Decía el discurso hace año y medio, aproximadamente, que no existía una única blogosfera, sinó infinitas, distribuidas y sin protagonistas claros. Era una utopía, sigue siendo una utopía. Entre otras cosas porque los resultados de Google, el centro indiscutible de internet, siguen siendo los que son, favoreciendo la popularidad y haciendo difícil la selección por parte del usuario de informaciones u opiniones más allá de una treintena de blogs americanos y una docena de los mismos en nuestro idioma.
Por otra parte, seguro que os habréis preguntado alguna vez hasta donde llega la importancia del mercado de los buscadores. Me sorprendía leer esta mañana cómo, según estudios recientes, mucha gente aún realiza sus búsquedas desde el buscador, aún sabiendo las URL. Sería, por poner un ejemplo, introducir youtube.com en la barra de Google para ir a youtube, en lugar de escribir la url en la barra de navegación. Según usuarios ocasionales, es más fácil y te evitas confusiones con los .com, .net, etc…, cierto o no, es lo que argumentan.
Comentábamos hace poco que Google no está por la web semántica. ¿Por dónde irá entonces el futuro del mercado más rentable de la web? ¿nos ofrecerán al fin sistemas de búsqueda capaces de reforzar la blogosfera múltiple, de hacer más relevantes a nuestros intereses lo que vamos encontrando, de evitar las páginas de spam (splogs) o de evitar que “aterricemos” por error en páginas de phishing que pongan en peligro nuestra seguridad y cuenta corriente?
Florecen últimamente las startups que acotan nuestras búsquedas a las redes sociales que frecuentamos: Sightix.com, Delver o la creciente importancia de las búsquedas en Friendfeed serían ejemplos claros de ello que muy posiblemente desaparezcan en cuanto Google adopte de forma masiva los cambios en ese sentido que parece que ya está anuciando:
Una de las opciones más probables deriva de la adopción de la tecnología de Digg, un sistema “humanizado” que está probando, por el cual los usuarios podrán votar, penalizar o comentar los resultados:
Así, además de poder seleccionar en base a puntuaciones (positivas y negativas), podremos incluso eliminar de nuestras futuras búsquedas los enlaces que consideremos oportuno.
La idea, sinceramente ingénua, puede hacernos pensar que Google está intentando convertirse en un buscador realmente social y abierto. Jimmy Wales, responsable del proyecto Wikia Search, el primer buscador humano “de código abierto, transparente y colaborativo lo valora así:
“Las funcionalidades ‘experimentales’ de Google son divertidas y útiles, seguro, pero lo que importa es la cultura de libertad” Para Wales, Wikia Search tiene cuatro principios (transparencia, comunidad, privacidad y calidad), y con estos cambios Google solamente abordaría uno de ellos, el de la calidad de las búsquedas que ahora supuestamente podrían modificar directamente los usuarios.
Pero los otros tres principios siguen, según Wales, olvidados por Google. Asegura que “no hay sentido de Comunidad”, bromea sobre un posible interés de Google por la privacidad, y critica que el algoritmo de Google esté “bajo candado” para impedir toda transparencia en cómo ordena los resultados.
Sea como sea, creo que el mayor peligro de todo esto está en el último enlace que podéis ver en esta imagen: la posibilidad de eliminar resultados, que aseguran que harán constar en el cálculo de los futuros Page Rank:
Algunos hablan de meritocracia, otros, simplemente, de excesiva fe en las buenas intenciones del ser humano, cuyos intereses en la calidad de los contenidos de la web pueden no ser del todo auténticos. Las recientes informaciones sobre la venta de votos en menéame (de las que me entero gracias a Antonio Ortiz en Twitter) no hace más que ponernos sobre aviso de la competitividad, el engaño, como amenazas a una “época dulce” de la web que ya toca a su fin.
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A mi me parece extremadamente interesante el remove result, toda vez que creo en la utilidad de las estadísticas. Confío en que si tres o cuatro personas hacen un remove result, no será lo mismo que si un porcentaje significativo de los usuarios lo hace. Por lo demás, dado que el servidor web sabe las IPs de origen, cookies y tal, es fácil (lo he hecho para sistemas de encuestas), eliminar o al menos disminuir enormemente la influencia de votos abusivos. Creo que no debemos tenerle miedo a que Google aumente la sociabilidad de su servicio. Y considerando la cantidad de ruido que aparece cuando busco cosas, creo que el resultado podría efectivamente incrementar lo dulce. Por otra parte, quienes acusan a Google de no tomar en cuenta el eje social están olvidando una de las características más importante de su algoritmo y la razón de su éxito: su sensibilidad a la estructura del web, que toma en cuenta no sólo el contenido de una página, también da una gran relevancia al contenido del texto que etiqueta los links que apuntan a ella y a la cantidad de dichos links, especialmente si son de otro dominio. Eso significa que cada vez que tu y yo colocamos un link en nuestro sitio, estamos afectando el índice de manera social, probablemente mejorándolo. Que Google proteja su algoritmo me parece natural para su sustentabilidad comercial, y también me parece una buena idea dado que no queremos que haya gente engañando el algoritmo. Me parece mucho más democrático e interesante -en vez de facilitar esa posibilidad- abrir a que todos los usuarios “gustemos” o rechacemos resultados, lo cual no hace más que incrementar y masificar el mismo efecto de indexación de links. En definitiva, creo que los tiempos dulces están recién comenzando. Las amenazas a la web que me perturban hoy tienen más relación con la neutralidad, y como balancearla con la sustentabilidad de la producción de contenidos. En ese sentido, lo que está pasando en Europa me preocupa enormemente. Salu2.