Youtube desmonetizaba hace poco el canal de Logan Paul,, supuesto vlogger cuyos contenidos van de la mofa a cuerpos de suicidas a la electrocución de ratas muertas. Muchos/as somos los que consideramos que el castigo no es suficiente y que el que llamo el “niñato necrófilo” debería ser expulsado de una comunidad que dice representar la cultura juvenil.
Reflexionamos en este episodio sobre el espíritu inicial de Youtube como reflejo de la cultura streampunk, la democratización cultural que prometía, todo ello basádonos en ideas propias y algunas aprendidas en los libros que últimamente publicaban varios de sus trabajadores. Streampunk, Videocrazy, etc.
Las ideas allí expuestas son fantásticas pero no concuerdan con los últimos movimientos de Youtube, poniendo en marcha políticas muy suaves para cualquiera que acumule fans y visitas y muy duras para los canales más pequeños.
Más allá de los que hagan o no los algoritmos dirigidos por los responsables de las redes, también plantemos la cuestión ética. ¿Vale todo para conseguir la viralidad? ¿Es el tipo de contenido que Youtube parece interesado en ayudar a viralizar, como en el ejemplo con el que empezamos, el tipo de contenido que refleja la actual cultura joven? Es el Youtube basura (“trashtubing”) lo que todos/as queremos para esta comunidad?
Mi visión era por primera vez pesimista. Tras algunas generaciones de jóvenes francamente prometedoras, parece que los poderes han optado por la tradicional cooptación. Si los jóvenes solamente se fían ya de sus iguales, si sus decisiones de compra, políticas, etc. dependen de modelos horizontales y no ya de los discursos de los mass media tradicionales, si pudieron ocurrir cosas excepcionales para un mundo mejor, como los movimientos sociales que vivimos el 15m de 2011, la mejor estrategia es la de siempre: si no puedes con tu enemigo, únete a él. Los hoy llamados “Influencers”, forrados de dinero a través de la permisividad de los poderes ante el “todo vale” influyen… y mucho, en las más recientes generaciones de ex-prosumidores que ya solamente consumen maratónicamente contenidos de pésima calidad.
Devolver a los jóvenes a pasividad, convertirles en consumidores pasivos de lo que llamamos “Trashtubing”, mantenerles ignorantes y devotos del dinero fácil, implique lo que implique en cuanto a destrozo de principios y valores, recuperar, en definitiva, la idiotez en la que se soportan los desequilibrios de poder, las muchas de las desigualdades, injusticias y disfunciones de este planeta, parece el objetivo final de los innumerables poderes fácticos del capitalismo. El trashtubing es el nuevo opio del pueblo, sin duda.
Sólo recientemente, ante la movilización de los jóvenes como reacción a los asesinatos múlitples de Florida, recupero la esperanza y el optimismo. Llamémosles en este caso Goldtubers, capaces de viralizar en sus medios, dueños por primera vez de una voz capaz de comunicar con las masas, también, cosas tan maravillosas como la paz. Trump les está, muy a su pesar, escuchando, el tema de género, el animalismo, el respeto a la diversidad sexual y racial están, creo, avanzando a pasos agigantados a través de las redes sociales y youtube en concreto.
No es fácil encontrarles pero son muchos los Goldtubers, los canales que ofrecen contenidos interesantes y hacen gala de principios y valores que ya me gustaría que muchos adultos también atesoraran. Ojalá nuestros jóvenes se den cuenta de todo ello y usen, para el bien de la humanidad, en forma de imágenes, videos, fotos, mensajes, recursos creativos más abundantes que nunca, las armas más potentes que ha tenido el ser humano, independientemente de los poderosos, para cambiar la historia.
Esos, los que se dirijan en ese sentido, serán los influencers verdaderos, los que necesitamos.
Lo explico con más extensión en este video, que incluye una lista de reproducción dedicada a recoger canales de ese tipo, canales jóvenes, canales gestionados por milennials, genz o cualquier otro/a que no se deje engañar e idiotizar ante el espejismo del millón fácil, para aquellos que se den cuenta de que ellos y no los influencers vaciós del dinero fácil (los trashtubers) y sin ética, con el imprescindible apoyo de papá un papa Youtube que decepciona a muchos/as , son el verdadero oro. Son los goldtubers y cada visita, cada like, cada suscripción que les hagamos, hará de la cultura que Youtube dice representar, un lugar mejor.
El vídeo:
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2 comentarios en “Trashtubing vs. Goldtubing, o el Influencer que de verdad queremos.”