Pensando en cómo romper los muros que separan una sociedad acomodada en la crítica, incapaz de ver más allá de su ombligo de cómo las TIC, las TAC, las TEP, pueden ayudar a salir de la crisis que vivimos, dando vueltas al porqué tardamos tanto en inventar un mundo mejor basado en la sociedad aumentada, en la suma de sociabilidad y tecnologías de la participación que puede salvarnos, me detenía esta tarde en el discurso de Maajid Nawaz. Dibuja el peor de los escenarios posibles, el que casi monopoliza nuestra historia reciente de incapacidad por parte de las democracias de apropiarse de forma positiva de unas TIC ante las que no hacen más que temblar.
Lo comentamos a menudo… pueden organizarse Riots violentas o movimientos sociales pacíficos en los nuevos entornos de autoorganización sin organizaciones. Es cuestión de educar o no la participación, de decidir si sembramos ya de una vez la democracia también entre los circuitos electrónicos o dejamos que sean los extremismos los que sigan alimentándose de sus posibilidades.
¿Renacemos como sociedad, despertamos de una vez o seguimos envejeciendo?
Os dejo con el resumen de la charla Ted de Maajid, “A global culture to fight extremism”, sin ningún tipo de desperdicio:
“En las sociedades medievales las filiaciones estaban muy claras. A la identidad la definía principalmente la religión. Luego, en el siglo XIX empezaba la era de las naciones estado en Europa, en la que a las identidades y lealtades las definía el origen étnico. En la era de la globalización hemos avanzado hacia la era de la ciudadanía, en la que las personas pueden tener orígenes multiétnicos o multirraciales pero son ciudadanos iguales ante un Estado.
Hoy estamos entrando en una nueva era, la era que el New York Times apodó hace poco como la “era del comportamiento” y que podríamos definir como un periodo de tiempo de lealtades transnacionales en el que la identidad se define, sobre todo, por ideas y discursos que sacuden a gente en todos lados y afectan a su modo de actuar y comportarse. El amor, pero también el odio también se han hecho globales. Es más… hasta hace 6 meses, aquellos que más se han beneficiado de la era del comportamiento, de las lealtades transnacionales, que han aprovechado el activismo virtual y otras tecnologías sin fronteras, aquellos que más se han beneficiado de todo ello han sido los extremistas.
Extremistas islámicos o el fascismo de extrema derecha que está en auge se ríen en la actualidad de la lentitud del cambio en los estados democráticos. Lo que antes eran provincialismos localizados, extremistas individuales o pequeños grupos aislados unos de otros se han interconectado de manera global y, por tanto, se han convertido en corrientes dominantes porque Internet y otras tecnologías de comunicación los han conectado alrededor del mundo. Los provincianismos se están conectando y eso les hace sentirse como una corriente dominante, parte de un fenómeno a gran escala.
La mentalidad Conservadora, con mayúscula, representada en la nación-estado, que no está todavía en la era del comportamiento, que no ha reconocido el poder de los movimientos sociales transnacionales, se está quedando atrás.
¿Cómo lo consiguen? ¿Y por qué los aspirantes democráticos se quedan atrás? Para eso debemos entender el poder de los movimientos sociales que tienen éxito. Un movimiento social, en mi opinión, está compuesto de 4 características principales. Está compuesto de ideas, discursos, símbolos y líderes. Se lo explicaré con un ejemplo, un ejemplo que todos conocerán: Al-Qaeda. Si les pidiera que pensaran en las ideas de Al-Qaeda, seguro que se les vendrían a la mente inmediatamente. Si les pregunto sobre su discurso… la guerra de Occidente contra el Islam, la necesidad de este de defenderse de aquel… este discurso se les viene automáticamente a la cabeza. Por cierto, la diferencia entre las ideas y el discurso: la idea es la causa en la que se cree y el discurso es la forma de vender esa causa, la propaganda, si prefieren, de la causa. Así que las ideas y el discurso de Al-Qaeda son fáciles de recordar.
Si les preguntara por sus símbolos y sus líderes, también sería muy fácil. Uno de sus líderes fue asesinado en Pakistán hace poco. Se acuerdan de estos símbolos y líderes fácilmente. Ese es el poder de los movimientos sociales. Son transnacionales y se aglutinan en sus ideas y sus discursos, sus símbolos y sus líderes. Sin embargo, si les pido que piensen en Pakistán y, en concreto, en los símbolos de sus líderes democráticos en el Pakistán actual, les costará recordar algo más que, quizá, el asesinato de Benazir Bhutto. Lo que quiere decir, de hecho, que ese líder ya no existe.
En mi opinión, uno de los problemas es que no existen movimientos sociales globales, de base, liderados por jóvenes, que defiendan la cultura democrática en las sociedades de mayoría musulmana. En las sociedades de mayoría musulmana no existe el equivalente democrático, no terrorista, de Al-Qaeda. En la calle no encuentras ni ideas ni discursos ni símbolos ni líderes prodemocráticos. Esto nos lleva a la siguiente cuestión. ¿Por qué las organizaciones extremistas, tanto las de extrema derecha como las islamistas (entendiendo islamista como aquella versión del Islam que quiere imponerse sobre el resto), por qué son tan eficaces organizándose de manera global mientras que aquellas que defienden la cultura democrática se quedan atrás?
Creo que se debe a 4 razones. La primera, para mí, es la autocomplacencia. Porque aquellos que defienden la cultura democrática tienen el poder, o están en sociedades poderosas que dirigen la globalización, en países fuertes. Y esa autocomplacencia significa que no sienten la necesidad de defender esas ideas.
La segunda razón, creo, es la corrección política. El ir diciendo por ahí que la cultura democrática es la mejor forma de organización política que tenemos se asocia con el extremismo.
Y la tercera es que la democracia en las sociedades de mayoría musulmana se ha convertido en una opción política más, lo que significa que en estas sociedades algunos partidos piden que se les vote como el partido democrático, mientras otros piden que se les vote como el partido militar, porque quieren instaurar una dictadura militar. Y un tercer partido pide que se le vote porque instaurarán una teocracia. La democracia es simplemente una opción más entre muchas otras formas de gobierno en estas sociedades. El resultado de esto es que, cuando estos partidos salen elegidos e, inevitablemente, fracasan, o cometen errores políticos, se acusa a la democracia de estos errores. La gente dice: “Hemos probado la democracia, pero no funciona. Volvamos a un régimen militar”.
Y la cuarta, creo, es lo que he catalogado como la ideología de la resistencia, lo que significa que si hoy en día la superpotencia mundial fuera un país comunista, sería mucho más fácil para los activistas democráticos utilizar la democracia como una forma de resistencia anticolonialista, más fácil que hoy en día con EE.UU. a la cabeza que ocupa tierras y propugna los ideales democráticos.
Cuando hablamos de estas razones, rompamos algunos prejuicios. ¿Son solo lamentos? ¿Es solo falta de educación? Estadísticamente, la mayoría de los que se unen a organizaciones radicales tienen buena educación. Estadísticamente, su educación está normalmente por encima de la media del mundo occidental. Por ejemplo, valga decir que si la pobreza fuera el único factor… en fin, Bin Laden pertenece a una de las familias más ricas de Arabia Saudita. Su mano derecha, Aymán al-Zawahirí, era pediatra, no exactamente un iletrado. La ayuda internacional y el desarrollo llevan muchos años funcionando pero el extremismo, en muchas de estas sociedades, está en alza. Y lo que yo creo que falta es un verdadero activismo de base, en la calle, además de la ayuda internacional, además de la educación, además de la sanidad. Extender una verdadera reivindicación democrática entre las masas como algo complementario pero no independiente.
Y aquí es donde creo que el neoconservadurismo lo ha entendido mal. El neoconservadurismo apoya la idea de que es mejor imponer los valores democráticos de arriba hacia abajo, imponiendo la oferta a los consumidores. Mientras que los islamistas y las organizaciones de extrema derecha llevan décadas alimentando el apoyo a sus ideologías entre las bases. Han fomentado la reivindicación cívica de sus valores entre las bases y vemos como estas sociedades, lentamente, se transforman en sociedades que demandan algún tipo de islamismo. Tras las revueltas árabes, los movimientos de masas en Pakistán que se han llevado a cabo para reclamar algún tipo de teocracia, no han sido revueltas democráticas.
Llevan desde antes de la partición promoviendo el apoyo hacia su ideología entre las masas. Y lo que necesitamos es un verdadero movimiento transnacional liderado por jóvenes que propugnen activamente la cultura democrática, que por supuesto no es solo elecciones. Ya que sin libertad de expresión no puede haber elecciones libres y justas. Sin derechos humanos, la protección durante la campaña no está asegurada. Sin libertad de pensamiento nadie tiene el derecho a unirse a organizaciones.
Lo que se necesita son organizaciones de base que propugnen la cultura democrática en sí misma con el objetivo de crear una demanda de esta cultura. Así conseguiríamos evitar el problema del que hablaba antes, la situación actual en la que algunos partidos presentan la democracia en estas sociedades como una opción más entre otras, como la teocracia o un régimen militar. Mientras que si promovemos la democracia en la esfera cívica, más que en la esfera política, en un nivel por encima de esta… mediante movimientos que no sean partidos, sino que busquen la creación de esta demanda cívica de una cultura democrática lo que conseguiremos es el ideal en el que los ciudadanos voten en una democracia y no por la democracia.”
En fin.. poco que decir. Tenemos entre los dedos los instrumentos para la democracia más potentes de la historia y en algunos ámbitos seguimos discutiendo banalidades, defendiendo con mucha visceralidad y poca razón cuestiones, como la privacidad, que al final proporcionan más cobertura a los que tienen más que esconder, en este caso a los extremismos, a los violentos.
Nota: acaba de salir al mercado editado por Deusto, Socionomía, mi libro. Aunque escribiremos en breve más extensamente sobre él, quería dejar enlace a su microsite, con enlaces para su compra y descarga tanto en versión papel como en versión ebook.
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Dolors Reig del excelente blog Caparazón advierte que si la sociedad democrática, la cultura democrática no es capaz de reinvindicarse con los medios que tiene entre los dedos simplemente seremos absorvidos por movimientos violentos extremi…stas ya sea musulman o de extrema derecha.Según el Ted de Maajid Nawaz y como el New York Times defines al presente como la era de los comportamientos.Ella dice que debemos ser capaces de sembrar la democracia entre los circuitos electrónicos,urge despertar,renacer la cultura democrática,reivindicarla como un movimiento de paz.Sin duda esto me trae a colación que aca en Huamachuco tenemos raíces profundamente democráticas que deben ser despertadas,renacidas como es el pensamiento de nuestro tribuno José Faustino Sánchez Carrión sinónimo de libertad en todos los sentidos, de nuestro gran tunante que su verbo y obra es sinónimo de otro gran valor de la cultura democrática que es la transparencia.Profundas raíces históricas y valores democráticos, buenas semillas para hacer TEP para la paz como dice Dolors Reig.”¿renacemos como sociedad, despertamos de una vez o seguimos muriendo?. Un saludo desde Huamachuco-Perú.
El ciudadano debería ser capaz de hacerse oír en las calles. El hecho de que algo tan simple como eso, no surta efecto en Europa, habla de la perversión del sistema democrático en los países desarrollados económicamente. El control es absoluto, aún en el entorno tecnológico. Lo que los caracteriza es actuar desde las sombras, para que el ciudadano crea que posee libertad… primero fue el consumismo, ahora Internet. Avanzamos notablemente, desde ya…. pero no hay posibilidades de utilizar esta herramienta como generadora de cultura democrática, si no se logra una neutralidad en la red. Hasta tanto esto no ocurra, será simplemente un espacio más, donde se reproduzcan las mismas ilusiones en las que aún hoy viven los europeos. Por eso desestimo el texto entero, nomás por la reflexión final, la cual me da a entender que no estás considerando el mayor problema (que no es el extremismo islámico, como les han dicho por allí… pensar eso es dormir con el enemigo. Sólo falta despertar).
“En fin.. poco que decir. Tenemos entre los dedos los instrumentos para la democracia más potentes de la historia y en algunos ámbitos seguimos discutiendo banalidades, defendiendo con mucha visceralidad y poca razón cuestiones, como la privacidad, que al final proporcionan más cobertura a los que tienen más que esconder, en este caso a los extremismos, a los violentos.”
Violencia es mentir, dice un músico de mis pagos =)
Saludos desde Argentina!