Me sorprendía esta mañana el video, ya recogido en Ted, que Tom Wujec presentaba en la edición de 2010 “Build a tower, build a team,” (construye una torre, construye un equipo).
Se describe en él un experimento sobre trabajo colaborativo en todo tipo de colectivos, desde ejecutivos a niños en jardín de infancia, que arroja unos resultados, en mi opinión sorprendentes, sobre la colaboración en grupos y la construcción colectiva de productos, conocimiento, etc…
La actividad, conocida como el desafío “marshmallow” y diseñada originalmente por Peter Skillman, VP de diseño en Palm, consiste en construir, en 18 minutos, una estructura con spaghetti, cuerdas, cintas y “nubes” de golosina.
Aplicado en este caso a la psicología de los grupos, el experimento se realiza con 70 pequeños grupos de estudiantes, diseñadores, arquitectos, ejecutivos, etc…, para ver cómo y en qué grado se logra el objetivo: crear la estructura más alta.
Los resultados muestran cómo la mayoría de los equipos hacen lo que les fue enseñado al respecto: repartir roles, planificar la estructura, etc…. antes de dedicar tiempo a terminar la tarea con los spaguetti y poner las nubes en la cima.
Si se hace así, el resultado es casi siempre el mismo: la estructura cae y el equipo no tiene tiempo de volver a levantarla.
Los peores son los graduados en Escuelas de Negocio, que mienten, hacen trampa, se distraen y producen estructuras bastante precarias. Los mejores, curiosamente, los recién salidos del jardín de infancia, que son los que construyen las estructuras más altas.
La conclusión es similar a la que veíamos cuando hablábamos de Pensamiento de Diseño (Design Thinking):
“El diseño es un deporte de contacto. Requiere que todos los sentidos se centren en la tarea, la aplicación de lo mejor nuestro pensamiento, sentimiento y actuación a la tarea concreta”
Una de las explicaciones parece estar en que los graduados en negocios son formados para buscar y ejecutar una única solución correcta, mientras que los niños practican el prototipado iterativo y van refinando el proceso. Eso resulta decisivo para crear las estrructuras más altas e interesantes.
Otro elemento llama la atención: incentivar a los equipos no mejora, sino que empeora las estructuras creadas.
Así, como bien sabíamos muchos/as, no se trata de tener grandes equipos, que cobren mucho dinero. Eso no sustituye los procesos, las habilidades correctas, que resultan ser más naturales que dependientes del aprendizaje durante duras y largas acciones de formación cara y estereotipada.
Muchas son las reflexiones que podríamos añadir al estudio y la charla. Entre ellas la de que la Educación, en este caso en Escuelas de negocios, puede coartar habilidades y procesos naturales de colaboración humana.
¿Planificación, control, objetivos, distribución de roles y tareas, etc… sirven para generar los mejores resultados? Pues parece que, como bien sabemos cuando hablamos de flexibilidad, de tolerar cierto grado de caos, de construir Comunidades de Práctica como sistemas autoorganizados, abiertos y no como equipos de trabajo rígidos, cerrados e incapaces de adaptarse a contextos cambiantes, que las cosas son bastante más complejas.
Es fácil pensar también en las concepciones pedagógicas de Rousseau y el instinto natural que la escuela en ocasiones podría coartar, en los viejos movimientos para la desescolarización o en los actuales movimientos (edupunk, aprendizaje social abierto, etc…) que defienden el aprendizaje “Do it Yourself”. Cito de Wikipedia:
“La pura y simple transmisión del saber que se necesita para vivir en sociedad puede originar una alienación en el individuo; si la ciencia libera al hombre, puede también encerrarlo en un nuevo tipo de conformismo intelectual…”
También podríamos, en un sentido menos radical y en línea con la idea de “Excedente cognitivo colectivo” del próximo libro de Clay Shirky, recordar el necesario cambio de roles hacia la moderación, la facilitación de procesos de colaboración naturales, ancestrales que podrían ser, si los dejamos libres, tremendamente productivos ahora que, gracias a las nuevas tecnologías, vuelven a ser posibles y a una escala nunca antes tan global.
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Que buena entrada….Leo El Caparazòn asiduamente, pero esta entrada está de lujo. Más allá del trabajo colaborativo está la denuncia de los rituales organizacionales, de los falsos trabajos en equipo, de las profesiones y sus límites, de los incentivos…Gracias por mantenernos al tanto,,,,
Mientras veía la presentación de Wujec recordaba la frase que conozco de Groucho Marx, pero creo que la tomó de alguien más, aunque a estos efectos no importa:”mi educación era buena hasta que fui a la escuela”.
Además de destacar este post como excelente y , por supuesto postearlo en mi blog, quiero decir que mi pequeño aporte tendría que ver no sólo con rescatar que los niños del kinder están muy lejos de pensar soluciones únicas, sino de que tal vez no los asuste el miedo al fracaso.
Sabemos que los niños no resisten el fracaso, pero después de los primeros malogros, están listos para la iteracíón. Tienen la osadía de tratar una y otra vez para lograr lo que quieren porque, hasta el momento, ésa es su forma de aprender.
Tal vez lo que les pase a los jóvenes de las escuelas de negocios es, entre otras cosas, que incoporaron que cada error tiene un costo importante en una empresa, más allá de la poca libertad que la sociedad les dá como margen para equivocarse.
No hay nada que hacer, con miedos y restricciones, la torre se cae.
Un abrazo
AleSantos
Muy bueno,Dolores, muy bueno…¿Volvemos al comienzo?¿Reconocemos la pérdida por el crecimiento? Dudo del coaching, del liderazgo, de la motivación, del trabajo en equipo tal y como lo hemos construido y del lider… ¿Volvemos al principio? Gracias por presentar también otras dudas acerca del aprendizaje y crecimiento.