Grababa hace unos días para Asun Martínez, una amiga estudiante de periodismo que me consultaba sobre el tema, un vídeo sobre Whatsapp como fenómeno social, alrededor de lo que podríamos denominar por antigüedad el fenómeno blackberry de mensajería instantánea gratuita cuando llega a los smartphones y por tanto a cualquier momento y lugar.
Estos serían, a grandes rasgos algunos de los argumentos que le dejaba:
-Whatsapp supone una manifestación más del individuo conectado, en permanente estado de comunicación interactiva, en este caso con su comunidad. (Twitter sería similar pero nos estaría comunicando a una esfera más amplia, la social).
-Puede ser un buen complemento de las relaciones para tímidos, aplicando las ventajas de la desinhibición en la comunicación virtual a ámbitos más íntimos.
-Nos hace, como cualquier otra herramienta de comunicación fácil, menos manipulables. Podemos preguntar en cualquier momento cualquier cosa.
-Supone más soporte emocional, más cobertura para nuestra sociabilidad, lo cual en sí mismo significa que nos hace más felices. También nos hace más dependientes e incapaces de estar completamente solos.
-Entrena (mediante los chats colectivos), las competencias para el trabajo colaborativo, importantes después en el entorno laboral.
-Favorece, también como otras herramientas de este tipo, la innovación, la creatividad propia del intercambio de ideas.
-También mejora la capacidad de síntesis, a pesar de la ortografía. En este sentido reúne las ventajas e inconvenientes de cualquier otra forma de texting.
-Facilita la autenticidad, dificultando la posibilidad de mentir en las relaciones personales.
Como en otras ocasiones, quizás no sea whatsapp lo que permanezca pero sí su concepto. Se habla de que será de pago y las operadoras lo están cooptando, lanzando al mercado servicios similares o reduciendo a coste 0 el precio de los Sms pero lo que es indudable es que estamos ante una nueva manifestación del fenómeno de la comunicación interpersonal abundante.
¿O deberíamos hablar en este caso de intimidad abundante? Encuentro cada día más evidencias de que servicios de redes sociales, comunicación sincrónica desde móviles, están favorenciendo el reconocimiento y expresión emocional de nuestros jóvenes, haciéndoles más hábiles en ello. ¿Qué opináis como padres y/o maestros?
En fin… os dejo, con el de mis reflexiones, el vídeo – parodia que me motivaba a completar este post. Cuidado con el doble check…
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No comentas nada sobre la relacion entre el nivel de autoestima y el uso compulsivo del whatsapp.La gente no sabe desconectar y eso es malo lo mires por donde lo mires. Hoy en la comida de familia, mi sobrina ha estado más rato con el teléfono que con nosotros, mi hermana de 19 años, más de lo mismo. Las bondades, todos las conocemos, pero y la trampa de estar todo el dia en constante necesidad de escribir cosas, por chorras que sean, no indica eso algo de la autoestima del individuo?
No podría considerarse tan solo falta de educación? Sabemos que no debemos levantarnos de la mesa hasta que terminen todos?, el ejemplo concreto que presentas Pepe va un poco por ahí. O simplemente la conversación de la mesa era menos importante que la que se mantenía por WhatsApp… Solo es otro punto de vista, todo depende del cristal con el que se mira. Yo lo dejo ahí, que opináis? Saludos.
Hablo de dependencia…, de no saber desconectar, pero lo de la falta de autoestima no lo veo directamente deducible. El próximo post va de eso.
Gracias, de todos modos, por tu opinión.
este post es actualidad, el día a día. todos tenemos ejemplos claro a nuestro alrededor. Me ha gustado el término del individuo conectado.Nos enfrentamos a cambios diarios que ¿mejoran o empeoran nuestra calidad de vida?
Un abrazo
Coincido con gran parte de lo que decís. A mí lo que me parece muy importante es cómo podemos hacer para que estos cambios tecnológicos nos ayuden a ser mejores y seguir evolucionando de verdad en otros aspectos. Cuando la evolución de la tecnología es acompañada por la evolución del desarrollo personal de cada individuo, se produce la sinergia que realmente se esperan de estas nuevas formas de comunicarnos. El desarrollo personal implica la instrospección y el entender el lugar que los otros ocupan en nuestra vida, pero sobre todo nos ayuda a comprender para qué estamos en esta sociedad y cómo podemos contribuir. Por ahora el mundo está regido por el consumismo y creo que debemos acompañar los cambios tecnológicos con un cambio interno para que herramientas como whatsapp justamente en algo más para consumir por el mero hecho de consumir. En mi opinión, necesitamos crecer en forma independiente para relacionarnos mejor con los otros y explotar estas nuevas herramientas de comunicación.
Hola,
Como psicólogo estoy muy de acuerdo con lo expresado en el vídeo Sociabilidad online.
Esto de la sociabilidad online es un nuevo entorno en el que hemos de sufrir un periodo de adaptación y que seguramente aprenderemos muchos a base de los errores propios y de los errores de los demás, pero que no deja de tener infinidad de ventajas que llega hacernos la vida más fácil y más rica. Como todo, acarrea unas nuevas responsabilidades que hemos de aprender y hemos de educar a nuestros hijos en el uso de estas tecnologías para que por ejemplo, no sustituyan una sociabilidad (disfrutar de la compañía que tenemos delante) por la otra (estar más pendiente del amigo en el whatssap).
Tenemos un camino por delante que recorrer, un camino que ya hace tiempo que comenzó con los sms y con el messenger: esta es simplemente la nueva y más evolucionada representación.
Saludos.
Hola, y el hecho de mandar mensajes gratis???, somos muchos también los que utilizamos de forma práctica las nuevas tecnologías, sin darle muchas más vueltas….
..es un habito de minimo esfuerzo y otro Tagamochi, puede ser droga o herramienta y siempre depende de nosotros y no todos somos iguales y muchos “inmaduros” ( sin ganas de ofender ) no deberian utlizar herramientas de doble filo, como el conducir, internet para los niños, el beber o las drogas …
Buenas!
Como estudiante de psicologia, el año pasado tuvimos que hacer un trabajo sobre la adiccion a las redes sociales. Parece increible, pero existe y en consecuencia, se han creado areas en los centros de atencion primaria, en los cuales tratan este tipo de adiccion.
Es cierto, que estos avances tecnologicos, pueden suponer una mejora en la vida de cada individuo (en mi caso, por ejemplo, estudio online y el campus online no deja de ser una red social), pero hay que saber ver hasta que punto son sanas y cuando dejan de serlo. Su uso esta bien, pero en el momento en que la persona, usuaria de estas redes, se desvincula de sus relaciones personales “reales” para atender a las “virtuales” o deja de atender sus obligaciones por asi decirlo, de su vida diaria, esto empieza a crear problemas. Ademas, que estas redes, indirectamente, creo que bajan la autoestima de cada uno, creando la necesidad ficticia de tener cada dia mas y mas amigos en la red, amigos que no dejan de ser ficticios y creando la necesidad de estar continuamente, conectado a alguien o a algun grupo.
El problema, es que al estar tan aceptado el uso de las redes sociales, es dificil detectar cuando aparece el problema.
Por ultimo, me gustaria dejar constancia que son las relaciones directas, con contacto fisico, las que nos proporcionan bienestar y seguridad en nosotros mismos, cosa que no ocurre con las relaciones virtuales.
Muchas gracias! Por cierto, felicidades por el blog, me ha parecido muy interesante!
ya no es solamente un concepto, es un hecho. Y es otro modo de relacionarnos entre personas q tal vez nunca llegariamos a encontrarnos personalmente. Es otro modo de permeabilizar nuestro pensamiento y compartirlo. No creo q haya q temer a la adicciòn a esto mas q a la adicciòn a otras cosas (trabajo incluido). Vivimos una epoca de asombro continuo, y lo interesante es q nos adaptamos a este movimiento constante de una manera totalmente impensada hace 20 años. Muy bueno todo lo q publicas dreig, sigo siguiendote con gusto.
Gracias, Miguel, por resumir tan bien el sentir de muchos/as.
Un abrazo
Jaja, he visto sólo el primer video y te testifico que hace 15 años ya ví cosas así en el viejo ICQ. Muy bueno. Saludos.
Hola, Dolors,
Soy un analfabeto digital, con curiosidad… Me ha interesado mucho este post y el video.
Es cierto que somos animales sociales y que la interacción con los demás es fuente de bienestar, sin embargo ¿esta hiperconexión social no choca con otra necesidad que es la de una cierta introspección a fín de autoconocerte?
En todo caso es un tema de reflexión para todos,
Un saludo
Ni soy psicologo, ni experto en redes de comunicación, pero también pienso que es importante comentar, tal y como se comentaba anteriormente, la íntima relacion entre el nivel de autoestima y el uso compulsivo del whatsapp… En todas las relaciones en las que mi “amiga”, “amante” o “conocida”… ha tenido un nivel de autoestima bajo, ha hecho un uso compulsivo del whatsapp (bombardeando con mensajes, a cualquier hora, exigiendo respuestas incluso en horas de trabajo,…a altas hoas de la madrugada…etc etc.). Quizas dichas así, mis palabras pueden hasta resultar ofensivas, pero es algo que he vivido y vivo constantemente. Existe una relación directamente proporcional entre la baja autoestima y el uso compulsivo de whatsapp… Pero bueno, quizas sea por que es un medio gratuito e inmediato, y facilita por tanto su uso compulsivo.
Efectivamente, estamos cambiando la forma de comunicarnos. Este modelo se ha introducido en nuestra vida más personal imponiendo un nuevo espacio y tiempo verdaderamente preocupante; se está interponiendo entre nuestros vínculos más inmediatos y los otros, con los que interaccionamos virtualmente. Entre lo real y lo virtual, entre lo físico y lo imaginado, el espacio se difumina y el tiempo nos controla. Mientras whatsappeamos nos perdemos cuanto acontece a nuestro alrededor. Lo inmediato, la otra comunicación que complementa a la verbal; gestos, miradas, emociones o cualquier muestra de sentimientos que acompañan nuestra voz, se pierden ante nuestra mirada. Nuestra capacidad de observación está en peligro. Mientras estamos conectados al terminal del otro nos estamos perdiendo todo cuanto acontece en nuestra vida cotidiana. La forma de interacción social está marcando nuevos ritmos. Será la nueva era del aislamiento colectivo mientras manipulamos nuestro móvil, celular o como se llame? Ya no tendremos nada que decirle al de al lado, sea nuestra pareja, tu hija o tu hijo, porque todos están comunicándose con el otro. Dejaremos de percibir la persona de nuestro entorno más inmediato, su olor, su mirada, su lenguaje…, salvo que nos lo comunique vía whatsapp aunque estén codo con codo en el mismo sofá.
Un saludo