Se trata de uno de los grandes mitos sobre el comportamiento online, el que afirma que se trata de un entorno que hace aflorar fácilmente la agresión, la crueldad, la violencia que parece que todo ser humano lleva dentro. También, decimos siempre, la seguridad y desinhibición que proporciona la conexión virtual, puede favorecer la expresión de cosas positivas que no nos atrevemos a expresar, normalmente por timidez pero también por otros condicionantes sociales, en el mundo offline.
Controlar lo primero, potenciar lo segundo, serán ejes de la educación de la participación, de una participación que valga la pena en clave de la evolución de la Socionomía a una Socioautonomía movida por valores de carácter superior que creo que debemos acompañar.
Hace tiempo ya que Suler, uno de los primeros ciberpsicólogos, afirmaba que los entornos online hacían aflorar aspectos de nuestra personalidad que normalmente mantenemos en secreto, generando lo que él denominaba los efectos de la desinhibición online.
La idea básica de Suler es la de que ocultando sus identidades reales los acosadores no solamente evitan la responsabilidad por su comportamiento sino que terminan disociando sus identidades real y virtual. Se trata de disfunciones en la empatía: en la vida real la agresividad desencadena una reacción inmediata de la víctima, un cambio en la expresión facial, en el tono de voz, en el lenguaje corporal, incluso reacciones violentas. En el mundo online, sin embargo, no existen este tipo de reacciones y las víctimas no tienen cara, no nos transmiten sus sentimientos, no desencadenan nuestra empatía del mismo modo.
Muchos aspectos de la teoría de Suler permanecen sin demostrar pero un estudio reciente en Israel sugiere que podría ser cierto que tendemos en menor medida a ser agresivos cuando es evidente nuestra identidad. Curiosamente, sin embargo, la falta de anonimato no es el inhibidor más fuerte de la agresión online, lo es el contacto visual. En otras palabras, es la ausencia de feedback social lo que puede llevar a iniciar y mantener los abusos.
Se resumen en un artículo algunas intervenciones que añadiríamos a cualquier tratado sobre “hablar en red”, sobre la educación de una participación que nos haga mejores. Añadimos otras:
Terapia Cognitivo – Conductual
La idea básica es la de que el ser humano que “piensa diferente” puede sentir, actuar de forma distinta. Recuerdo que en prisiones trabajábamos con técnicas como el entrenamiento de inoculación del estrés. Consiste en exponerse a situaciones de descontrol emocional para después elaborar ideas acerca de la inadecuación de la reacción: “No es lo bastante importante para enfadarse por ello”, “´no debería tomarme esto de forma personal”, etc.
Control Emocional
Similar al anterior, consiste en aprender a controlar impulsos mediante simulaciones (estudios recientes muestran que entrenar a la gente en iniciar y parar acciones presionando botones puede hacerles menos impulsivos), relajación o incluso estimulación eléctrica del córtex prefrontal pueden ayudar, dada la relación existente entre problemas de autocontrol y agresiones.
Modificación del sesgo cognitivo
La modificación de los sesgos cognitivos trata de corregir desequilibrios en los mecanismos de atención o emoción. Enseñar a la gente a reconocer la felicidad en expresiones faciales ambiguas puede corregir sesgos emocionales negativos y reducir la agresividad en adolescentes.
Entrenamiento de la empatía
Se trabaja también en el tratamiento de delincuentes sexuales, la empatía. Adoptar la perspectiva de las víctimas, escribir cartas pidiendo perdón, leer relatos de la víctima, terapias de grupo, role playing, etc. suelen resultar técnicas efectivas para el tratamiento también de la agresión online.
Socionomía
No tengo claro que los ojos sean el reflejo del alma pero sí que funcionan como sus ventanas: Estudios como el que citábamos demuestran que el mantenimiento del contacto visual reduce la agresión, que presentar imágenes de miradas puede hacer a la gente más generosa y proclive al bien común. Conocíamos el dato de que mostrar dibujos o imágenes de personas en las páginas web conseguía más ventas (es enorme la explotación del instinto social en disciplinas como el neuromarketing, así que saberlo es clave para la “neuroresistencia” o educación del espíritu crítico que siempre defendemos). Pues bien…. también puede lograr comportamientos más empáticos.
Evolución moral
Un repaso a la teoría de los valores morales de Kohlberg y su evolución en Internet cerraba Socionomía y centraba algún otro artículo aquí. Una moral avanzada es aquella en la que el individuo define el bien y el mal basado en principios éticos elegidos por él mismo, de su propia conciencia. Siguiendo con la definición en Wikipedia, se basa en normas abstractas de justicia y respeto por todos los seres humanos que trascienden cualquier ley o contrato social.
Quizás podamos pensar en una moral post-empática, quizás no sea necesario, después de todo, tener que ver los ojos de ningún ser humano para respetarle como a nosotros mismos. Quizás Internet, por último, la malla de interconexión con otros seres humanos más allá de las miradas, de cualquier forma de corporeidad que representa, nos esté haciendo, de forma lenta pero irremediable, mejores.
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buenisima
Muy interesante.
Muy sustancioso, para seguir pensando.
Les sugiero, mis queridos amigos/as lean los artículos de Dolors Reig Hernandez. Son muy interesantes.
Por esto a algunos nos cuesta tanto escribir on line acostumbrados a mirarnos , a escucharnos, a exprear mediante el lenguaje corpora que casi siempre dice más….sin embargo para aquellos que quieren esconder sus emociones es lo mejor.
Las redes sirven de herramientas para poder expresar lo que se siente de manera más fácil por que no se esta poniendo la cara ni poniendo en riesgo nuestra integridad física, es todo un dilema, el problema llega cuando no sabemos ser prudentes, cuando abusamos de esta sistema comunicativo y no ponemos limites a nuestras emociones.