Seguimos con la serie que empezábamos el otro día sobre sesgos, distorsiones cognitivas que todos cometemos pero que, conocidos/as, pueden ayudarnos a pensar o vivir mejor. El hilo conductor sigue siendo el estudio en Edge del que hablábamos hace un par de días, en el que varios expertos alrededor del mundo opinan en la materia:
-Positividad: en el caso del psicólogo Martin Seligman, padre de la psicología positiva, escribe sobre los cinco pilares del bienestar (Emoción positiva, Implicación, Relaciones positivas, Significado, propósito y logro), recordándonos que reducir la pobreza, la enfermedad, la depresión, la agresión, la ignorancia, son solamente la mitad de la tarea y que la ciencia y las políticas públicas, que se han centrado tradicionalmente solamente en remediar las condiciones negativas, son insuficientes. En lo personal no basta con reducir la depresión, la ansiedad, el dolor sino que habrá que trabajar positivamente, también, en construir la PERMA.
Siguiendo con Seligman existen 3 tipos de felicidad:
-Una es la emoción positiva, reconocible, la risa, el bienestar emocional, el placer aparentemente momentáneo.
-El segundo es el flujo, aquél que conocemos de Mihalyi Csikszentmihalyi y que es capaz de otorgar felicidad cuando lo relatamos a posteriori, sin que seamos conscientes de ella mientras transitamos ese especial estado.
-El tercero es la significación. Ésta es, tradicionalmente, la más venerada de las felicidades, la que citan Himanen como recompensa máxima de su tipo especial de Hacker intelectual y aquí decimos siempre que constituye el secreto del éxito de la web social: la realización, la significación que consiste en conocer nuestras fortalezas, en utilizarlas para “pertenecer a” y “en servicio de” algo más grande que nosotros mismos.
Y en torno a los temas que tratamos en el blog, al cambio hacia las TEP, la sociedad aumentada que vivimos, como decíamos en un amplio post que dedicamos al tema:
…un motivo para el optimismo está en la tecnología, los social media que posibilitan la explosión creativa que vivimos. Expresiones de la significación que perseguimos como humanos y humanidad, las tecnologías serán buenas si pueden dirigirse hacia el aumento de la emoción positiva, la significación, el flujo y el resto de los matices que hemos ido aportando.
Quizás en clave educativa esos sean los motivos, el sentido de acompañar, educar, la que sigo pensando fundamental: la participación. Formas creativas y significativas de participación desde las escuelas y hasta cualquier edad son capaces de hacer no sólo que aprendamos mejor, de forma más significativa, sino que seamos mucho más felices.
-Estudiar las equivocaciones: Kathryn Schulz estudia la psicología del error, del arrepentimiento, desde un punto de vista optimista, viendo el error como eslabón necesario hacia el acierto. Es imprescindible, como también observa Carlo Rovelli en la obra de Edge, aceptar la incertidumbre como parte de nuestro crecimiento intelectual. Sus argumentos, que nos hablan de aprender de los errores, de flexibilidad para cambiar según sus lecciones, me resultan, tremendamente actuales.
Como recordaréis de una presentación reciente, que por cierto ya está en el canal de El caparazón en Youtube, estamos de enhorabuena los que toleramos e incluso nos sentimos cómodos entre matices e incertidumbres más que entre dogmas y certezas.
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Estimada Dolors, es muy grato seguir tus reflexiones que no solo me orientan en el desarrollo del perfil profesional en la red sino ademas impactan en otros aspectos del “estar” en el mundo(como esta publicacion).
Aprendo mucho desde tu forma de vincularte con las personas, las herramientas y el conocimiento. Sin arrogancias, con coherencia y reconociendote como un@ mas que generosamente esta dispuesto a interrogar (se) y compartir. Tus aportes dan confianza en que tod@s podemos pensar, compartir y construir.
Aunque a veces sea dificil calmar la ansiedad de estos escenarios liquidos, de convivir en la incertidumbre; este estilo tuyo de intervencion con otr@s es un andamiaje para seguir aprendiendo.
A esto lo llamo buena enseñanza.
Saludos,
Muy de acuerdo con Schulz, nada con Seligman.
Schultz no se ha inventado nada, pero ha hecho una buena observación de la tradición cristiana de la confesión. Seligman pretende inventar la felicidad ajena a la realidad y, claro, fracasa estrepitosamente.
Muy bueno tu post.