No es la primera investigación en este sentido pero parece que el tema vuelve a ser actualidad: las diferencias entre liberales (entendiendo el término como izquierda, pensamiento progresista) y conservadores, además de determinadas por el contexto social, pueden ser profundas, incluso biológicas y localizables en distintas áreas cerebrales, tradicionalmente asociadas a distintas características de personalidad.
Se dijo ya en otros estudios que ciertas características psicológicas estaban asociadas a determinadas visiones políticas. Por ejemplo, varios estudios muestran cómo los conservadores son más sensibles a rostros amenazantes mientras que los más progresistas tienden a estar más abiertos a experimentar cosas nuevas. Incluso se ha asociado la ideología política a cómo decoramos nuestros entornos, con oficinas liberales más originales, confortables, con más estilo que las de la gente más conservadora.
Recientemente, además, existe evidencia neurológica para todo ello: Ryota Kanai, de la Universidad de Londres y sus colegas han demostrado que las diferencias fundamentales en personalidad se reflejan en el cerebro.
Escaneando los cerebros de 120 voluntarios los investigadores encontraron que los voluntarios que se autodefinían como liberales tendían a tener la zona del cortex cingulado anterior, vinculada con el manejo de la incertidumbre, de la tolerancia a informaciones contradictorias, más grande. Los autoidentificados como conservadores, en cambio, tenían más grande la amígdala, cuyo tamaño se relaciona con mayor sensibilidad al miedo o disgusto.
Me sorprendía, por útimo, porque siempre lo he pensado así (muchos lo hemos vivido con nuestros abuelos/as) un dato en cierto modo contraintuitivo: la gente mayor es, en general, más progresista. A pesar de que creo que en esos casos el contexto social ejerce una potencia fundamental, no dejando demasiado espacio a orientaciones nuevas a determinadas edades, parece que la madurez tiende a modelar nuestras creencias, en general, hacia perspectivas más valientes, más abiertas y en definitiva, más libres.
Futuras investigaciones prometen matizar mejor los resultados, buscando regiones y características implicadas en el desinterés absoluto que algunos/as sienten por la política o muchos otros matices.
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Ya había leído algo al respecto y tiene su lógica, ya que el pensamiento liberal pide más “al sistema”, hay que ser capaz de mayor flexibilidad, de mayor incertidumbre. El tema de las personas de más edad, habría que estudiarlo, pues la sensación que tengo es que se dan los dos extremos: personas que eran “flexibles” y se vuelven mucho más y personas rígidas que pueden ser todavía más rígidas. También casos en el sentido opuesto, pero creo que menos y que tal vez tengan que ver con un menor control de los centros superiores y por tanto una mayor conexión emocional.
No estoy para nada de acuerdo, de hecho, por lo general y así lo indica la experiencia, salvo casos digamos incorruptibles, de joven se es progresista, de mayor conservador y por el medio liberal. Esto nos llevaria a la conclusion … de que el cerebro cambia con la edad.. y realmente cambia ?.. las celulas nerviosas evolucionan ?… no me entra en la cabeza conservadora, lo siento.
y sin acritud
yo creo q tengo un selebro progre porque estoy abierto a todo tipo de experiencias,pero eso no significa q vaya a votar a los q estan porque nos han timado con la cantinela de la igualdad y blablabla cuando ellos van en coches caros tienen fincas y van de caceria de venaos, asi que tener un cerebro abierto no va con ser progre o mas mayor sino con ser optimista libre y ver la vida con los ojos de un niño si dejarte manipular con ep rollo progre de la manipulacion propaganda subliminal que practican algunas cadenas de tv dadas por favores politicos
Por no hablar de un matiz importante: Se basa en la visión que cada sujeto tiene de si mismo, como se autodefine.
Creo como @Rafael que el post incluye una simplificación ideológica poco realista: derecha e izquierda. Cuando en realidad el pensamiento político se mueve en 2 ejes (o incluso más), el económico y el de libertades personales. Es perfectamente posible ser de izquierdas y conservador y de derechas y liberal… aunque también entiendo que haya a quién esta versión no le guste nada dado que complica enormemente el mapa político ;-)
http://es.wikipedia.org/wiki/Espectro_pol%C3%ADtico
De hecho este es uno de los motivos habituales de confusión con el término liberal entre el mundo anglosajón y nuestra visión más europea.
Por otra parte sí disiento con @Filipo, se está probando que el cerebro no es estático y que se modifica materialmente con el aprendizaje, las experiencias, etc… es un órgano plástico. Por lo que no veo tan absurda la hipótesis de que las experiencias o el aprendizaje nos modelen en la aversión al cambio o al contrario en la filia por lo diferente, podría ser tan simple como un mecanismo de realimentación química.
En lo que respecta a tu comentario sobre que en contra de lo esperado la gente más mayor es más progresista, creo que me remito a tu post sobre los estadios de desarrollo moral de Kohlberg. Quizás después de todo las experiencias y el tiempo sí nos vuelven más sabios o al menos más tolerantes.
Evocadora teoría semejante a la que decía que el cerebro de la mujer y el de los negros era inferior al de la suprema raza aría……..
y yo que creia que solo los nazis hacian esas distinciones…………..aunque pensandolo bien ¿los que hablan inglés no fueron los que ganaron la guerra?
Qué interesante este post, ya decía yo que algo me pasaba en el cerebro.
Tengo alguna duda si con el paso del tiempo al cambiar tu forma de ver la vida, también lo hace tu cerebro.
Saludos.
Aunque sé que no está en el esíritu del post, me tienta la pregunta: ¿La ciencia biológica es capaz de ofrecernos una imagen explícita de una ideología? Una imagen en forma de colores en el cerebro. Bueno, creo que es ahí donde no podemos confundirnos y donde pareciera que quizás algunos de los comentaristas se confunden un poco. La ideología sigue siendo algo que trasciende a los individuos, una construcción social que depende de procesos históricos y no individuales, mucho menos cerebrales. Pero me parece válido tratar de entender qué “configuraciones” psíquicas, cerebrales, sociales, culturales, personales, emocionales, facilitan que ciertos individuos acepten determinadas ideologías.