“Internet es un mundo paralelo, un planeta
virtual que expresa al que está a este lado del espejo, este
planeta nuestro de carne, y que lo amplía y completa. Hemos
cruzado el espejo ya”
11M: redes para ganar una guerra, David de Ugarte.
www.ciberpunk.net
INTRODUCCIÓN:
Aunque de forma incipiente aún, o más o menos consciente por parte de cada individuo, sí considero que vivimos en una realidad ciberpunk. Por los motivos que iremos analizando, la evolución exponencial en lo tecnológico, la imparable ampliación del campo semántico de lo que hemos ido viendo como “hipertextual” ha llevado a la inteligencia humana a la realización de una ambición divina: la de crear un “no lugar”, de nodos inmediatos, a “imagen y semejanza” de los lugares sujetos a las implacables leyes de la física.
Internet resume, de algún modo, la historia de la humanidad. Es un mundo viejo y nuevo, siempre inacabado, que no deja de simular al de los átomos y genes, que se basa en última instancia en la circulación de átomos positivos y negativos a través de hilos de cobre, pero que crece de forma relativamente independiente a las leyes de la física, alimentado de la inteligencia humana.
Era la consecuencia lógica del posmodernismo, corriente híbrida que, ante una crisis de espiritualidad sin precedentes, fusionaba lo nuevo y lo viejo, eliminaba categorías ancestrales y vacías a la luz de la razón y trazaba un camino, posiblemente sin retorno, hacia una especie de espíritu universal que otorga significado al todo más allá de la suma de las partes. Palabras como “flujo” de información, “nodo”, “conocimiento”, son los pilares, los lugares (Dibbell, 1991) de una nueva religión que conlleva, como cualquier otra, un acto de fe, de ilusión, de autoengaño, pero a la vez de creatividad y de asunción de responsabilidad sobre un mundo controlable finalmente por parte del ser humano.
En el nuevo universo, la “energía” ingobernable de un Dios trascendente se convierte en la corriente de información que todos los internautas nos preocupamos por multiplicar. Los siglos venideros responderán a la cuestión de si el ser humano occidental, en ese “viaje de vuelta” a una “espiritualidad preilustrada”, será capaz de mantener y alimentar este “mundo mejor”.
LA MATRIZ:
La cultura ciberpunk resulta clave para entender los orígenes y resignificación de Internet. También veremos cómo, algunas de sus construcciones, serán generalizables desde la cibercultura a la propia configuración de la sociedad occidental en que vivimos.
A modo de síntesis, destacar el carácter claramente computópico de su ideología actual, en el sentido de creer en el potencial de Internet como red de influencia en cuestiones sociopolíticas cruciales. Desde un paradigma explicativo en construcción y derivado de lo sistémico, más en concreto de la teoría de redes, entenderán Internet como clave, evolutivamente hablando, de nuevas formas de organización, sobre todo social, pero con necesaria influencia en los ámbitos económicos, políticos y “culturales” que en su conjunto entenderíamos como sociedad.
Serán, según su propia definición, “la parte de ese continuo que responde de forma consciente a la naturaleza implícita de la red y la impulsa en su conjunto. La esencia de esa naturaleza no es otra que la pluriarquía” (www.ciberpunk.net)
Lo ciberpunk sería una manifestación de apropiación o resignificación de una tecnología, según determinadas metáforas (Stefik, 1997, en Hine 2000). Sus inicios vinculados a lo militar y posteriormente a lo económico, son reinterpretados por parte de una red de civiles formados e implicados en su desarrollo, que en determinado momento y según sus propios términos “nacen para la red”. La primera metáfora, la propia arquitectura libre del entorno permitirá, como veremos, ir más allá de su resignificación, hacia la propia “re-construcción” según nuevos elementos simbólicos, vinculados de forma ineludible a la libertad humana.
Se trata de un grupo de individuos, provinientes de distintas disciplinas, pero que “viven, trabajan y consumen parte de su tiempo de ocio en la red”.
En España, el movimiento nace a partir de la caída del muro de Berlín, en 1989 y a partir de la coincidencia histórico geográfica de un grupo de personas vinculadas al mundo de la informática que comparten el desencanto entorno a las utopías contraculturales de la izquierda radical. La paralela emergencia de internet como entorno de arquitectura libre en el que trabajan, les lleva a pensar la red como ámbito en el que desarrollar la ideología política del movimiento ciberpunk internacional.
A este nivel internacional, tienen como principales precursores a determinados medios de comunicación, tanto dentro como fuera del Ciberespacio, que los aglutinan y cohesionan. El ejemplo más claro de ello lo tenemos en la revista Wired, editada en San Francisco, cuyos principales ideólogos serán Marshall McLuhan y el “gurú” del Ciberespacio Nicholas Negroponte, habitual colaborador. Wired será el medio que encarnará y dirigirá el proceso de creación y generación del concepto más amplio de cibercultura. Veámos algunas de sus influencias:
-LO “CYBER”, LO “PUNK” y el POSMODERNISMO:
Siguiendo la definición de Timothy Leary, el término “ciberpunk” definiría a personas “formadas” que acceden a las tecnologías de la información como medio para lograr, de forma individual, sus propios objetivos de satisfacción personal, provecho, crecimiento…Su carácter libertario se resume en el código “TFYQA” (Piensa por ti mismo, cuestiona la autoridad) y les lleva a adoptar, desde lo “cyber”, las nuevas TIC como “armas”, medios de resistencia o campo de batalla contra cualquier abuso de autoridad. El propio autor cita, como iconos de lo ciberpunk antes del desarrollo de la red, a escritores de ciencia ficción como Bruce Sterling, William Gibson, Pat Cardigan…que, mientras imaginaban “mundos de ciencia ficción posibles”, daban forma a algunos de los iconos que agruparían al movimiento. Se trata, resumiendo, de novelas que creaban personajes marginados, reivindicativos, desde posiciones intelectual y técnicamente elitistas. Sus “ecosistemas” serían mundos altamente tecnificados, donde el control social estricto sería ejercido a través de complejos mecanismos de manipulación bio-tecnológica. Su rebelión, desde el propio dominio de lo “cyber”, se producirá de forma individual o en “cuadrillas agrupadas entorno a fines concretos”, de forma creativa”.
Parte, para este mismo autor, integrante del movimiento, del descontento, a modo de contracultura ilustrada que pretende representar el modelo cultural” dominante” o inspirador del “ethos” posmodernista en el siglo XXI.
Como rasgos que compartirán con el postmodernismo, hablaríamos de cosas como la fusión de medios, el individualismo, la necesidad de construcción artística o expresiva de la propia identidad múltiple y diferenciada, la tecnofilia, el hedonismo o la búsqueda de nuevas sensaciones y experiencias.
LO HACKER:
Según palabras de sus fundadores “la cultura hacker, su sistema de valores, su ética del trabajo, forma parte del nodo original e impregna toda la estructura. Es como el DNA homocigótico de los netócratas, entiendan la red como quieran entenderla. Ciberpunks o no ciberpunks, la ética hacker está en la raiz de todo. Quien no tenga ese gen es realmente un extraño en la red y muy probablemente un reaccionario”,
El “gen” del que nos hablan, no es otro que la defensa de la libertad de la información, en esta nueva realidad ya no imaginada, que van construyendo.
LA “IDEOLOGÍA CALIFORNIANA”:
Podemos leer en Castells (2001) sobre los orígenes de Internet como tecnología financiada por estamentos militares pero apropiada por científicos y cultura de los movimientos libertarios (universidades). Su expansión definitiva se produce cuando se detectan, por parte de la empresa, sus posibilidades. Será, así, esta nueva forma de capitalismo de lo “intelectual”, la que facilitará la incorporación de “creativos” a empresas, su participación en el desarrollo económico y por tanto, el desarrollo de sus posibilidades como nuevos productores. Son personas que comparten, según Faura (2001), la denominada “ideología californiana”; escritores, hackers, capitalistas y artistas de la Costa Oeste de los Estados Unidos, cuya alianza “espontánea” configura una ideología que defiende valores como la iniciativa personal, el optimismo tecnológico, nuevas formas de capitalismo, creatividad e innovación, que serán determinantes en la actual configuración de la red.
Su desarrollo, a pesar de lo anterior, se desmarca pronto de lo Norteamericano, resultando según Castells (2001), paralelo en Europa, como lo demuestra la institucionalización de la sociedad privada que gobierna Internet, el W3C, con miembros europeos.
LOS MANDAMIENTOS DEL NUEVO MUNDO:
“Si has llegado hasta aquí probablemente tienes claro lo que buscas. Eres consciente que una nueva forma de vivir se está acercando, cambios sociales y económicos; cambios en la forma de relacionarse y de trabajar; cambios en definitiva en nuestra sociedad tal y como la conocemos en los últimos 200 años. Somos conscientes que una nueva forma de hacer sociedad se avecina.. ¿estamos lo suficientemente preparados? ¿se crearán brechas sociales aun mas profundas?” Netocracia.tk
Siguiendo con la metáfora que iniciaba este trabajo, ante la oportunidad de construir un nuevo mundo habiendo aprendido de los errores cometidos por nuestros antecesores irracionales o Divinos, ¿qué principios van a regir nuestra nueva vida en el ciberespacio?
DETERMINISMO TECNOLÓGICO:
Lo ciberpunk ha evolucionado, de alguna forma, como reacción a la amenaza de control, político, militar o económico, que la red hubiese podido suponer. Así desde sus orígenes literarios computrópicos en los que lo ciber se veía como una evolución hacia la desnaturalización de lo humano (novelas de ciencia ficción como las de Gibson en las que los cyborgs intentaban rebelarse ante dictaduras científicas) llegamos a la efervescencia de la red como territorio donde poner en práctica su filosofía libertaria. Desde Internet, lo ciber no desnaturaliza, sino que potencia el desarrollo de lo humano. Según las palabras del psicólogo Timothy Leary, personaje íntimamente ligado al cyberpunk y anteriormente en la década de los 60 profundamente envuelto en la contracultura hippy, “el cyberpunk es una persona que utiliza todos los datos posibles que percibe para pensar por sí mismo y cuestionar la autoridad, capaz de crear sus propias realidades”. La nueva rebelión ilustrada propone un modelo de individuo creativo y que piensa por sí mismo como una norma en el futuro, capaz de derribar los sistemas de gobierno del capitalismo democrático actual, que se considera una tiranía de la mayoría contra el individuo (suburbia@sindominio.net).
De forma explicita, se nos habla de que la tecnología posibilita la conexión entre “personas”, más que entre máquinas, resultando estas instrumentales, más que esenciales a conceptos como la comunicación, la organización social o las propias “redes”de personas. Ninguna tecnología es neutral, ocultando siempre posibilidades estructurales de poder. Así Internet adquirirá su “forma” entre los usuarios (Shields, 1996, en Hine 2000), en el contexto de su empleo efectivo (Silverstone y Hirsch, 1994, en Hine 2000), durante el proceso de negociaciones e interpretaciones por el que pasa cualquier nueva tecnología. Por ello, como partícipes en su desarrollo, los teóricos de lo ciberpunk asumen su responsabilidad en el mantenimiento de la propia base abierta y libre de la red (XHTML, CSS como lenguajes “libres”, de código fuente abierto, estándares del W3C)
Podríamos hablar, como Faura(2001), de “Religiosidad” o nueva fe en lo científico y tecnológico (positivismo). La cultura ciberpunk defendería el libre conocimiento, la información, la creación, en el ámbito de las nuevas tecnologías, por parte de la sociedad civil en general, como prerrequisito hacia un futuro mejor. De alguna forma y enlazando con el siguiente punto, el ciudadano sería más “libre” cuánto mayor acceso tuviera a los contenidos y posibilidades de creación y difusión de los mismos que la red ofrece.
PLURARQUÍA, SOCIALISMO TECNOLÓGICO:
Se pretende, desde el propio “documento Larnaka” destinado al debate teórico de la asociación ciberpunk mayoritaria en nuestro país en el 2005, influir en el cambio desde una cultura de masas a una cultura documental. La red posibilitaría, por su propio carácter desvinculado de lo industrial (impresión en papel), la desvinculación cultura-industria y así, la gratuidad del conocimiento. Además, a diferencia de los medios de comunicación de masas anteriores (Radio, TV), posibilitará la interacción entre receptor y emisor o incluso la democratización del acceso a la producción de informaciones. La defensa por parte del movimiento ciberpunk en nuestro país de la reivindicación pro tarifa plana, tendría así el sentido de disminuir la brecha digital más vinculada a lo económico, de convertir la red en un territorio poblado (Lamikiz 2000).
Se extrae de sus estatutos que pretenden “Fomentar la difusión, conocimiento y uso de las tecnologías de la información por parte de los ciudadanos en aquellos ámbitos donde puedan ser útiles para el ejercicio de sus derechos cívicos”(Art.2)
La forma política que articula la cultura ciberpunk sería, siguiendo con lo anterior, la Pluriarquía, el poder de lo diverso, de lo plural, más allá de las mayorías en el eje izquierda-derecha que representa lo democrático. Se trata de la “Netocracia”, un nuevo socialismo meritocrático en base a la tecnología donde la igualdad entre internautas será una posibilidad. Como en los MUDs sociales de Reid(1994, 2003), el dominio de las herramientas de manejo y ampliación del “sistema”, será el que base el poder, las jerarquías. El arma, el útil principal de expresión será el blog.
En relación a este apartado, los ciberpunk defienden formas de organización en comunidades transgeográficas alrededor de contingencias socio-políticas determinadas y puntuales, o la agrupación de ciudadanos internautas agrupados por finalidades concretas en “el nuevo espacio imaginado” de la red. Heredan, así, “el espíritu de Neuromancer” en el sentido de articular cuadrillas a favor de reivindicaciones concretas en el nuevo espacio, producido y nutrido de una tecnología social (Baym, 1998).
Este nuevo espacio será delimitado desde las propias FAQ de la web ciberpunk.net:
“en nuestra mirada el mundo se divide en tres grandes bloques: Los continentes que se encuentran en el Atlántico (Europa, África y América), los que se encuentran en el Pacífico (Asia y Oceanía) y el mundo virtual (la república de las letras, la de la ciencia y la gran red virtual). España aparecerá en el primer o el tercer bloque cuando aquí ocurra algo realmente relevante a escala global”
GLOBALIZACIÓN:
Una vez reconocidos los aspectos positivos de la globalización “cultural” o política en el fin de los nacionalismos, ven la red como superación en el sentido de que crea nexos entre el interés local y el global. Así, la reacción ante el intento de ilegalización de los cibercafés en Madrid, hará que se retire el proyecto de ley presentado y representará un éxito reciente de lo ciberpunk en nuestro país, alcanzando una escala global cuando trasciende en la portada de Wired, como ejemplo de activismo cibernauta.
Se comparte la ideología de la antiglobalización, no obstante, en el sentido económico y militar anti-imperialista, cuando se critica el intervencionismo estadounidense en ambos aspectos o se desmitifica el hecho de que Internet sea un producto exclusivamente americano (también en Castells,2001).
ANTIMILITARISMO:
Es el espíritu humanista universitario el que, como hemos visto, desvincula Internet de lo militar. De acuerdo con HINE(2000), serán determinadas contingencias ocurridas en procesos sociales las que determinarán algunos de los usos de las tecnologías. Del mismo modo en Castells, 2001, cuando puntualiza que las tecnologías están producidas por su proceso histórico de constitución o las contingencias que durante su desarrollo, vayan ocurriendo. Veremos, así, en lo económico, cómo se configura la red en relación a los intentos monopolistas de Microsoft. En cuanto a lo político-militar, tras el 11S, la lógica republicana (“neocons”) militarizará Sillicon Valley, espacio privilegiado de la industria informática, poniendo en peligro la lógica “libre” de la red. De forma similar en nuestro país, la manipulación informativa sufrida tras el 11M, desacredita los medios de comunicación tradicionales y proporciona la oportunidad de formar “redes efectivas” de ciudadanos unidos por un cambio de rumbo político antimilitar.
No se trata sólo de una reacción, sino que, a partir del análisis desde la teoría de redes importadas a España con anterioridad a esa fecha por teóricos de lo ciberpunk como Urrutia y a partir del reciente análisis de Alqaida como netocracia basada en la pluriarquía, proponen que puede combatirse el terrorismo redefiniendo los objetivos de la lucha como guerra de red o netwar. En sus términos, “la emergencia de las redes sociales el mismo día 13, abre también una puerta a la forma en que debemos enfrentarlo: más red, más redes, más libertades y más descentralización a todos los niveles. Y un recordatorio, los musulmanes los de aquí y los del mundo árabe no son el enemigo, sino el campo de batalla, el aliado a ganar para la sociedad abierta, integrándole en una sociedad reticular libre y global… Es decir, en el mundo abierto la red es el medio, por eso no hay enfrentamiento entre netócratas y grupos mediáticos, porque el proceso de virtualización y desarrollo de las redes sociales allana el camino de la netocracia y sus ideas” (“11M, redes para ganar una guerra”).
LIBERALISMO ECONÓMICO, ANTIMONOPOLIOS:
Según la evolución histórica relatada por Castells(2001), es el mundo empresarial el encargado de enlazar Internet y Sociedad. A pesar de ello, desde sus inicios, la propia red se basa en una arquitectura informática abierta y de código fuente libremente accesible. Así, la reacción de lo ciberpunk ante el intento capitalista de convertir la red en un entorno exclusivo de consumidores es resignificada por sus “expertos informáticos” en dirección a liberar lo intelectual-artístico de las presiones del capital. De ahí el nacimiento de las redes Peer to Peer, del espíritu Wiki o del movimiento de Software libre. Se trata, en definitiva de hacer de la red un entorno de creación, además de un entorno de consumo.
El movimiento ciberpunk sitúa la alianza poder-capital en finalidades de dominio de la información. La amenaza, así, enlazando con el punto anterior, será un consorcio militar-tecnológico- gubernamental que pueda controlar para qué, cómo, cuando y sobre todo quién, utiliza la estructura informática. Más allá de la visión de Stephenson, identifican el proyecto estratégico de Microsoft, Intel y las grandes agencias de seguridad norteamericanas como “Palladium”. En sus propias palabras:
“Que un reducido grupo de empresas y agencias norteamericanas puedan controlar en cada momento para qué se usan y cuando los ordenadores de todo el mundo debería ser recibido con suspicacia no sólo por los defensores de los derechos civiles y la industria tecnológica del resto del mundo, sino por los gobiernos que pronto descubrirán hasta que punto su soberanía reside en el escritorio de los PCs”
Según la madurez de la sociedad de la información en la que creen, consideran la independencia tecnológica (en términos de compatibilidad entre sistemas y acceso a las fuentes originales) como determinante, más allá de la ideología y la territorialidad, de la propia soberanía.
Concretamente, sitúan la mayor amenaza a la diversidad en la política republicana o neocons, el “tándem” Bush-Gates. Y se defienden, como nuevos personajes de “Neuromancer” a partir de la creación o el software libre.
CONCLUSIONES:
“Lo cautivador es la mezcla de fundidos. El contagio ardoroso de la fiebre del milenio funde lo retro con lo posmo, catapultando cuerpos con órganos hacia la tecnotopía…donde el código dicta el placer y satisface el deseo”
“La identidad explota en múltiples formas e infiltra el sistema por las raíces“
VNS Matrix(1991), Manifiesto de la zorra mutante
Internet fue una visión en la mente de los primeros ciberpunk. Una visión nacida en la literatura, en la que un mundo científicamente controlado podía ser puesto en jaque sobre la base del mérito creativo. La cultura ciberpunk, que impregna la red desde sus inicios, parte de esa “sospecha” y extiende desde el conocimiento, su metáfora hacia una red libre.
“Ni como un árbol (oligarquía o poder impuesto por unos pocos, en su forma de pensamiento, democracia), ni como un rizoma (ideologías izquierdistas tradicionales). Más bien como una enredadera (pluriarquía) que crece continuamente en dirección a un punto verde en el infinito” en sus propias palabras, es otra metáfora, la que guía hoy las actuaciones de lo ciberpunk en nuestro país. En palabras de Lèvy(1998), la cibercultura sería el universal sin totalidad. El ciberespacio no generaría una cultura de lo universal porque esté en todas partes sino porque su forma o idea implican el derecho al conjunto de los seres humanos.
Podríamos decir que la sociedad off-line será ciberpunk en la medida en que lo que entendemos por sociedad se lleve a cabo en la red. Cada vez son más los ámbitos que virtualizamos. El 11M en nuestro país desencadenó un fenómeno que desde otras disciplinas se categorizaría como “marketing viral”, confirmando la idea de que Internet, las nuevas tecnologías en general podían servir como medio de organización de masas en favor de la información libre.
Hemos construido un sueño, un nuevo mundo que ha bebido de las fuentes de lo que construimos cuando seguíamos sujetos a la ley del átomo, del gen. Empieza ahora la época en la que, la nueva ley del bit llevará su influencia a través del ser humano a la sociedad offline. Esta es la idea que subyace a la autocreación del “cyborg” como entidad híbrida entre mil categorías hasta ahora estancas. La fusión posmoderna inició mitos como el de queer, las mezclas de culturas (mestizaje), géneros (ambigüedad sexual), de la integración de, desde un punto de vista estético, distintas materias o elementos en el mismo espacio óptico. En la pantalla como venimos viendo, o fuera de la misma, en nuestras propias identidades y cuerpos (tatuajes, piercings…). Lo venidero, lo incipiente ciberpunk significará la consolidación de la diversidad posmoderna, de los espacios hápticos que la red, que la ampliación de conciencia que conlleva, resignificará en cierto modo en ópticos. La interconexión, la interacción, parecen ser los elementos que darán sentido a la ya vieja concepción Gestáltica de que el todo es siempre más que la suma de sus partes. La conectividad que lleva al conocimiento es, de alguna forma, la libertad, el arma de los cibercaballeros del primer ciberpunk literario. Autores como Turkle, McRae , Sadie Plant, Haraway o Balaguer o Mayans en nuestro contexto sociocultural, hablarán del sujeto de hoy como “cyborg” (un hibrido entre humano y máquina), como ente integrador de géneros, de razas, como ” mezcla transgresiva de biología, tecnología y código” que nace en el ciberespacio como elección y diferencia y que empieza a caminar por nuestras calles.
Como defendía en el trabajo anterior, somos, al fin y al cabo, lo que sabemos. Lo posthumano es la conquista del conocimiento y por tanto la realización de la plena libertad. Es lo que nos transmite, con palabras distintas, el tecnochamanismo de Leary o Rushkoff en su Ciberia, que el corrector ortográfico del tratamiento de textos que utilizo, se empeña en traducir como “Liberia”, como si de un lapsus psicoanalítico cargado de oscuras significaciones se tratase. Ese es el límite, para mí, de lo tecnoutópico y el punto en el que creo que se confunden quienes llevan el objetivo último de la inteligencia artificial a la emulación de la conciencia humana. Internet ya es, como he venido argumentando, una simulación mejorada de la realidad. En palabras de Orihuela (1999) “La hiperficción bien puede llegar a convertirse en parte del modo en que se transfieren los valores culturales y las costumbres de generación en generación”. Se trata, en adelante, de devolver a lo offline las posibilidades que hemos hecho crecer en la red, de integrar, de algún modo, ambos mundos, ambas estructuras o hardware en nuestro software consciente y libre.
BIBLIOGRAFÍA:
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-Orihuela, JL: El narrador en ficción interactiva. El jardinero y el laberinto. Universidad de Navarra, 1999.
-REID, E. (1994). “Cultural Formations in Text-Based Virtual Realities“. M.A. Thesis, University of Melbourne.
-REID, E. “El control social en el ciberespacio” en Smith, M.A. & Kollock, P. Ed. Comunidades en el ciberespacio (2003) Barcelona: Editorial UOC. Pàg. 149-184.
-Sociedad de las Indias electrónicas: http://www.lasindias.com/bitacora.html.
-Stephenson, N. En el principio fue la línea de comandos. http://www.sindominio.net/biblioweb/telematica/command_es/command_es.pdf
-UGARTE, D. (2004) 11M, redes para ganar una guerra.
-WIEMKER, M. (2003): Cyberpunks: A Sociological Analysus With Special Interest in teh description of their on-line activities. En www.cibersociology.com
–www.wired.com: publicación digital.
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