Tengo como principio no hablar de política. Tengo antiguas y quizás ya no lógicas razones para ello.
Pero es el tema de actualidad hoy:
“El Gobierno negocia a toda marcha un plan de digitalización del sistema educativo con los fabricantes de procesadores -entre ellos Intel-, editores de libros y operadores de telefonía. Está previsto que, “si se cierra el acuerdo” antes del 12 de mayo, lo presente José Luis Rodríguez Zapatero durante el debate del Estado de la Nación, según han confirmado a EL PAÍS fuentes del Gobierno. El objetivo es hacer “la escuela del futuro, la escuela 2.0″, como lo definió la anterior ministra de Educación, Mercedes Cabrera, en su última intervención en el Congreso de los Diputados.…
Durante dos meses editores y técnicos de la Secretaría de Estado del Ministerio de Educación, que dirige Eva Almunia, han negociado la manera de acelerar los cambios en el soporte de los contenidos. “Esta es una gran oportunidad para la industria editorial española, puesto que hablamos de un mercado de 400 millones de estudiantes”, apuntó Cabrera.
Fuentes del sector del libro han confirmado que “el proceso está muy avanzado” y afirman que “el sector editorial está mucho más preparado que el sistema educativo, que está en la prehistoria digital”.
Lo comentan (tomo la cita anterior de su blog) Jordi Adell, Francisco Muñoz,etc…
Y quería dejaros mi reflexión, esa que apareció hace ya unos años intentando convencer a alumnos tradicionales, la que vino a ocupar este cerebro 2.0 (;)) cuando nombraron a la ministra Sinde, esa que sólo abandono en encuentros ombliguistas con blogueros o activistas de los social media como yo: Hay gente (la mayoría) que, simplemente, no está en Internet.
Aquí empezamos, esto lo hemos estado construyendo, a nuestra medida, los usuarios, los amateurs, ciudadanos independientes y apasionados. Llegaron después, este mismo año en España y al olor de los beneficios de Google, las empresas. Su implementación, la adopción de la cultura de los usuarios les es aún complicada (por no decir imposible) y requiere de arduas labores de consultoría y sensibilización.
Llega ahora, como siempre rezagado y efecto Obama mediante, el gobierno. Y cometerán, uno a uno, los mismos fallos que primero usuarios y hoy empresas están cometiendo.
¿Recordáis la metáfora? Inmigrantes, residentes, visitantes digitales: Los políticos encargados de trazar algunos de los puentes más importantes entre Internet y el “mundo real”,son turistas aquí.
Leía esta mañana a Jordi Adell y su lúcido post: “Zapatero se equivoca”. Explica, con lógico sarcasmo, la situación. Y he querido añadir mi análisis, resumido en el titular de esta entrada: Zapatero, simplemente, no está en Internet:
Si no estás en Internet y buscas información sobre ese mundo inexplorado, te diriges a las empresas con mayor buzz en la red (Microsoft, concretamente Vista preinstalado): Lo hacen los periodistas tradicionales cuando buscan información sobre tendencias en la red, ignorando por completo al protagonista del año 2006 en la revista Time (nosotros). Lo hacen un poco menos las empresas, conscientes de que pueden amortizar la experiencia de sus empleados en los social media y ahorrarse costes en consultoría. Pero no lo hacen, extrañamente cuando podrían partir del capital humano, de las estructuras ya creadas, de la experiencia en distintas administraciones, los gobiernos.
Así, parece que los asesores de Zapatero no son sus “empleados” sinó los poderes económicos de siempre: las editoriales, los fabricantes de procesadores y los de sistemas operativos. El internauta, un subgrupo extraño de ciudadanos, incluso si es parte del movimiento informal que ha estado construyendo sin ayudas lo 2.0 en este país, resulta, ahora que la lógica diría que puede aportar un valor excepcional a la sociedad, un desconocido.
En resumen, si no estás en Internet y te preguntas qué o quién es lo importante aquí, terminas pensando que son los mismos de siempre: las empresas.
Si no estás en Internet, argumentas (años ya rebatiendo las mismas barbaridades) que lo importante es la digitalización de contenidos.
Si no estás en Internet, ignoras que hay vida más allá de Internet explorer. ¿No viene preinstalado en la mayoría de ordenadores? Pues eso ;)
Si no estás en Internet, esto de lo 2.0 te suena, a la campaña electoral de Obama (que ya harás cuando toque) y (como bien caricaturiza Jordi, a canales en Youtube.
Si no estás en Internet ignoras que la alfabetización digital no es fácil ni se consigue conectando un ordenador.
En fin…que compañeros, seamos realistas: el internauta sigue siendo una categoría aparte, un ser extraño y regido por normas informales y una cultura de libertad, de no mercantilización, tremendamente alejada de la que impera en la realidad.
Y el político, punto cero o no, sigue sirviendo a empresas y no a ciudadanos, a los que se acerca en periodos de campaña electoral pero ignora el resto de la legislatura.
Lo demostraron con el nombramiento de la ministra, lo reiteran ahora: Internautas, Internet es visto por los políticos como un lugar pintoresco, medianamente útil en elecciones, pero sin efectos “reales” en la sociedad. Como determinados periodistas tradicionales, que toman instantáneas aquí que reflejan después en televisión, el gobierno desconoce por completo lo que estamos haciendo en Internet.
Son turistas aquí… y ni siquiera se han dignado a hablar con los residentes sobre la escuela, de la educación 2.0 que muchos (y bien) (otro y otro) llevan tiempo construyendo. Esta es, tristemente, la crónica (eufórica) de su viaje:
Queda lejos, muy lejos aún y no precisamente a nivel tecnológico, esa Internet del mundo real, esa fusión de la realidad con la web que soñamos algunos. Recuérdenlo: el Mindware del que tanto se habla ahora: “It´s a state of mind”… y algunas cosas, hay que vivirlas desde dentro.
Actualización, Referencias: Glyn Moody, The shame in Spain (traducido en “La vergüenza en España”)
Relacionados:
- Wiki elearning 2.0
- Tabla de evolución del conocimiento, de la educación, en la web
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Cristalino. Felicidades. Aunque uno piense como tú, da gusto verlo explicado tan bien.
Comparto la mayor parte de lo que decís los que más habéis trabajado en educación 2.0, 3.0. Pero mi pregunta es: ¿esa “revolución” educativa se hace con el Sistema o se debe romper el sitema? ¿Hace falta la escuela tradicional? ¿Hay que hacer los cambios en esta escuela tradicional? ¿O son incompatibles?
En cualquier caso, no esperemos que ningún gobernante se “salga” del sistema de producción/consumo capitalista…
Me gustaría pensar que la escuela 2.0 se puede hacer también con Intel, Microsoft, Google, Pizarras Digitales, … También con Linux y Software Libre y, por supuesto, con maestros reciclados y con empuje innovador “desde dentro”.
Los que se especializan en el FengShui siempre dicen que es mucho peor un mal FS que el que no haya FS at all… Pues justo eso es lo que más me preocupa. Que no estén, es menos peligroso que lo MAL que están. Y esto a todos los niveles, la educación uno de ellos y de los más sangrantes.
Aunque ahora mismo me preocupa más, que precisamente esa internet que soñamos, intentarán cargársela unos cuantos señores y señoras levantando su bracito ignorante y por sobretodo arrogante en el Parlamento Europeo. Y no me preocupa tanto el hecho de que vayan a lograrlo, sino el hecho de que todavía sigan sin enterarse de nada…
Harán un discurso para intentar explicar una reforma (superficial) que no harán. Quizás exista dentro de poco mucha “información 1.0” sobre la supuesta “escuela 2.0”. Digo: nos enfrentamos a “más de lo mismo”. No hay que preocuparse demasiado; es la fuerza social y las leyes de la naturaleza lo que prima por sobre un par de empresas que juegan “a la política” en las ligas menores.
Pere:
Hay movimientos que hablan de desescolarización. No creo que ese sea el tema sinó la adaptación, de la mejor forma posible, a la nueva realidad del conocimiento. La queja está en que existe en este país una edublogosfera fuerte, dedicada y autoformada, con blogs de aula, blogs educativos, más teóricos, etc…. que lleva años trabajando en este medio. También administraciones autonómicas y locales trabajando con software libre y resultados positivos. La queja está en que los políticos no estén tomando en cuenta su opinión y sí la de los empresarios del sector editorial y la informática. Microsoft, youtube, digitalización… creo que se han quedado en tópicos comunes, en un primer nivel muy, muy superficial de análisis. Y no, repito, porque no existan experiencias al respecto.
En fin… está claro que nos tocará lo de siempre: intentar construir sobre estructuras mínimas…
Mercedes: Totalmente de acuerdo. Creo que es mejor que no estén a que estén mal. En un arranque agorero, pensaba hoy en las colonizaciones, en el daño que siempre han producido a las culturas aborígenes. Esperemos que algo haya cambiado. Como bien comentas también, son varios y desde diversos frentes los ataques. Veremos cómo salimos de esta porque si algo tengo claro es que, aunque a veces parezca lo contrario, en general en los países de habla hispana, quizás también en Europa, no somos nadie…
Gracias, Mario, por tu optimismo… y a ti, Miquel, por los ánimos, aquí en casa y en el barrio de los social media ;)
Hasta pronto
Al final de tu post aparece un google ad con el blog de un político argentino. Su slogan: Te espero en mi blog. Resiste cualquier archivo. En twitter se desmiente a sí mismo en menos de una semana.
Lo sigo en twitter, no me sigue. Le he hecho comentarios con respecto a cómo usa twitter (como si fuera publicidad callejera) y me respondió que estaba aprendiendo (pero continúa sin seguirme). Ahora, cuando dice que está aprendiendo, ¿a qué se refiere? Creo que se refiere a dónde hacer click. Porque conversar es algo que sabíamos hacer (o no) mucho antes de la web2.0.
Quise decir: En twitter se “contradice” en menos de una semana.
Tal cual ,coincido con vos ellos no saben el potencial real de internet y debido a que evoluciono internet.Somos nosotros los que construimos y los que exigimos cada vez más a los que saben para que avance a pasos agigantados.
Prosumidores exigentes…cierto, Julio, creo que ya es muy difícil engañar a nadie.
Un abrazo