Es posible que los “poderes” económicos de la web estén empezando a abusar de nuestra paciencia. Lo pareció cuando hace unos días Facebook sustituyó sus abrazos, toques y caras sonrientes por un atisbo de cambio en sus políticas de privacidad que aumentaba el control sobre nuestros datos personales. La reacción de la comunidad, fuerte y determinante en las redes sociales por su propio carácter alimentado de la participación, no se hizo esperar. Horas después daban marcha atrás, cambiando los usos dictatoriales por parodias democráticas desde las que todos podían opinar.
Relevante esta semana es la nueva política de Google, previsible desde que compraba DoubleClick, de adoptar la publicidad basada en nuestros comportamientos o Behavioral targetting. En primer lugar, los datos oficiales desde el blog de Google:
“Google utiliza la cookie de DoubleClick DART en los anuncios publicados en sitios web de editores que muestran anuncios de AdSense para contenido. Cuando un usuario final accede a un sitio web del editor de AdSense y ve un anuncio o hace clic en él, es posible que se introduzca una cookie en su navegador. Los datos que se recopilan a partir de estas cookies se utilizan para ayudar a los editores de AdSense a publicar y administrar mejor los anuncios de sus sitios y de toda la Web.”
“Google utiliza empresas publicitarias asociadas para publicar anuncios cuando visita nuestro sitio web. Es posible que estas empresas usen la información que obtienen de sus visitas a este y otros sitios web (sin incluir su nombre, dirección, dirección de correo electrónico o número de teléfono) para ofrecerle anuncios sobre productos y servicios que le resulten de interés”
Iba a informaros, simplemente, sobre el tema, pero me ronda por la cabeza desde que he leído la noticia una pregunta: ¿Es que no saben lo incómoda que resulta para el usuario (consumidor, prosumidor) este tipo de publicidad? Y si lo saben… es que nos ignoran?
Son muchos los estudios sobre privacidad que muestran el descontento de los usuarios con el registro y los anuncios según sus actividades previas. Burst Media (en un estudio con 4,000 adultos) encontraba que los consumidores no quieren ser monitoreados:
- El 60% de los encuestados saben que son monitoreados y que los datos de su actividad online se recogen y comparten.
- Los encuestados no valoran positivamente la mejora en su experiencia de navegación a costa del registro de sus actividades.
Así, desde un punto de vista subjetivo os diría que me asusta mucho más esta nueva provocación de Google que las que acostumbra a lanzarnos Facebook: Al fin y al cabo, los datos en el perfil o en el lifestreaming de las redes sociales son datos que yo decido compartir. Lo que nadie me ha preguntado es si quiero compartir con empresas, anunciantes, etc… los sitios por los que navego. ¿Qué sensación tendríamos si recibiéramos correos postales derivados de nuestra actividad cuando salimos de casa? ¿Existe el espacio privado en Internet?
El tema es que incluso yo, que he sido una optimista tecnológica sin aparente remedio, creo que Google está yendo demasiado lejos.
Y no sin estrategia: en el caso de Facebook, de cualquier red social o marca con una comunidad fuerte, es la misma comunidad la que ejerce como mecanismo de autoregulación, como filtro participativo del malestar de cualquier posible iniciativa. En el caso de Facebook, usuarios implicados supieron reaccionar, provocaron el buzz necesario y obligaron a la compañía a que se tuviera en cuenta su opinión.
Vista la comunidad como forma de autoregulación democrática, ¿habéis pensado en porqué Google, con extensiones prácticamente a todos los ámbitos de la red, no las potencia? No existen foros públicos y masivos de discusión sobre Google y cualquiera de sus políticas.
Además, queda claro que la compañía ignora a los “Prosumidores“, que se dirige al mismo público de siempre (el mismo target de los spammers), el poco competente en lo digital, puro consumidor pasivo de información, productos y servicios en la red.
En este sentido, si bien es cierto que tanto anunciantes como navegantes pueden desactivar la publicidad (nos ofrecen complementos – plugins para ello), dudo que el target al que se dirigen tenga la más mínima idea ni de que puede hacerse ni de cómo hacerlo.
No sé si el BT (Behavioral targeting) mejora o no la publicidad, la relevancia de los anuncios que se nos muestran, pero sí que la publicidad semántica ha demostrado poder ser muy precisa y afín al concepto de publicidad como información, sin amenazar en forma alguna nuestra privacidad.
En fin… creo que Google está arriesgando en exceso y subestimando el poder, la alquimia de los que empezamos a ser ya multitud y denunciamos este tipo de cosas en la red.
Nos queda, como siempre la formación, la responsabilidad en informar a quienes aún no son “residentes digitales” a ser menos manipulables por los gigantes bienintencionados de la red.
Recomendados:
Error500: Behavioral targeting en la publicidad de Google
Consultoría Artesana en red: ¿Personas? No te engañes: consumidores
El caparazón:
- Adsense y los beneficios de la analfabetización digital
- Publicidad contextual estándar vs. publicidad semántica.
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¡Qué buen artículo!
Comparto plenamente que la estrategia de Google es infinitamente más preocupante que el fallido intento de FB. De hecho… ¿le hemos dado permiso en alguna letra pequeña? Y si es así… ¿podría ser considerada judicialmente como práctica abusiva? No soy un experto en esto (como en casi nada), pero el monopolio de facto que supone ya Google en su mercado podría abrir posibilidades en este sentido y ser un origen de vigilancia oficial sobre el gran hermano, de la misma forma que ya es normal que suceda sobre MS.
Huele a que se acaba el glamour ¿no?
Cuando los usuarios bloqueen las cookies de Doubleclick y el javascript de los anuncios de Adsense, y empiecen a perder ingresos en publicidad, se enterarán de que su política es equivocada.
@carloscesaralvarez El problema es que los usuarios que a Doubleclick le interesan, como advierte Dreig… no son precisamente los que saben bloquear sus cookies, sino los que como yo, lo de javascript… le suena a ciencia ficción… y de culto. ;-)
Esa es probablemente una forma fácil de conseguir mover a Google (y a otros), pero no una forma fácil de actuar: ya que Google no tiene una comunidad detrás, de haber reacción social debería hacerse utilizando posibilidades de usuario básico ¿no?
Yo creo en la capacidad para aprender del usuario. A mí también me sonaba a chino lo del javascript (de hecho, sigo sin saber qué es :) ), pero tengo un plugin facilísimo de instalar que lo activa y lo desactiva a voluntad. Para mí, que es cuestión de tiempo que la gente reacciones. Tal vez soy optimista :)
Si internet, gracias a la presion de nosotros los consumidores y los que soñamos con generar contenidos, no tiende hacia lo que la gran mayoría queremos, un universo libre donde uno dentro de la responsabilidad y los parámetros más altos, nos deje ser..sin gran hermano a bordo…no se Google si habrá equivocado este ultimo movimiento…Personalmente cuando dejo estela es porque deseo que sea seguida, pero no por porque me toque dejarla para darle gusto al sistema, sino por capricho, gusto, o hasta conveniencia…No me gusta la publicidad que rastree mis gustos, porque puedo ser hasta insensible a ella, ya se que va avenir en todos los sitios, luego la ignoro…veremos
Jesús:
Creo que sí, que se acaba, para algunos que hemos confiado hasta el final, como bien dices “el glamour”. Por mi parte he desactivado la opción de rastreo de mis lectores. No es solo Google….Yahoo hace lo mismo.
Carlos César:
Hay que ser optimista. Lo que está claro es que un modelo de publicidad que se soporte en la ignorancia de la gente no es del todo legal… esperemos que las legislaciones se den cuenta de ello.
Google adsense:
Creo que se equivocan, pero sin una comunidad fuerte que se lo recuerde y amenace, no van a echar atrás, así que tendremos que acostumbrarnos.
Gracias a todos por la conversación.