El post que os dejo hoy proviene de una primera reflexión en Tumblr y una posterior conversación en Twitter, acerca de la supuesta sociedad más igualitaria a la que nos conduce la web social.
Leía en el espacio de David Armano:
“En el mundo de los social media, en la web 2.0 se necesita el apoyo de alguien importante para ser tomados en serio. Los eventos son frecuentados casi siempre por los mismos: una persona esponsoriza un evento, invita a a amigos a intervenir y esos amigos le devuelven el favor. Además, en el caso de eventos, el sponsor puede comprar su presencia. Nada de eso es especialmente malo y no deja de reproducir cómo han sido siempre las cosas”
El autor se pregunta, a partir de lo anterior (que muchos hemos pensado…), ¿Lo importante es lo que conoces o es a quien conoces?
Y ampliaría su reflexión… ¿Es más importante la idea o quien la pronuncia?
David responde muy adecuadamente: Ambas cosas son ciertas.
Yo añadiría que sí es cierto que se reproduce lo de siempre: la tendencia a rodearnos de gente de confianza. Lo nuevo y relevante es que, tecnoutópica y optimista como soy, creo que la tecnología posibilita que esa relación de confianza se establezca dependiendo en mayor medida de lo que sabemos que de los tradicionales vínculos (parentesco, vecindad geográfica, “clase” social, grupo étnico, ideología afín, etc…) que la determinaban casi de forma inexorable.
El conocimiento, que ahora puede ser expresado, manifestado, visibilizado, puede estar tendiendo puentes, trazando mapas en lugares en los que antes no podíamos guiarnos más que por prejuicios o condiciones insalvables.
Somos, podemos construir como nunca antes nuestra identidad y nuestro capital social, eso que los demás ven en nosotros, en base a lo que sabemos y no a quienes somos.
Interesante ha resultado la conversación posterior en twitter con Miguel del Fresno, alrededor del aumento en el capital social en web 2.0, sobre todo en cuanto a las oportunidades para la horizontalización de las relaciones que puede propiciar.
Os la traslado y amplío aquí:
@yo_Antitwitter ¿es más importante a quién conoces que lo que sabes? // la pregunta que planteas parece una versión extrema y extremada de la idea del capital social de J. Coleman. Definitivamente para mí se trataría de una cuestión bastante engañosa.
@dreig interesante, más si convierte en menos relevante la inteligencia social (concepto que fraguaba, después del de Inteligencia emocional, otro autor, el polémico D. Goleman, que lo definía como un tipo distinto de inteligencia muy relacionado con el fingimiento de actitudes sociales (lo políticamente correcto).
Si entendemos que la web social, su carácter relacional nos “da”, relevancia social en base a lo que escribimos, en definitiva lo que sabemos o sabemos contar y no, como era habitual, en base a cómo nos vendíamos socialmente (habilidades sociales), suena más igualitario. Me gusta :). ¿Podemos prescindir de la inteligencia social gracias a la visibilidad de nuestro conocimiento en una red de relaciones como la que es base de la web 2.0?
Es más fácil, aquí, gracias a que tenemos acceso a mayor capital social, mostrar nuestro verdadero valor
@yo_Antwitter Coleman entiende el capital social como una propiedad de los grupos o instituciones al que las personas tienen acceso, ya que toda inversión en relaciones sociales producirá un stock de recursos que las personas podrán utilizar más adelante para conseguir sus fines. Por tanto, a mayor número de relaciones e interacciones sociales se dispone de mayor capital social y, por tanto, más posibilidades de tener éxito en el futuro. Así, en el seno de las familias algunos miembros podrán transferir esos recursos a otros (de abuelos a nietos, de hermanos a hermanos, etc.) aunque la transmisión de capital social se da, especialmente, de padres a hijos.
Evidentemente Coleman no podía prever -en la década de los años 80 del siglo pasado- el desarrollo de Internet donde el capital social en la web social también puede ser una propiedad de grupos (de diversos tamaños) de alta afinidad en los que las personas tienen acceso a mayor número de relaciones e interacciones sociales vía la web social y que en conjunto comparten y disponen de un capital social y nuevas posibilidades de creación de valor y conocimiento distribuido que no necesariamente se transmite de forma sanguínea o familiar.
@yo_Antitwitter Alexis de Tocqueville afirmaba en La democracia en América que aquellas comunidades sociales más sanas generan una suerte de círculo virtuoso de vida social generador de confianza que promueve mayor implicación y compromiso cívico por el bien común y la viabilidad en conjunto. Tocqueville coincidía con Durkheim en que el consenso normativo, la interconexión social, la confianza y el bien común deben contribuir a la viabilidad de la sociedad en su conjunto y de los grupos; y los dos mostraban la preocupación por el potencial debilitamiento de los lazos sociales como un temor creciente de desintegración social, recurrente en todas las épocas y sociedades.
Desde la perspectiva de la web social, y sin caer en una cierta ingenuidad social, se puede decir que la web 2.0 estaría recreando ese círculo virtuoso de vida y acción social generador de confianza entre individuos no enlazados por la cercanía física ni lazos familiares generacionales que promueve mayor colaboración a la hora de crear y distribuir información y conocimiento.
@dreig (repito aquí, por aportar coherencia al discurso): Lo nuevo y relevante es que la tecnología posibilita que esa relación de confianza (que como comentaba Armano ha existido siempre), se establezca dependiendo en mayor medida de lo que sabemos que de los tradicionales vínculos (parentesco, vecindad geográfica, grupo social, étnico, ideología afín, etc…). O de la inteligencia social….
@yo_Antitwitter Exacto, no solo la inteligencia social no es tan relevante para la propia sociedad y su viabilidad como conjunto sino que una inteligencia social derivada hacia un cierto darwinismo o ego-individualismo social también es profundamente antisocial, porque desvaloriza cualquier forma de altruismo de los individuos de la sociedad, reduce a anécdota la generosidad de las acciones que no esperan un retorno productivo y ridiculiza los actos de colaboración, ayuda y desinterés a favor del bien general en lugar de primar el individual.
@yo_Antitwitter Sobrevalorar la inteligencia social, convertirla en el objetivo y finalidad de la sociedad y de sus individuos hace pragmáticas toda forma de relación entre individuos entre sí de y, por supuesto, de las instituciones con los ciudadanos. Convirtiendo así todas las relaciones personales-sociales en meras mercancías en un mercado de intercambios con finalidad previa y reduciendo la condición humana a una faceta excesivamente reduccionista y mercantil.
@dreig: en ese sentido, la inteligencia social me recuerda bastante al concepto de marca personal, de cosificación de la identidad tan de moda cuando se confunde la web social como un nuevo ecosistema para el márketing, que últimamente amenaza con conquistarlo, devorarlo, comercializarlo todo (incluso a las personas).
@yo_Antitwitter Exacto; la inteligencia social produce -como bien dices- todo tipo de desigualdades sociales, es inmovilista ya que sostiene y perpetúa el status quo social (es antihistórica, por cierto) e incluso fatalista al introducir de forma sutil la idea de reproducibilidad ad infinitum de control social y, por supuesto, de inmutabilidad de las relaciones jerárquicas y de poder.
@dreig Esta ha sido una reflexión posterior…¿es distinto, en términos cualitativos, el capital social antes y después de la sociedad del conocimiento? O dicho en otros términos, es obvio ya el carácter de refuerzo intrínseco (generativo) del conocimiento. ¿Es posible que, además, esté incrementando nuestro capital social de forma más “auténtica” y por tanto sostenible, que en otros tiempos?
En fin… bienvenidos a la conversación.
Entrada leída 1322 veces desde Abril de 2022
Considero que como desigualdad social no puede observarse ya que como usuarios de esta red nos identificamos con nuestros intereses, eso es lo mas importante y que ningun otro medio de comunicacion habia logrado antes.
Muy interesantes como punto de partida vuestras reflexiones, aunque me asaltan dudas.
1.- ¿En una sociedad civil analógica tan desestructurada, son posibles utilizar las herramientas de la web social para generar estructuras de poder o contra poder?
2.- De ser cierto 1.- ¿ Acaso no estaríamos generando grupos de conocimiento social antihistóricos?
3.- ¿Cómo evitar “…la inteligencia social me recuerda bastante al concepto de marca personal, de cosificación de la identidad tan de moda cuando se confunde la web social como un nuevo ecosistema para el márketing, que últimamente amenaza con conquistarlo, devorarlo, comercializarlo todo (incluso a las personas).” ?
Me asaltan muchas dudas, no tengo las respuestas.
Gracias
Buenas cuestiones, Enrique. Creo que la crítica que aportas es muy relevante al respecto del tema.
Tampoco tengo demasiadas respuestas…
Un abrazo
“…¿es distinto, en términos cualitativos, el capital social antes y después de la sociedad del conocimiento? O dicho en otros términos, es obvio ya el carácter de refuerzo intrínseco (generativo) del conocimiento. ¿Es posible que, además, esté incrementando nuestro capital social de forma más “auténtica” y por tanto sostenible, que en otros tiempos?”
Por supuesto, Dolors, por supuesto…
no solo el “capital social”, también el intectual…
La World Wide Web, la ubicuidad, los dispositivos, las herramientas tecnológicas de las que disponemos están cambiando la Humanidad, las sociedades y están alterando (como no podía ser de otra forma desde un punto de vista Darwinista) al Hombre como ser.
¿Más sostenible? No lo sé, pienso que tan sólo, diferente, insisto, como no podía ser de otra forma. Las herramientas son lo que son artefactos cognitivos.
Brillante la conversación Dolors, gracias.
Gracias a ti, Francisco.
Un abrazo
Interesante conversación. Si lo importante es lo que sabemos o a quién conocemos, eso depende de nuestros propios intereses, de nuestras metas personales. Pienso que esto también es cuetión de tener o no tener esa disposición de liderazgo, que claramente algunos, tienen. Aún confío en ideas como las expresadas por Jose Luis, un profesor de nuestra Universidad;”podemos decir que la autoridad será más autoridad y más legítima cuanto más humilde y mejor servidora sea. “Quien de Uds. sea el primero, que sea el servidor de los demás” (Mc 9).
Si nuestro saber es importante, serán los otros los que lo legitimen. Para mí si los que me legitiman son personas con criterio formado, instruidas, veraces, colaborativas, tan sólo una de ellas vale por mil.
Interesante aportación, Claudia. Cierto…la autoridad también tiene que quererse. “Para mí si los que me legitiman son personas con criterio formado, instruidas, veraces, colaborativas” no puedo estar más de acuerdo. Ya no son tiempos de sabios indiscutibles y legitimados por instituciones más que por su trabajo.
Un abrazo
¿Ahora twitter es usado como chat?…¿cuando comenzo a ocurrir eso?