La revolución de la IA está en hacernos más humanos, creativos, críticos y felices

Imagen generada por Open AI
Imagen generada por Open AI

Preparo varias conferencias, artículos e incluso un libro al respecto, así que dejo texto correspondiente al último reel que he publicado, reflexionando sobre cómo la IA puede convertirnos en más inteligentes y humanos:

En el mundo actual, la inteligencia artificial (IA) está transformando la manera en que vivimos y trabajamos. A medida que esta tecnología avanza, se vuelve evidente que uno de sus mayores beneficios es su capacidad para liberarnos de tareas mecánicas y repetitivas. Esto no solo nos permite optimizar nuestros procesos, sino que también nos brinda la oportunidad de redirigir nuestro tiempo y nuestros recursos hacia aspectos más humanos y significativos de la vida. Cuatro serán los puntos esenciales: valores, verdad, creatividad para hacer una humanidad mejor y los nieles de felicidad individual adecuados para que todo ello sea posible.

 

El excedente cognitivo liberado en la era de la IA puede ser utilizado para hacernos más felices, críticos, creativos y solidarios

Ciertas tareas mecánicas, con un alto grado de repetición, son las que tradicionalmente han ocupado gran parte de nuestro tiempo. Pensemos en la contabilidad, el manejo de datos, la recopilación, verificación de datos y su síntesis en textos comprensibles, etc.: la IA se encarga de estas funciones, automatizándolas de manera cada día más eficiente. Así, al disminuir la carga de trabajo relacionada con tareas rutinarias, la IA nos permite concentrar nuestro excedente cognitivo en áreas que requieren el protagonismo humano.

Las mencionábamos al principio: la empatía, la creatividad, el sentido crítico, la capacidad de ser feliz y, por tanto, poder desarrollar los anteriores, son habilidades que no pueden ser replicadas, ni por las IA actuales ni, probablemente, por las futuras. Así, el tiempo liberado en el tipo de tareas automáticas que mencionábamos,  puede ser un recurso valioso que podemos dedicar a desarrollar lo que podríamos denominar una nueva humanidad.

Concretando un poco la idea, si la tecnología, por sí sola, no puede proporcionar la empatía ni el entendimiento emocional que caracterizan a las interacciones humanas, al liberar tiempo para que las personas se dediquen a actividades que fomenten vínculos emocionales y solidarios, la IA puede actuar como un catalizador para una sociedad más conectada. Las dinámicas de grupo, el trabajo en equipo y la colaboración se vuelven más esenciales que nunca, ya que son estas interacciones las que fortalecen nuestro tejido social.

El mismo excedente cognitivo puede ser utilizado, además, para explorar nuestra creatividad y desarrollar un sentido crítico más agudo. La IA puede ofrecer datos, análisis y sugerencias, pero el ser humano es quien compone la narrativa, quien trae a la vida ideas innovadoras y quien cuestiona lo establecido. Esta habilidad para pensar críticamente y desafiar normas será invaluable en un mundo donde la información es abundante pero la verdad es cada vez más confusa (recordemos el concepto de la postverdad).

 

Los Modelos de Lenguaje y su naturaleza probabilística

En el corazón de la inteligencia artificial, particularmente en la generación de texto, se encuentran los modelos de lenguaje de gran escala (LLM, por sus siglas en inglés). Estos modelos han revolucionado nuestra interacción con la tecnología, permitiéndonos generar texto, responder preguntas y asistir en una variedad de tareas lingüísticas. Sin embargo, es fundamental entender cómo funcionan y las limitaciones inherentes a estas herramientas.

Los LLM son, en esencia, herramientas probabilísticas. Su funcionamiento se basa en el análisis de enormes cantidades de texto previamente publicado, de donde extraen patrones y relaciones lingüísticas. Mediante el procesamiento de datos, estos modelos pueden predecir cuál es la palabra más probable que sigue a una serie de palabras dadas, creando así un discurso que, en la mayoría de los casos, parece coherente y contextual. A través de esta capacidad de predicción, los LLM logran emular el lenguaje humano, pero no son realmente capaces de pensar o crear en el sentido humano de la palabra.

Es importante tener en cuenta que los LLM no son herramientas para la creatividad en el sentido tradicional. Aunque pueden generar texto que parece original, en realidad, están sistematizando y reconfigurando contenido ya existente. Su riqueza lingüística proviene de un proceso de mezcla y recombinación de información que ya ha sido publicada. Por lo tanto, no son capaces de generar ideas innovadoras ni auténticas. Al carecer de experiencia, emociones o un contexto profundo, su output es una imitación de lo que se ha escrito antes.

 

La importancia de la reflexión humana

Dada esta naturaleza probabilística, es crucial que enfoquemos nuestra interacción con LLM como herramientas complementarias en lugar de sustitutos de la creatividad humana. En un proceso de escritura o generación de ideas, la intervención humana sigue siendo indispensable. El pensamiento crítico, la interpretación y la capacidad de conectar ideas de manera creativa son competencias que trascienden la capacidad de los modelos de lenguaje. La IA puede proporcionar un punto de partida, líneas de argumentación y sugerencias, pero es el ser humano quien debe dar sentido a esa información y aportar su prisma único.

 

Conclusión

Al considerar cómo los LLM funcionan y sus limitaciones, podemos apreciar mejor su rol en la era de la inteligencia artificial. Mientras que son herramientas valiosas que sistematizan y facilitan el acceso a información, es nuestra responsabilidad, como creadores y pensadores, garantizar que mantengamos el valor de la creatividad y el sentido crítico en nuestras interacciones, alineando siempre la IA con valores humanos básicos e universales. La verdadera magia reside en la combinación de la capacidad de la IA para procesar información y nuestra habilidad humana para innovar, comprender y conectar de maneras que van más allá de la simple probabilística.

Así, en lugar de ver a los LLM como competidores de la creatividad humana, los consideremos como aliados en nuestra búsqueda para ser más empáticos, críticos y creativos. En esta era de avances tecnológicos, es vital recordar que la inteligencia artificial, incluida la generación de lenguaje, es un recurso poderoso que debemos usar con discernimiento.

El futuro de la creatividad, la empatía y los valores humanos no está determinado solo por el avance de la tecnología, sino también por nuestra capacidad de utilizarla de manera que enriquezca nuestras vidas. La IA está aquí para liberarnos de las tareas repetitivas y permitirnos explorar nuestro potencial humano. Si usamos estas herramientas de manera sabia, podemos construir una sociedad en la que la tecnología se convierta en un puente hacia un mayor entendimiento y humanidad, en lugar de ser un obstáculo.

En resumen, la combinación de IA y humanismo tiene el potencial de amplificar nuestras capacidades y ayudarnos a abordar algunos de los desafíos más apremiantes de nuestra época. Al final del día, somos nosotros, como seres humanos, quienes debemos dar el paso hacia un futuro donde la inteligencia artificial y las cualidades que nos hacen humanos coexistan y florezcan juntas.

 

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