Conocernos mejor para cambiar el mundo es el título de uno de los capítulos de Socionomía, precisamente del que introducía la idea que, gracias a un artículo en Read Write Web, ampliamos aquí hoy: twitter, facebook y otras redes sociales online están permitiendo estudiar el comportamiento humano fuera de los laboratorios, en el mundo real y a una escala que aumenta la precisión y generalización de cualquier afirmación.
Veremos en unos días cómo el fenómeno de las redes sociales virtuales ha reafirmado el concepto de homofilia, la idea de que adoptamos con facilidad los puntos de vista y preferencias de la gente que tenemos cerca, pero lo que me llamaba hoy la atención es un estudio de Michael Macy, profesor de sociología en Cornell que sugiere algunas ideas nuevas basadas en el estudio del “big data” psicológico y social que puede hacerse en redes:
–La información que se viraliza en una red social tiende a ser bastante fugaz. La información que se difunde de forma más lenta (¿como en los blogs, como en los libros?), resultando descubierta y redescubierta una y otra vez resulta mucho más persistente. He situado entre paréntesis lo que creo que es la clave de la cuestión, el entendimiento de las redes sociales como entornos de difusión periódica de unos contenidos de mayor profundidad que siguen prefiriendo formatos extensos, clásicos (como el libro o el ebook tradicional ) o más interactivos (como el blog).
-El buen humor general decae durante el día: Del estudio de 500 millones de tweets enviados entre febrero de 2008 y enero de 2010 Macy extrae una tendencia general al buen humor matutino que declina conforme va progresando el día. Los fines de semana son los días más felices, aunque los picos se producen más tarde en la mañana, mostrando los hábitos de sueño típicos en sábado y domingo. El tema se repite curiosamente en los 84 países estudiados, sugiriendo que las curvas del humor son más humanas que culturales. ¿Imagináis el coste de un estudio transnacional de estas características antes de la era web?
Más estudios sobre la Sociedad aumentada
Fowler y Christakis en Conectados, Asimov y su Psicohistoria, explicados en Socionomía o Duncan Watts (sobre la influencia de la gente corriente más que de los más seguidos en redes sociales), son algunos de los ejemplos de investigador e investigación social en la era conectada que se me ocurren.
Otro de los más amplios es el firmado por la Universidad de Vermont, concretamente por Peter Dodds, que analizaba el humor en 4,6 mil millones de tweets enviados en tres años. Los resultados coinciden con los de Macy pero además muestran un patrón extremo en días o periodos concretos. La gente se muestra mucho más feliz en vacaciones y mucho más infeliz cuando ocurren catástrofes.
El escenario es, en definitiva, el de una sociedad aumentada en relaciones y también en datos que permitan gestionar con fundamento, observar tendencias y predecir futuros, crear las condiciones ideales, en definitiva, para que la gente viva mejor. Así, otra de las tendencias identificadas en el estudio de Vermont fue el declive del buen humor general entre abril de 2009 y los primeros 6 meses de 2011 en EEUU, periodo al que le sucedió la peor parte de la crisis económica en aquellos lares. ¿Podríamos llegar a predecir y paliar los efectos de algo similar en un futuro próximo si elaboramos la que podríamos denominar la Big data social science? Probablemente.
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Twitter es un stream público de información que hay que aprovechar. El problema es por quién y para qué es aprovechado, además de que todos estos datos pertenecer a Twitter, una empresa que tiene como objetivo buscar ganancias no proteger a sus usuarios. Buen artículo, lo incluí en mi recopilación de links semanal. Un saludo.