Se habla de la de Túnez como de la primera revolución Wikileaks, además de ser otra de las muchas revoluciones twitteadas, apoyada en los medios sociales frente a la incapacidad de unos medios tradicionales rígidos, controlados por la misma fuerza hacia la que los ciudadanos se rebelan, de mantenerse independientes, de seguir cumpliendo su función como conectores de la sociedad.
La causa básica de las revueltas es una dictadura policial que atenazaba el pais desde hacía 23 años, que pudo sobrevivir en el obscurantismo pero que ha quedado inoperativa en un entorno en que la información es capaz de circular de forma libre.
Autocomunicación de masas, empoderamiento, parece innegable que la revolución de la información acelera las expectativas, las ganas, la conciencia de los derechos humanos que se observan en lugares cercanos.
Extraigo de Gawker los elementos fundamentales para entender la de Túnez en un contexto de revoluciones (o evoluciones) potenciadas por el sentimiento de comunidad que son capaces de generar los social media:
-Existen en Túnez 3 millones y medio de internautas,
-En Twitter, bajo el hashtag #sidibouzid funciona un sistema de información útil y en tiempo real.
-Algunos activistas han citado como “la gota que colmaba el vaso”, un cable de Wikileaks que criticaba la corrupción en el gobierno tunecino, en concreto, algunos detalles de la ostentosa forma de vida del Presidente tunecino pudieron indignar a una población mucho más pobre.
-En Túnez Facebook es una red social importante, con1,4 millones de usuarios.
-Existen historias de censura, de encarcelamiento de bloggers y activistas. En Facebook se habla de datos extraidos de forma ilegal, eliminación de grupos, imágenes y comentarios contrarios al régimen. El colectivo Anonymous ya reaccionó a todo ello, atacando al gobierno tunecino por censura, con Operation Tunisia y un ataque DDoS.
Me parecía curioso, por el aprecio que además le tengo a la herramienta, que el colectivo Nawaat esté usando su Posterous constantemente, con videos e imágenes de las protestas. Y parece que todavía no toca, pero pensar en la posibilidad de Foursquare o cualquier otro servicio de geolocalización y chekin para localizar geográficamente manifestaciones y protestas (aquel poder de organizarnos sin organizaciones del que tanto hablamos), se hace inevitable.
No voy a profundizar en el debate sobre el papel de Internet en el conflicto. Me posiciono más allá de Clay Shirky cuando afirma “nadie dice que los social media enfaden lo suficiente a la gente para actuar. Solo ayudan a la gente enfadada a coordinar sus acciones”. Sí creo, como veíamos, que Wikileaks ha colmado la paciencia de muchos/as que sabíamos pero no a ciencia cierta de cosas que surgen ahora y hacen estallar nuestras iras.
Me sitúo más en la línea de Zuckerman, que sí considera la de Túnez una de las primeras revoluciones twitteadas y en Foreign policy destaca que más allá de considerar la cuestión académica de la importancia exacta de los social media en el conflicto debemos estar atentos a los que surgirán, durante los próximos tiempos, en países como Algeria, Egipto, etc… de la especial confluencia de desempleo, protestas ciudadanas y medios digitales. La imagen, impagable.
Me pregunté una vez, antes de posicionarme radicalmente a favor de Wikileaks, si no sería perjudicial comprometer la seguridad de Europa, de EEUU y lationamérica con filtraciones que son extrañas desde los obscuros movimientos terroristas radicales del mundo árabe. La evolución de la libertad en Túnez me ha hecho recordar que era una falacia, que el desequilibrio en seguridad es un riesgo que debemos afrontar ante las enormes ventajas que nos promete una sociedad de la transparencia capaz de ayudar a liberar grupos humanos tradicionalmente castigados como está demostrando que puede hacerlo.
Apoyemos, en definitiva, la voluntad del pueblo de Túnez que, libre, manifiesta querer formar parte del nosotros de la sociedad digital.
Imagen: BORIS HORVAT/AFP/Getty Images
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No se puede hablar de “revolución Wikileaks”, ni de “revolución tuiteada” por la sencilla razón de que en Túnez no se ha producido ninguna revolución ¿O somos tan ingenuos como para llamar “revolución” a quitar al presidente para poner en su lugar al que era primer ministro o al presidente del parlamento?
Me gustó el post!
justamene anoche estaba leyendo todo lo que me fui “guardando” en la semana al respecto,
asi que dejo unos links:
-La nota de Zuckerman en Foreign Policy es excelente, y va de la mano con un reciente posteo de su blog:
What if Tunisia had a revolution, but nobody watched?
http://goo.gl/WI5RS
-y también me gusta mucho, ante situaciones como estas, leerlo a Evgeny Morozov, quien dado su background en relaciones internacionales, se especializa en analizar el impacto de internet en la politica. Tiene un blog en FP,
http://neteffect.foreignpolicy.com/
y la nota que me gustó mucho es esta:
First thoughts on Tunisia and the role of the Internet
http://goo.gl/ZignR
La parte final de la nota:
“Finally, I think we shouldn’t lose sight of the broader political and social impact of the Internet prior to mobilization (or, as some would put it, the “revolutionary situation”). Part of the argument that I’m making in The Net Delusion is that it’s wrong to assess the political power of the Internet solely based on its contribution to social mobilization: We should also consider how it empowers the government via surveillance, how it disempowers citizens via entertainment, how it transforms the nature of dissent by shifting it into a more virtual realm, how it enables governments to produce better and more effective propaganda, and so forth. All of this might decrease the likelihood that the revolutionary situation like the one in Tunisia actually happens — even if the Internet might be of tremendous help in social mobilization”
saludos y buena semana!
Vero