La historia como necesidad básica

Está el siguiente en mi lista de lectura el libro de Gazzaniga, Who’s in Charge?: Free Will and the Science of the Brain, sobre responsabilidad desde el punto de vista de la neurociencia. Mientras quería dejar un apunte que me ha parecido extremadamente interesante. El autor es uno de los padres de la neuropsicología y se distingue por ser uno de los investigadores más importantes de nuestro tiempo en cuestiones de lateralidad cerebral, de las funciones de cada hemisferio cerebral y sus relaciones.

Pues bien… aparece en el libro y desarrolla en una entrevista reciente una idea interesante y que refuerza la necesidad de utilizar la extremada potencia de internet como lugar en el que contar historias: el hemisferio izquierdo de nuestros cerebros podría tener precisamente esa función, la de ser el intérprete, el que cuenta las historias que necesitamos para mantener la coherencia en nuestra memoria. Y no es una cuestión banal, puesto que los seres humanos buscamos permanentemente entender el mundo que nos rodea de una forma coherente, sin demasiadas incertidumbres, contradicciones e incluso injusticias.

La ciencia cognitiva siempre ha reconocido la narrativa como un principio básico para la memoria. Nos contamos historias a nosotros mismos desde pequeños buscando, no tanto los detalles exactos sino la coherencia, el entendimiento de las cosas.  Tenemos tendencia a confabular, a llenar los huecos en la memoria con invenciones plausibles que preserven la continuidad narrativa.

Como manda la tradición neuropsicológica, Gazzaniga estudia el fenómeno con pacientes: Curiosamente, en pacientes con pérdidas de memoria significativas o en tests de laboratorio con participantes con las conexiones cercenadas entre los hemisferios derecho e izquierdo se acude en mayor medida al “Intérprete”, al hemisferio izquierdo, para que invente los contextos necesarios.

El cerebro derecho intuye… el izquierdo explica… ando leyendo, escribiendo mucho acerca de la intuición y los autores se dividen entre creerla infalible o culparla de la toma de decisiones racionales posterior ya sesgada.  Este es caso para Gazzaniga.

Añade el autor que debemos resolver un divorcio histórico entre ciencia y arte, en este caso literatura, cine, etc.: La coherencia narrativa nos ayuda a navegar por el mundo, amamos las historias de ficción porque nos ayudan  a hacer más coherentes nuestras realidades, nos aportan seguridad, tranquilidad y confianza.

En fin.. no quería dejar de recordar el papel emocional, social, también, de las historias que recordábamos en un artículo más comprensivo y que ya anticipaba este: Lo que pasa en nuestros cerebros ante una historia.

 

A propósito… me ha encantado la historia que asocia el creador de este vídeo al célebre cuadro de Munch. El grito y sus motivos…

 

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11 comentarios en “La historia como necesidad básica”

  1. Pingback: Bitacoras.com
  2. Fantástico post.

    Por cierto que eso que comentas de que ” los seres humanos buscamos permanentemente entender el mundo que nos rodea de una forma coherente, sin demasiadas incertidumbres, contradicciones e incluso injusticias” me ha traído a la cabeza un libro que leí una vez: Storytelling (de Christian Salmon).

    Salmon defiende que se están utilizando las técnicas de la narrativa, de una manera totalmente orientada, para crearnos un “Nuevo Orden Narrativo” en el que explicarnos el mundo de manera que beneficie a determinados “poderes”.

    Suena conspiranoico, pero no es tan así. Aquí un post que escribí al respecto:
    http://luistarrafeta.wordpress.com/2011/07/26/storytelling-por-christian-salmon/

  3. me agrada que los relatos, las historias, permitan unir las trayectorias de los nodos que vivimos

    seguro que muchos cruzarán este puente de Munch de la mano de esa historia que pone tragedia a la cara de angustia, gracias

  4. Así en corto hay que tener en cuenta, al menos en modo experimental y generalizando, que la capacidad de crear historias a partir de la memoria está mucho más desarrollado en la mujer que en el varón. Sólo analizando las “historias de vida” que se usan como metodología de estudio, el relato de la infancia se diferencia tanto en cantidad como en “calidad” no sólo de las cosas que se creen recordar sino también en la habilidad para explicarlas.

  5. Apreciada amiga,
    Hoy me llegas al alma porqué esta es la batalla en la que estamos en la cátedra UNESCO de Girona, intentando facilitar los vínculos y encuentros entre ciencia y arte, entre cultura y desarrollo, desde una perspectiva integral de la cultura entendida esencialmente como comunicación (y educación). Al final, todo se reduce a algo tan sencillo como el placer de inventar, conocer, escuchar, leer, mirar, disfrutar, vivir, historias. Internet nos permite alcanzar niveles de sofisticación en los contenidos y en los alcances y redes, nunca imaginados. Gracias por el blog y por mantenernos al día de tan interesantes novedades.

  6. Muy interesante post.
    Lo he compartido con mis alumnos de un curso de ventas porque, precisamente, esta semana les estoy explicando que han de saber contar historias; emplear no solo el lenguaje racional porque el emocional permanece mas en el recuerdo y engancha.

  7. Estoy de acuerdo en que la elaboración de historias, sobre todo si tienen que ver con nosotros, activan zonas del cerebro que fortalecen nuestra capacidad cognoscitiva

  8. La música de Pink Floyd no puede ser más acertada para acompañar el sufrido baile del personaje del grito. Excelente. Y la charla sobre el miedo a la muerte de los personajes, genial.

  9. Pingback: Enseñar, empoderar, concienciar, a través del storytelling participativo | El caparazon

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