“Nobody is as smart as everybody“(nadie es tan inteligente como todos a la vez)
Kevin Kelly
No soy muy afín a las regulaciones. Menos, en cuanto a la red, cuya libertad ha sido el valor fundamental de su desarrollo, se refiere.
Tampoco al pesimismo o al alarmismo de pensar que las cosas, dejadas a su libre albedrío, tenderán a ir peor.
Quizás por eso, porque me enfrenta a algunos de mis principios, me ha resultado especialmente interesante la lectura de un libro descargable en pdf, escrito por Jonathan Zittrain, sobre el futuro de Internet—(Y cómo evitarlo), que presenta una idea en la que quizás no hayáis pensado pero que resulta, como mínimo, inquietante:
La idea central sería la advertencia sobre el peligro para la libertad que suponen algunos de los últimos desarrollos de la web, como la idea del escritorio virtual o las plataformas cerradas.
El libro empieza con una adecuada metáfora sobre Apple, desde la que Zittrain ejemplifica las dos tendencias que hemos vivido duante los últimos tiempos en el mundo de las nuevas tecnologías: iPhone y Apple II inauguran, en su opinión, dos revoluciones radicalmente distintas:
“El Apple II fue la quintaesencia de la tecnología generativa. Invitó a la gente a participar. El iPhone es justo lo contrario: es estéril; más que una plataforma que invita a la innovación, es un aparato pre-programado. El mundo entero pudo innovar en el primer caso. Sólo Apple puede hacerlo en el segundo.”
A cambio de la libertad, lo que el iPhone y otros entornos (o “jardines”) vallados, ofrecen al usuario es esterilidad, estabilidad, privacidad incluso si hablamos de redes sociales, un tema que no es malo en sí mismo, pero que puede poner en peligro el libre desarrollo de las sociedad de la información.
“Generatividad” es un término que se refiere a la apertura, no exactamente a la filosofía “open source” sinó a los productos que proveen plataformas en las que los usuarios pueden construir nuevas aplicaciones o protocolos sin permiso. En sus propias palabras, sería la capacidad de un sistema para producir cambios no anticipados por los usuarios: Incluye así, además del software open source, a Windows. Como ejemplos de sistemas no generativos propone grabadoras de video digital, la mayoría de los teléfonos móviles, las consolas de video juegos o redes como Compuserve y AOL.
A cambio de librarnos de spam, phishing, hackers, virus, spyware o ataques de denegación de servicio, problemas típicos del tráfico en la red de hoy, muchos usuarios podemos estar poniendo en peligro la libertad de la red y su potencial como herramienta de crecimiento colectivo.
Así, los jardines vallados (“walled garden”) estarían ganando terreno a la par que las diversas manifestaciones de “malware” que sufrimos.
Esta es la situación actual y existen dos posibles alternativas de futuro:
Ordenadores, dispositivos, redes abiertas que faciliten la optimización, mediante la inteligencia colectiva, por parte de terceros, o cierta tendencia retrógrada que nos llevaría a volver a preferir la seguridad de entornos cerrados.
¿Hubieran surgido cosas como Skype, Bittorrent, los Wikis o muchas otras de las bondades de la web actual, exclusivamente de corporaciones cerradas y sometidas a las leyes del mercado?
Por todo ello y en defensa de la Generatividad o flexibilidad generativa, el autor propone 3 formas de pensar la tecnología o de defendernos de esta tendencia ya actual en el mercado de internet:
1. Trabajar, de forma individual, seguir utilizando tecnologías generativas.
2. La generatividad instiga un patrón dentro y más allá de las capas tecnológicas del ecosistema informativo (los sistemas generativos pueden llevar a producciones de contenidos también generativas, como lo hicieron los wikis con Wikipedia).
3. Sistemas robustos de responsabilidad individual en los casos de Malware en sus más diversas manifestaciones, podrían favorecer la seguridad y por tanto la adopción de sistemas de este tipo para administraciones y empresas.
Propone como ejemplo el mundo de la música: sus leyes contra individuos que comparten productos culturales pueden ser negativas si el interés que se protege es el enriquecimiento de algunas marcas, pero desde un punto de vista más genérico, el del posible daño a la red y el mundo de la informática en general, el control podría ser beneficioso:
El futuro de internet podría ser mejor si la tecnología y las leyes permiten la identificación, quizás no completa, de algunos usuarios. Hacer imposible la identificación del malware puede terminar por acabar con la propia libertad en la red.
No es un tema fácil…espero que el resumen haya sido interesante, suficiente para reflexionar y continuar la conversación.
Podéis, en todo caso, descargar el libro completo en versión PDF desde este enlace.
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Buena reseña y rapidísima ;-). Editaré el post para incluir un enlace a tu entrada.
Respecto a lo que comentas, desconfío mucho de los controles e identificaciones que se proponen. Siempre queda la pregunta de ¿quién controla al controlador? ¿Quién define lo que es malware? Internet se ha configurado, por ahora, en un territorio con riesgos pero que están ampliamente compensados por los resultados. Quizá aceptaría algunos controles en temas muy muy específicos y críticos, como aplicaciones médicas, lugares donde lo que está en juego es grave.
En cualquier caso, los usuarios han establecido controles por su cuenta sin que se haya mermado la potencia de las aplicaciones. La Wikipedia se autoregula sin demasiados problemas (y con controversías)… por ahora, ¿no podríamos dejarlo así?
Sí en mi opinión. Tampoco confío demasiado en los controles. Y creo que la idea de Zittrain olvida de hecho algo básico: que no vamos a renunciar fácilmente a esta libertad. Para que la libertad compense el riesgo, en este caso, para defenderla desde nuestros propios roles, debemos hacer lo que ya hacemos…formar, formar, formar y seguir formándonos.
Un saludo
Exelente articulo
Las redes cerradas son el caldo de cultivo de la mass media ya que en ellas se transfiere unidireccionalmente.
Por el contrario, las abiertas permiten la multidireccionalidad de los usuarios y por lo tanto facilitan la construcción de identidad individual.