenguaje más afín, porque el ciberbullying que sufríamos era muy similar al que ellos sufrieron, entonces podrían saber qué aconsejar. Ahora, lo que pasa es que trabajamos con distintas herramientas y nos sentimos impotentes. Como padres, como maestros, la respuesta pasa también por saber actuar en esos canales. Aunque incipientes todavía, empiezan a surgir asociaciones que pueden ayudar en una situación crítica. Pero lo importante es reconocer que no es más de lo que hubo siempre, simplemente a través de canales distintos. La adolescencia es una etapa conflictiva en la que existen este tipo de situaciones: tomas de poder, posicionamiento en el mundo, y a veces, acoso. Lo que sí es nuevo es la tecnología con la que se produce.

ER: En sus trabajos hace mención al excedente “cognitivo” y “creativo”, ¿en qué aspectos estos fenómenos influyen en el aprendizaje formal?
DR: En el aprendizaje cognitivo y creativo se habla más de las unidades digitales. Los que durante mucho tiempo hemos vivido con la televisión, manteniéndonos de forma pasiva, hemos acumulado un excedente de ganas de participar, de hacer sociales, de contribuir al desarrollo de la sociedad que ahora se hace posible mediante las nuevas tecnologías. En cuanto al aprendizaje formal, los adolescentes ya han podido participar de muchas formas a través de las herramientas sociales. Lo que pasa -y volvemos al tema de antes- lo hacen en cuestiones sociales y lúdicas, pero quizás no saben hacerlo en cuanto a la creación. Una buena actividad en el aula es trabajar en la Wikipedia por ejemplo, y no es una tarea demasiado frecuente. Se puede ayudar a canalizar esa potencia cognitiva y creativa de los jóvenes promoviendo que entreguen los trabajos editados en video, que es un medio que ellos dominan.
Nosotros hemos crecido viendo videos, ellos editándolos. Así que se puede facilitar que ellos entreguen sus trabajos en este formato, que les es familiar. Deberíamos incorporar todo esto en la educación formal y permitir que también florezca en la escuela.

ER: ¿Por qué asegura que en el contexto actual “ya no son sostenibles las prohibiciones”?
DR: Si no estás de acuerdo con las noticias y la Wikipedia no te gusta, puedes editarla y mejorarla. Mientras históricamente las cuotas de poder estaban repartidas en pocos sectores, la democratización de Internet nos abre nuevos canales como ciudadanos. Hoy es posible a través de las redes – y se llega a una multitud de personas – opinar, quejarnos de lo que no nos gusta, tener una voz. Tenemos más voz que nunca, sería la frase. No nos pueden callar.

ER: ¿Podría dar ejemplos concretos de “educación 3.0”?
DR: Educación 3.0 significa la tercera década en la web, la que estamos viviendo ahora; si bien se están aprovechando algunos recursos, no hay gran desarrollo todavía. Sí podemos decir que este conjunto de herramientas nos ayudaría a lidiar con la sobreinformación. Otra de sus características es la personalización de los contenidos de la web social: lo que nos ofrece según lo que necesitemos en cada momento, de acuerdo con nuestro nivel cultural, profesión, etcétera. Podría ser un intento de organización de la información de la web en un entorno amigable, poder manejar las necesidades personales de aprendizaje.

ER: En relación con las demandas de formación de la sociedad actual, ¿qué características debería tener el sistema educativo? ¿La ausencia de conectividad o de acceso a las TICs es crucial a su criterio?
DR: Sí, yo creo que sí. Últimamente está muy de moda criticar a las TICs, por ejemplo, en los sistemas educativos más avanzados del mundo midiendo con indicadores que no son del todo adecuados. La computadora es un puente hacia alguna forma de conocimiento, pero no deja de ser un simple instrumento. Inútil si no existe un docente que guíe.
Cuando en un aula el desarrollo o los resultados académicos son malos, el problema no es la tecnología, sino el método educativo. Esto es como en el trabajo, cuando alguien no rinde porque está todo el día conectado a Facebook, existe un problema que va más allá… esa persona no quiere estar en ese trabajo. Si a los alumnos les pones ordenadores y se pasan todo el día conectados a Facebook, es que realmente no están motivados y las actividades que se proponen son aburridísimas. La educación tiene que ser útil, servirle al alumno de alguna forma, no se trata de empujarlo y decirle “tienes que estudiar esto y lo otro”. Y en ese sentido, si tienen TICs, es mejor porque es el medio que les es más natural.

ER: En sus trabajos señala que las redes de intereses derivan de la necesidad        de realización personal, mientras que las redes sociales del afecto. ¿Podría desarrollar esta idea? ¿Qué tipo de conocimiento se produce en cada una de ellas?
DR: Yo creo que la pirámide de la motivación es un poco el éxito de las redes en general. Cubre las necesidades afectivas del ser humano, nos mantiene permanentemente conectados  a la sociedad, a los amigos; se trata de una nueva  forma de estar juntos. También permiten la realización personal, el hecho de escribir un post sobre algo que nos gusta, o nos apasiona, sobre un conocimiento…Las redes más vinculadas con el afecto, son necesarias y por eso llegan más al adolescente.
Las redes que no están vinculadas al afecto, permiten producir activamente conocimiento; que los demás lean, o que puedan mejorar lo que se está haciendo en Wikipedia, en blogs, en Twitter. El triunfo de la web es que ha sabido llegar a estos dos puntos que son tan importantes para el ser humano. Por todo esto, no utilizarla en la escuela es un absurdo. Tenemos las herramientas ideales para llegar a las motivaciones más elevadas de los alumnos, saber vehiculizarlas positivamente garantiza el éxito de la educación.

* Dolors Reig es licenciada en Psicología y Master en Multimedia, Diseño y Desarrollo Web. Actualmente es editora del espacio “El Caparazón”, dedicado a las TIC´s y la educación, trabaja como consultora en la Universitat Oberta de Cataluña y es colaboradora del Programa Compartim, del departamento de Justicia de  Cataluña, de la Fundación Telefónica y del Servicio de Formación de la Diputación de Valencia, entre otros. Es autora de numerosos papers y artículos de investigación,  y  participa como ponente sobre temas tales como dinamización de comunidades, redes sociales, web social, empresa 2.0, aprendizaje social abierto, entornos personales de aprendizaje, redes y educación, web semántica e innovación educativa.

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