Pues no, no se puede caer bien a todo el mundo sin ser más condescendiente de lo que el respeto a uno mismo aconseja. Tampoco es aconsejable querer imponer razones en cuestiones ideológicas en las que la emoción suele tomar las riendas. Buscamos de tal forma la identificación con algunos otros, la coherencia con nosotros mismos, habitar en un mundo previsible y seguro que ocurre que construimos nuestra historia limitando, de entre las muchas opciones posibles, las que realmente habremos de elegir. El gráfico resulta especialmente iluminador y refleja estas y muchas otras características del individuo. Es además un espejo claro de la polarización que sucede, no sé si de forma natural o provocada, en cuanto a las ideologías políticas.
En este sentido defiendo siempre y conozco varios estudios al respecto de que no nos es natural el pensamiento unívoco en política, de que resulta un artificio cada vez mayor a la luz de la evolución humana el hecho de obligar al ciudadano a depositar su confianza ciega en partidos y no en causas concretas.
En fin…, que resulta interesante a la hora de realizar cualquier análisis político tener en cuenta el tema que os presento, derivado de un análisis de los patrones de compra de libros previa a las elecciones estadounidenses de 2003. Los grafos resultantes resultan similares a los derivados del análisis de encuestas políticas, así que parece clara su fiabilidad. Muestran, creo, la influencia de campañas agresivas en la generación de ideologías polarizadas:
Realizado con Inflow software el dibujo de las preferencias en cuanto a libros en distintos momentos y campañas políticas no suele variar demasiado, siendo pocos los libros entre rojo y azul, los que leerían tanto los conservadores como los demócratas estadounidenses. No siempre, pero sí casi siempre es así: habitualmente hay uno o dos libros que leen ambos “bandos”, libros que conectan entre lectores de entrada distintos. Lo más habitual, así, es lo que aparece: la formación de dos bloques monolíticos, incluso, como en el caso de las elecciones mencionadas, ¡¡¡sin ningún tipo de contacto entre sí!!¡
La predecible victoria de “la historia Obama”
Surgen otras ideas significativas del análisis, como la que muestra la previsible victoria de Obama: existe mucha gente, un cluster exclusivo que lee libros sobre el líder demócrata, sobre la que podríamos denominar la “historia” creada por el equipo de comunicación de Obama y no lee nada más, sin pertenecer de forma clara a ninguno de los dos bandos. No ocurre así en el caso de Mc Cain.
También parece que hay menos libros en el lado rojo, en el lado conservador, no tanto porque estos compren menos libros sino porque parece que concentran sus compras entre menos títulos.
Superando la homofilia en internet:
Surge otra cuestión si cabe más relevante y es la que pone en duda cosas como la independencia de criterio. Sea una nueva manifestación de la tendencia a la homofilia (a rodearnos de gente, ideas similares a nosotros mismo) o algo fantásticamente orquestado desde los bipartidismos dominantes (o las dos cosas), el hecho de que leamos, entre otras cosas, por separado, nos despoja de experiencias e ideas compartidas, universales y necesarias cuando es tan necesario hoy, en momentos de reinvención, vislumbrar un futuro común.
Aunque podemos pensar que internet ayuda, que el fenómeno de las redes sociales y de cómo se propagan las ideas en ellas no solo no favorecen sino que también matizan la homofilia. El nuevo individuo conectado que introducimos en Socionomía pertenece a cada vez más número de grupos, de comunidades, de formas de interacción social distintas.
Siendo internet además un medio más fluido que otros, más susceptible de “fugas” y “filtraciones”, de informaciones no deseadas que traspasen los palacios de cristal atencionales de los medios de comunicación de masas, quizás podamos vislumbrar, para la Sociedad aumentada, un escenario menos en blanco y negro, con casi tantos colores como personas y causas concretas organizadas en red en las que las mayorías sean mucho más amplias.
Entrada leída 962 veces desde Abril de 2022
En mi opinión esta separación viene de una cierta confrontración a la que nos empuja la competitividad dentro del modelo capitalista de escasez en el que sobrevivimos (lo que me he quedado yo, ha sido extraído al resto), y no importan tanto las herramientas o los medios que utilizemos, sino que el propio modelo orgánico impuesto que regula los bienes que necesitamos para vivir (incluidos los básico que nesesitamos para subsistir), entre ellos: economía financiera-capitalista, la propiedad privada, sistemas de producción de explotación, sistemas de organización/decisión centralizadas (dirección en manos de la jerarquía), sistemas de participación representativas (falta de democracia), sistemas de distribución con intermediarios (clientelismo), medios de comunicación unidireccionales (sin participación ni crítica), guerras para ganar/conquistar bienes/poder (petróleo), la educación/cultura/conocimiento como privilegio (desigualdad de oportunidades)…
Ante este escenario, debemos de caminar hacia nuevas formas de participación directas y organización distribuidas, participando y autoorganizándonos en comunidades inclusivas (no excluyentes, que suman) y autogestionadas, que permitan co-crear una nueva sociedad para una convivencia basada en relaciones de cooperación para nuestro bien común, donde las libertades y responsabilidades sean compartidas por todxs ;), camino que hemos iniciado en nuestro valle (el Bidasoa), tanto en lo político como en lo económico :) salud!!
También internet permite posiciones mucho más radicales. En un entorno de 300 o 400 personas un posicionamiento radical o fuera de lo común quedaría aislado y sería finalmente absorbido por el colectivo. Hoy con internet cualquier posicionamiento, por radical o extraño que parezca, tiene su comunidad y permite al individuo que lo posea generar un sentimiento de nosotros que lo afiance. Seguramente lo reducido de estas comunidades las pone por debajo de los radares de la estadística, pero son un público a tener en cuenta y en los casos más violentos acaban saliendo en televisión y teniendo y siendo de gran relevancia política, aun que sea de forma indirecta. Véase las matanzas indiscriminadas que suceden ya demasiado periódicamente como ejemplo.