Tampoco es que nos extrañen los datos que indican que la brecha digital se suma a los tipos de brecha más habituales y arraigados en nuestras sociedades, como la de pobreza o la de género, pero no está de más recordar que la utopía tecnológica no es igual para todos/as. Andaba hoy pensando en cómo los MOOCs favorecen, entre otras cosas, el intercambio intelectual entre culturas y por lo tanto la inteligencia colectiva en su máxima expresión cuando existe diversidad, cuando me daba cuenta de que estamos excluyendo de todo ello, como siempre, a siempre demasiado altos porcentajes de mujeres.
La tabla no tiene desperdicio: la diferencia entre la brecha de acceso entre hombres y mujeres es, en los 144 países en desarrollo valorados en un estudio conducido por Intel, de un 23% de media.
Teniendo en cuenta que la diferencia entre hombres y mujeres en cuanto a acceso en EEUU es del 4% (según datos de la Pew) podremos hacernos una idea acerca de la importancia de la situación.
El informe encuestaba a 2000 mujeres en México, Uganda, India y Egipto. Uganda es el lugar donde la diferencia es más grande, además de otras partes del África subsahariana donde solamente el 9% de las mujeres tenían acceso a internet comparadas con el 16`por cien de hombres.
Sobre los motivos las mujeres encuestadas citan como el primero la falta de acceso, ni a computadoras ni a teléfonos con conexión. En otros casos aunque se tenga acceso se dice no conectar porque no se entiende la tecnología y nadie les ha enseñado cómo utilizarla.
El elemento exclusivamente cultural es especialmente grave en Egipto o India, lugares en los que una de cada cinco mujeres llega a decir que no sería apropiado conectar a internet. En esos mismos lugares el 10% de las mujeres manifestaba que su familia no aprobaría que conectasen a internet.
En fin… que queda mucho camino todavía por recorrer.
Me parece que estas informaciones dan muchos elementos para analizar la brecha de género incluyendo la brecha digital.