Fantásticas, como siempre, las aportaciones de los participantes en cursos de la Academia El caparazón. Os dejo una selección de lo mejor que vamos elaborando alrededor del tema del Marketing de Contenidos:

David Wenceslao Gonzalez Sojo nos deja un Prezi que sintetiza algunos temas y añade interesantes matices:

1. Sobre un “consumidor” (prosumer) más crítico, menos manipulable,  María Dolores Sánchez Mércol comenta:
“Considero que estar informado en la era 2.0 es más fácil, aunque mucho más vertiginoso. Las fuentes de 1° mano resultan más accesibles que antes y para conocer detalles de una noticia o suceso puedes leer con un click varios panoramas a la vez, asimismo que puedes ir al video original del hecho y sacar tus propias conclusiones! Es una ventaja increíble aunque al principio asusta la inmensidad.”

2.  Las empresas de servicios llevan tiempo en el tema: “Creo que las empresas de servicio, a diferencia de las de bienes materiales, por una cuestión de necesidad, están utilizando el marketing de contenidos desde hace mucho tiempo: el valor de la honestidad, la publicidad objetiva, etc. Es por esto creo, que están más aventajados en este aspecto y menos reacios a incorporar personal que realice esta tarea que las empresas productoras de bienes.”

3. Sobre la puesta en marcha de estrategias de marketing de contenidos en los Social Media, Belén Sotillos destaca un punto clave:  “que haya un ajuste entre las expectativas que “los jefes” ponen en esta estrategia, y los recursos humanos y materiales que verdaderamente se destinan a ello. Además, en este tipo de marketing los resultados se suelen ver más a medio plazo, e importan más temas como la fidelización y la generación de confianza.”

4. ¿Somos más fieles a las marcas que antes? Rita Gual comenta… “Creo que la fidelidad debe ser recíproca sino se rompe. Somos fieles con la marca que nos es fiel.

Si el objetivo de la Marca es satisfacer al cliente y lo que el cliente necesita no se lo puede ofrecer, le aconseja que compre en otra empresa, la que considera mejor para su cliente. Como aquella tienda de antes que cuando pedías un objeto que no tenían te informaban de donde lo podías comprar.

Una empresa que se comportara así sería de lo más honesta, tendría al cliente satisfecho y a la competencia como amiga.

Yo sería fiel a esta empresa porque le interesa más mi satisfacción que su ganancia económica.

Es demasiado utópico pensar «que un día las empresas no se harán la competencia sino que colaborarán entre ellas, es decir que serán fieles también entre ellas» ?”

5. El poder de la Palabra, significa para Gimena Piriz que “Lo bueno es que las nuevas tecnologías, el trabajo profesional, el marketing honesto nos permite volver a  lo más básico  a  la interacción.   Las palabras, el conocimiento, la información, lisa y llanamente la posibilidad de comunicarnos siempre ha sido el mejor recurso de hombre. El ser humano necesita ser escuchado, conectarse con otros, vivir en comunidad.  Qué digo, cómo lo digo,   a quién le hablo, cómo se apropian los consumidores de los contenidos. La web permite construir  la comunicación  y virar sobre la marcha si es necesario. Todos podemos estar hablando de lo mismo, sin embargo sólo algunos seremos escuchados. El poder de la palabra sigue vigente”.

Nos deja el siguiente video….

6. El Marketing de contenidos  deriva, para Pere Boix, de la industria farmacéutica:

“No sé si el marketing de contenidos es o no uno de los muchos descubrimientos de la industria farmacéutica, pero recuerdo que en los años 70 oí decir al Profesor Laporte que la farmacéutica era la industria que disponía de uno de los sistemas de marketing más perfecto, ya que, por medio de los visitadores médicos, tenía la posibilidad de contactar directamente con todos sus clientes potenciales (prescriptores) para  ofrecerles información supuestamente científica de utilidad para la toma de decisiones.  Decía el Dr Laporte, mucho antes de la era de internet, que esto podía considerarse el desiderátum del marketing comercial.

Ahora me entero que a esto, o a algo de este estilo filosófico, lo denominamos marketing de contenidos, aunque debamos hacer inmediatamente la salvedad, por razones obvias, de no aplicar la acepción de ‘marketing honesto’ al caso que nos ocupa. Cierto también que, seguramente por no haberse inventado aún las redes sociales, la industria farmacéutica se vio obligada a diseñar su peculiar marketing de contenidos con alguna sobredosis de agresividad. No se trataba tanto de atraer visitas como de convertir a todos las clientes en visitados, y no en un espacio virtual sino en el lugar físico de una consulta donde, además de ofrecer contenidos, podían sugerirse otros ofrecimientos de fidelización sin luz ni taquígrafos. Lo de prosumidores tampoco se había inventado.

Tampoco sé si la industria farmacéutica se ha subido al carro del marketing de contenidos -aunque supongo que sí, menudos son ellos- ni si a partir de adoptar esta nueva estrategia han introducido elementos correctores de lo que ha venido siendo su práctica habitual. Me gustaría pensar que es así y que, por ejemplo, abren sus ‘visitas informativas’ a espacios virtuales de interacción profesional, como las redes sociales, o que someten sus contenidos a debates de calidad y honestidad mediante estrategias 2.0 en el ámbito de la gestión del conocimiento científico, con la máxima transparencia informativa y masividad de comunicación.  Aunque, ahora que caigo, probablemente haya algo de oxímoron en todo esto o tal vez sea como pedir peras al olmo.”

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