Tenía pendiente ver la tercera parte de Black mirror, la aconsejable trilogía de Charlie Brooker. En este caso la serie dibuja un nuevo escenario futurista, el del registro constante de nuestras vidas, lo que podríamos denominar liferecording en espacios de memoria externos pero accesibles en cualquier momento desde nuestros cerebros.
Lo comentaba en una entrevista reciente en La Vanguardia al respecto del mundo abundante en imagen que vivimos: no, nunca la foto de la boda de los abuelos volverá a significar lo mismo, entre otras cosas porque nunca volverá a ser única pero sobre todo porque lo que nos evoca será cada vez más perfecto. Como bien aparece en la serie, nada más imperfecto que la memoria natural. Tampoco nada más benéfico, preparada en el fondo para prestarnos el beneficio psicológico de eliminar lo que más nos daña, para modificar los detalles de nuestras vidas que puedan atormentarnos. Solamente las prostitutas pueden querer no tener “Grano”, como denomina la serie a la memoria externa, refiriéndose a que solamente las vidas más duras pueden querer prescindir del recuerdo.
Son muchos otros los detalles interesantes de la serie, que recomiendo ver si no lo habéis hecho ya. En mi caso ha servido para repasar algunos temas sobre lifelogging, uno de los temas que más nos define en la actualidad y que más habrá de cambiarnos, social, emocional, ética y cognitivamente. La de la memoria es una de las preguntas más interesantes que afloran:
¿Qué ocurrirá con nuestra memoria en las épocas hiperrealistas que vienen? Gelertner inventaba una nueva metáfora para reflejar la nueva realidad de datos que van almacenándose de nuestras vidas. La idea de un log constante, una línea de tiempo, una cronología o diario, su “lifestream”, nos es mucho más natural que el almacenamiento en archivos.
Manifestamos ya conductas de lifelogging, de registro, grabado, emisión y/o archivado de nuestras vidas en forma de texto, imágenes, audio, datos biológicos desde sensores conectados al cuerpo, etc. Todos ellos dispositivos que de algún modo aumentan nuestras capacidades, estamos hablando de cámaras incorporadas en los instrumentos ya de comunicación ubicua que son los móviles, en las futuras gafas de google o, instrumentos específicos, como memoto.
Decíamos hace un tiempo en otra entrada en la que lo presentábamos:
Se trata de un artilugio pequeño, de tamaño ipod mini, fácil de prender en camisetas, collares, etc. y con capacidad de hacer fotos periódicas de 5 Megapixels que son etiquetadas con datos de localización mediante GPS y subidas a la nube cuando se conecta a un ordenador.
Después, con la ayuda de un navegador podremos visitar imágenes del pasado, cosas que a veces ni siquiera percibimos la primera vez y que sin formar parte entonces de nuestra realidad, pueden ampliarla en cualquier momento que nos apetezca…
Identidad, subjetividad ampliada
La idea es la de “prosthetic knowledge”, la “información que una persona no conoce pero a la que puede acceder cuando quiera a través de tecnología”. No es necesario ya memorizar nada… la cámara grabará imágenes de todo lo que nos haya ocurrido, creará, más que un diario, una biblioteca personal de momentos vividos.
Así, lo que antes era artístico o científico podría pasar a ser masivo. Ejemplo de lo primero es el proyecto de Wafaa Bilal, 3rdi project, que consiste en una cámara implantada en la parte trasera de la cabeza del protagonista que se dedica a las mismas tareas, grabar y emitir la antes llamada subjetividad del en aquel caso artista.
El tema es aterrador en ciertos aspectos pero también, combinado con las capacidades crecientes de la especie humana en cuanto a computación (aquí podéis leer sobre Watson), abre posibilidades nuevas en cuanto a cosas como la investigación médica, sociológica, etc.
Un ejemplo de esto último es el de la investigación de Alex Pentland de la que también hemos hablado antes aquí, que en el MIT Media Lab construía un socioscopio para registrar contínuamente la localización de 81 voluntarios en 9 meses, monitorizando también sus conversaciones. Las conclusiones son curiosas en este caso, coincidiendo con lo que Barábasi ya nos planteaba en Bursts: los patrones de comportamiento de gente que vive y trabaja en una ciudad son indistinguibles de los de la gente que vive en tribus tradicionales de pastoreo.
Aunque empieza a haber usos y casos interesantes, en ausencia todavía de espacios de almacenamiento infinito (cuidado, que empiezan a aparecer propuestas interesantes en este sentido, como Bitcasa) y de la presencia masiva en el mercado de los artilugios que mencionábamos más arriba, hoy se trata todavía de curiosidades, pero recordemos la fuerza con la podrían irrumpir las Google glasses este 2013, de nuevo memoto o incluso la cámara de 25 dólares para la Raspberry Pi, todos ellos dispositivos con los que fotografiar de forma todavía más abundante lo que vivimos, en el panorama…
Controlar nuestros recuerdos, la posibilidad de controlar, volviendo a otra de las secuencias de Blackmirror, los recuerdos de los demás, el robo de registros de otros (por morbo….), aparecen escenarios nuevos, no solo cognitivos y emocionales como los que veíamos al empezar, sino también éticos y en cuestión de valores. ¿Cuáles son las consecuencias de poder elegir el tiempo en el que viviremos? ¿Qué tan distinto es del vivir en el recuerdo que hoy vemos como algo natural?
Uno de los casos más extremos es el de la posibilidad de recrearnos, después de muertos, a nosotros mismos, de poder tener versiones extendidas de nosotros mismos a partir del registro y reproducción de los detalles de nuestras vidas:
Llegará un día en que los recuerdos no serán como los conocemos, sino imágenes holografiadas, proyectadas desde el registro constante y casi completo de nuestras vidas… decíamos en ¿Quién quiere vivir para siempre?…
En fin… tengo una grabación para un programa de la televisión local de Barcelona, así como una aparición en el Canal Extremadura radio esta semana, por lo que es posible que volvamos a referirnos pronto a esta nueva esfera de nuestra identidad.
Eso, en fin …iremos escuchando o leyendo tus opiniones e investigaciones tuyas y de otros y fantasearemos (o no tanto) de hasta donde lo viviremos nosotros. Acojona. Mucho que cabia, mucho que aprender.
Muy interesante!
Me interesan mucho tus elucubraciones de futuro, revelan mucho del presenta y el pasado inmediato. El futuro se mantiene inaprehensible y poderoso :-)
Muy interesantes sus apreciaciones, pienso en una reunión familiar proyectando holografías a cambio de reunirse frente a un vídeo proyector a recordar momentos especiales, o en una reunión en algún bar donde la orquesta sea proyectada, holografías por cada "número" montado para los espectadores.