Al calor todavía de algunas reacciones provocadas por el artículo anterior, que más de un dolor de cabeza me ha llevado (extrañamente polémico, el tema de los nativos digitales…), os dejo los resultados de una nueva investigación, de la misma Eszter Hargittai que comentábamos en el anterior artículo, esta vez con danah boyd.
Muestra cómo son ciertas las sospechas y observaciones que algunos/as veníamos haciendo: no es cierta la Sociedad de la transparencia que suponemos y/o deseamos, o no todavía cuando parece que a los jóvenes todavía les preocupa la privacidad, habiendo realizado múltiples modificaciones de perfiles en Facebook durante el año 2009.
El estudio muestra que la mayoría de usuarios de Facebook han modificado sus condiciones de privacidad por lo menos una vez en 2009, siendo ésta una práctica en aumento, tanto en usuarios frecuentes como ocasionales. Destaca también cómo la frecuencia y tipo de uso de Facebook, así como las destrezas en internet correlacionan con mayor tendencia a modificar la configuración de seguridad.
Os dejo la tabla correspondiente. Las dos columnas más interesantes son la primera y la segunda, que muestran cómo son progresivamente menos los usuarios/as que nunca han modificado su configuración de privacidad y cómo son mayoría los que las han modificado en 4 o más ocasiones.
Las sucesivas polémicas en torno a la privacidad en Facebook, noticias recientes sobre robo de datos o el aumento que todos/as hemos sufrido en los “tagging” publicitarios pueden ser algunos de los motivos, así como un aumento general de la competencia de gestión de la propia identidad digital.
Siguiendo con el último tema el estudio también analiza el grado de confianza auto-reportado en cuanto a la realización de ésta y otras actividades online, como el posteo de un comentario en un blog, subir un video a YouTube, etc….
El resultado es sorprendente y parece indicar que configurar Facebook es una tarea que se realiza con mayor confianza que cualquiera otra de las actividades online encuestadas. Ha sido un motivo fundamental para escribir este post la necesidad de reforzar la idea que viene preocupándome desde hace tiempo: vuelve a aparecer la necesidad de educar la participación…
Así, si las acciones significan más que las palabras, parece que la era de la privacidad no ha muerto.
Hablábamos de la necesidad de cambiar, de flexibilizar nuestra visión de la privacidad en favor del pro común. Lo lleva a la palestra también Barabási en su último libro, Bursts, cuando recrea un personaje con un tercer oído que le permite estar al acecho de muchos más datos que le permitan sobrevivir o cuando inventa Linearlife.com, un sistema en las calles de reconocimiento de caras y puesta a disposición de imágenes y recorridos en la web que no parece estar demasiado lejos.
Es previsible, a la luz de este estudio, que la Sociedad de la transparencia que tanto anhelan Zuckerberg y las empresas, que tan beneficiosa podría ser también en ámbitos como la investigación científica, médica, social, etc… (Brin, O´Reilly la han defendido recientemente), recreada en ciencia ficción desde Orwell hasta “The travellers”, provocada por un aumento espectacular de los datos personales que son rastreables (si recordamos los Gps que muchos tenemos permanentemente activados nos haremos una ligera idea de ello:)), esté más lejos de lo que pensamos.
O que vayan a ser muchos/as los “Harlequins” (los personajes en la novela de John Twelve Hawks que se mantienen impredecibles, que se resisten al control) preocupados y digitalmente sabios capaces de resistir los embistes de algo para lo que parece que no estamos aún preparados.
Confirma una experiencia reciente en el Taller sobre privacidad que realizábamos en Tenerife, en la que madres, padres, observadores/as y los mismos jóvenes confirmaban la tendencia. En definitiva, si pretendíamos evangelizar, hasta cierto punto, ya lo hemos logrado :).
Toca ahora seguir preguntándonos para qué, si es realmente lo que queremos, para qué sirve la privacidad si puede significar en cierta forma cosas como el aislamiento social, el precio (recordemos que la información escasa es más valiosa) o el mantenimiento, en general, de categorías sociales, étnicas, sexuales, ideológicas estúpidas y percibidas como peligrosas si son obscuras, si no son compartidas.
No es un tema fácil….
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como dije en el twitterío …
@eraser no se equivoquen queremos q dejen d ser jóvenes!!! :-( -> RT @jmbolivar+ #privacidad, – #participación. ¿Es eso lq queremos dls jóvenes? @dreig
La privacidad humana es inherente a ella. Y, dudo que aún cuando el espacio virtual “penetra” cada vez, con mayor intensidad en los hogares. La cotidianidad de la vida no va a ser alterada mucho en uno de esos componentes esenciales que nos hace únicos, diversos y creativos. La privacidad. Cuando se pierda la privacidad, la creatividad ¿dejaría de terner sentido? o diremos ¿eso es otra cosa?
En el mundo de la privacidad está: la creatividad, la innovación, el progreso de la humanidad. Y no creo, que ni facebook o cualquier otro espacio, logren obtener todo de todo. Si lo enfocamos desde la criminalidad -robos de datos- por ejemplo. ¿Cuáles son las tasas diferenciales que nos indiquen que hay mayor tendencia al delito en ambos sistemas -el físico o el virtual-? Estamos lejos de darnos respuestas sólidas. Por el momento estamos en especulaciones.
Saludos cordiales
Orlando Tipismana Neyra
Lima – Perú
Dolors: como siempre, un interesante post. Me hacen un poco de ruido las palabras finales (“para que sirve la privacidad…”), como si privacidad y procomun fueron opuestos.
Creo que hay muchos hechos en internet que recomiendan guardarnos algunas cosas para nosotros: es sabido que las empresas de recursos humanos buscan antecedentes de los candidatos en las redes sociales, y los usan en forma cuanto menos dudosa. Hay abundante literatura sobre el tema.
Creo que cada uno puede elaborar conocimiento social, y al mismo tiempo resguardar algunas esferas de su vida para si mismo.
Vaya un ejemplo, no necesito conocer datos privados de los autores que leo (o de su entorno personal) para valorar sus aportes, que me enriquecen. En lo personal me han parecido interesantes los aportes de investigadores como Mayer-Schoenberger, y estamos trabajando en una campaña “por la reinvencion del olvido en internet” como espacio de discusion de estos temas.
Coincido en la importancia de la formacion de una verdadera ciudadania digital, creo que es el gran desafio de los pueblos.
Como siempre, es un gusto visitar tu blog.
Alejandro.