La generación Y, los inmigrantes digitales y los nuevos valores laborales

Hemos tenido tiempo ya de conocerles. Incluso, los inmigrantes digitales, de parecernos a ellos.

Y es que independientemente de generaciones, la inmersión en la red, la socialización en este nuevo medio que bien podría ser añadido, a cualquier edad, a los entornos que desde siempre (familia, amigos, etc…) nos transmiten en mayor medida actitudes y valores, ha cambiado nuestra forma de acercarnos al entorno laboral.

Amplío, adopto, me incluyo en el espectro demográfico al que se dirigía el post que ha inspirado esta reflexión.

No dejo de ser consciente de que podéis sentirlo como lejano, casi utópico en algunos puntos, más en el contexto actual de recesión (o oportunidad para la innovación), pero se me ocurrían al redactarlo ejemplos leídos de realidad (y no sólo de la política de Recursos Humanos de Google,  como en otros tiempos…) que eran simplemente desvaríos antes de la emergencia de la red (podeís ver fotografías de empresas de la web en el enlace):

Inquietos, seguros de nuestros derechos, brillantes, innovadores y trabajadores… estas serían algunas de las características de nativos (generación Y) e inmigrantes digitales:

  • Valoramos, por encima de todo, el desarrollo personal:

Indisoluble del colectivo, el hecho de que pasemos la mayor parte de nuestro tiempo en la red, como participantes activos en la conversación global, en el aprendizaje también global, nos aporta conocimientos y destrezas que no eran posibles en la era de la TV.

Valoramos en nuestros trabajos, del mismo modo, la novedad, los retos constantes, el aprendizaje que nos proporcionan, la medida en que nos hacen crecer.

  • Preferimos los caminos nuevos

No estamos en un momento de especial seguridad laboral. Tener varios empleos o compaginarlos con actividades autónomas es común para muchos: trabajadores por cuenta ajena en cualquier sector, bloggers, desarrolladores o diseñadores freelance en nuestro tiempo libre.

Lo que seguro que hacemos o queremos hacer a tiempo completo es aprender, ampliar nuestras redes neuronales y sociales.

trabajo 2.0

  • Valoramos la cultura de la empresa

Nos sentiremos inmensamente más cómodos en empresas que sustenten o signifiquen comunidades participativas, sin distinciones jerárquicas que puedan poner en peligro la utilidad del primer punto del que hablábamos: nuestro desarrollo personal puesto a disposición del colectivo.

La reciprocidad y la puesta a disposición del empleado de estructuras participativas recíprocas, en las que los beneficios de la empresa reviertan, como mínimo, en beneficios de desarrollo personal o conocimiento para nosotros mismos, son cosas que pueden mantener nuestro interés, mucho más variable y valioso en estos tiempos, hacia el puesto de trabajo.

  • Apostamos por la transparencia.

No puedo estar más de acuerdo en este punto. Si las generaciones anteriores traen a la red susceptibilidades acerca de su identidad digital e intentan a toda costa distinguir entre perfiles personales y profesionales, la de hoy ha crecido “sin privacidad” y comparten desde muy pronto sus aficiones, gustos, actividades como forma, también, de socialización personal.

El problema no es si hemos vertido demasiado de nuestra identidad personal en la red. El problema es que nuestro empleador no sepa distinguir ambos aspectos o se deje condicionar por ellos, sin pensar en lo que podemos aportar de innovación a su empresa. Diría que, en un mundo acorde con la diversidad en la que estamos inmersos, no debería haber actividad no delictiva que no pueda hacerse visible online.

Dicho en otras palabras: el empresario no acude o no debería acudir (como no lo hacía a “los bares”) a redes “de ocio” a buscar perfiles profesionales. Y si lo hace, probablemente estará desestimando aquellos espacios (blogs, redes profesionales, comunidades de aprendizaje) en los que podría valorar nuestra cualificación profesional y por tanto no nos conviene como empleador.

  • No nos asusta preguntar

Hemos aprendido a preguntar, buscar y encontrar información sobre exactamente lo que queremos. La comunicación aquí es bastante independiente ya de jerarquías más allá de las impuestas por el propio desarrollo o conocimiento.

La distancia entre empleador y empleado es, en la red, mucho menor.

  • Sabemos lo que queremos (y no estamos locos…):

Relacionado con el primer punto, diría que el hecho de estar más formados nos aporta algo que sí es nuevo: el hecho de saber que, por primera vez en la historia “podemos” cosas como discutir cada dogma, expresar cada inquietud, haciendo valer nuestro derecho al aprendizaje permanente.

Consideramos, en cierto modo, nuestro crecimiento como indisoluble del colectivo: una empresa que valore nuestras ideas y las integre en su estrategia de innovación, como nueva forma, ya no de locura, sinó de competitividad, será la más afín y conseguirá mejores resultados de nuestro talento.

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11 comentarios en “La generación Y, los inmigrantes digitales y los nuevos valores laborales”

  1. @luis:
    Interesante enlace. Lo añado a mi delicious (via ping, que tiene más difusión). Es en primera persona…soy una millenial de 37 ;) de las que aún bloguean. Creo que en ese sentido, la edad sí es un factor. La impaciencia del microblogging es algo que se cura con la edad. Ya bloguearán….ya.

    Un saludo

  2. Te felicito Dolors, por todo y por este escrito en particular, celebro que seas quien eres y cómo eres y escribes, salud

  3. Increíble cada vez me actualizo con este blog de una forma impresionante y este artículo me parece maravilloso. Felicidades por hacernos mirar desde otros ángulos verdadades tan esecenciales en la era moderna. Soy de la generación y considero que muchas veces vivo en medio de varias generaciones por las personas con quien laboro a diario, pero si algo he aprendido que la vida evoluciona y yo también al lado de ella. La tecnología y los espacios como estos hacen que el mundo sea mejor.

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